Mis niños, esta vez dejaremos de lado el sarcasmo, la sátira y el humor negro. Esta vez la situación lo amerita, porque por más que lo intento no puedo encontrarle el lado burlón a la inseguridad que se vive en Tecate, inseguridad que desafortunadamente ya cobró vidas de inocentes.

La semana pasada un oficial de policía murió. Los atacantes lo mataron a balazos cuando transitaba por un bulevar concurrido, cualquier persona sabe que el bulevar Universidad, a la altura de la gasera, a las 9:30 de la noche todavía es muy transitado.

El automóvil del policía terminó impactándose en un puesto de comida y mató a una mujer que pasaba por ahí. Una persona que nada tenía que ver con los hechos, que se dedicaba más bien a apoyar a gente necesitada en la ciudad.

Hace dos semanas otro policía fue asesinado. Un viernes a las 2 de la tarde, a una cuadra de la Presidencia Municipal, muy cerca del Ministerio Público y de la Dirección de la Policía, entre comercios y bancos. También murió a balazos a plena luz del día, mientras la gente hacía sus actividades cotidianas.

¿Qué es lo más preocupante de todo esto? Que no hay ninguna autoridad que le haga frente a la delincuencia. Que no hay una estrategia clara de seguridad, ni municipal ni estatal. Que ahora sí parece que estamos a la buena de Dios.

Bien podrían decir lo que en otros años argumentaban “Es que se están matando entre ellos”, pero ya no aplica. Ya hay una familia que se quedó esperando a que llegara a casa una joven que murió sin deberla ni temerla. La “Víctima colateral” de un ataque que era “Entre ellos”.

Lo preocupante es que ya fuimos testigos de que en Tecate, en este pueblo que se dice mágico, la seguridad no aplica. Que bien pueden matar en la vía pública a cualquier hora del día sin impedimento alguno de las autoridades. Lo preocupante es que poco a poco, si esto continúa, las calles de este “Pueblito” dejarán de ser seguras para cualquiera.

Hace poco revisaba las estadísticas de seguridad del Gobierno del Estado sobre el mes de octubre y me topé con la desagradable noticia de que los delitos en Tecate se habían duplicado en tan solo un mes, de 251 reportes en septiembre a 419 en octubre, la cifra más alta desde el 2010.

Recuerdo cuando en 2008 trabajaba como reportero en Tijuana. Un día yendo al trabajo, subiendo por la rampa de la Buenavista me topé con un bulto a la orilla de la calle, pensé primero que era un trapo viejo, una cobija. Luego pensé que era un perro muerto pero cuando pasé junto a él y bajé la velocidad me di cuenta que ese bulto era una persona muerta. Un hombre cubierto de los ojos con cinta adhesiva y atada de las manos. Eran las 7 de la mañana. Aun no llegaban ni policías ni Cruz Roja, ni nada. Ahí estaba ese hombre tirado sin más ni más. ¿A ese nivel queremos llegar en Tecate?

Y mis niños, no se trata de culpar, se trata de exigir. Se trata de hacer valer el poder ciudadano, ese poder que fue el que puso a los gobernantes donde están para que rindieran cuentas y no para que se anden paseando, simulando o haciendo como que trabajan.

Exigir hechos, no palabritas, de nada sirve tener una Guardia Nacional y una Guardia Estatal ¡Si no sirven de nada! No tengamos una memoria corta. No olvidemos todas las cosas que nos prometieron en campaña. Revise las redes sociales, revise el internet, ahí están guardados todos los registros de eso que prometieron a los cuatro vientos cuando andaban pidiendo el voto.

No dejemos de exigir, porque en el momento que dejemos de hacerlo ya no habrá vuelta atrás.

El viernes pasado una mujer inocente murió, una mujer que tenía familia y amigos, que bien pudo haber sido su esposa, su hija, su novia o su amiga. ¿Se imagina?

DE PASADITA: Parece que al personal sindicalizado del Ayuntamiento otra vez les están jugando el dedo en la boca.

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