Se dice que el suicidio es la segunda causa de muerte entre los jóvenes. Las consecuencias del suicidio no solamente afectan a quien decide quitarse la vida, sino también en los familiares, amigos, etc. El suicidio se define como quitarse la propia vida de manera intencional, dependiendo de la cultura, región, etc, es si este acto se verá como un suceso grave, ilegal o incluso en algunos lugares se ve como un acto de honor.

¿Cómo saber cuándo algo está mal?

Cuando aparece el deseo de morir, cuando la propia vida es tan poco satisfactoria, que la persona comienza a expresar frases tales como: “No merece la pena vivir”, “Me quiero morir”, etc. Estamos siendo testigos de la manifestación de un comportamiento característico de las personas suicidas.

No se trata solo de palabras, el posible suicida tiene pensamientos recurrentes acerca de cómo dar por terminada la propia existencia. Igual puede no tener un plan claro, pero si la intención, o hasta un plan de lo más elaborado para asegurar cumplir su cometido, planeando desde la hora, el día, el lugar, incluso el método.

Más que claras quedan las intenciones de una persona con características suicidas, cuando expresan abiertamente su intención, esto debe siempre verse no como una broma, sino como un grito de auxilio.

Las ideas suicidas aparecen con frecuencia en adolescentes sin llegar a ser un peligro real, sobre todo porque no van acompañadas de otros comportamientos suicidas, como por ejemplo la planificación.

¿Cómo podemos prevenirlo?

Desarrollar habilidades sociales que nos permitan adaptarnos e integrarnos a diversos grupos de nuestra sociedad, en la escuela, el trabajo, iglesia, etc. Fortalecer la autoestima para un adecuado equilibrio, desarrollar inteligencia, buscar la ayuda necesaria en los momentos en que esta sea requerida, buscar hobbies y pasatiempos, etc.

¿Qué hago si conozco a alguien que presenta características, o comportamientos suicidas?

Lo primero sería abrir una vía de comunicaciones con esta persona, es importante saber escuchar, sin comenzar a juzgar, es importante hacer sentir a la persona que estamos ahí para escucharla, comprender sus emociones y si es posible funcionar como un apoyo.

Nunca, y esta parte es importante, nunca desafíes al suicida, a que realice tal acto, pues en lugar de ayudarlo, se le motiva a llevarlo a cabo, claro que buscar ayuda de un profesional siempre será de lo más aconsejable ante este problema.

Y lo más importante, busca la ayuda de un profesional.

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