EL CUIDADO DE LOS ANIMALES
Por: M.V.Z Fidel Lozano Gaspar
Como todo, esta capacidad es heredada. En el pasado, los seres humanos vivíamos dentro y entre la naturaleza; y de nuestros antepasados, heredamos el amor hacia lo natural tal como lo demuestra la antropóloga Pat Shipman en Su último libro, La conexión animal.
El vínculo con los animales jugó un papel esencial y beneficioso en la evolución humana en los últimos 2,6 millones años. Según su teoría, los humanos tuvieron que aprender a ponerse en el lugar de los animales para evitar ser atacados por ellos o bien para cazarlos, lo que provocó el desarrollo de la empatía en el cerebro y las emociones humanas (empatía que se desarrolló de una manera tal que, hoy en día, podemos observar cómo les atribuimos capacidad de pensamiento, lenguaje, emociones y otras características humanas a los animales)
Con los años, el hombre comenzó a domesticarlos con fines muy variados: “Ofrecían inmensos recursos renovables para tareas como el seguimiento de juego, la destrucción de los roedores, la protección de familiares y bienes, prestación de lana para el calor, el transporte de seres humanos y mercancías a largas distancias, de leche a los así como el aporte de leche para los bebés humanos”, explica la antropóloga.
Esta importante relación entre un animal y un ser humano, sigue tomando diversas formas y evolucionando, como lo hicieron las especies. Sin duda, el perro que hoy tenemos en casa, no podría sobrevivir en la naturaleza salvaje, lejos del contacto humano.
La mascota bien integrada, ocupa un lugar sumamente importante. Es una pieza más dentro del sistema vital y familiar, su presencia genera efectos palpables y concretos y, también, efectos invisibles que aumentan la calidad de vida y la cohesión de todos los miembros de la familia.
Esta relación afecta de numerosas maneras. Si bien, hay algunos casos donde la relación es patológica, la cual veremos más adelante en este artículo.
Beneficios de amar a los animales:
A nivel físico, muchos estudios muestran que las mascotas promueven la salud de sus dueños y alargan la vida. Reducen la tensión arterial, producen relajamiento, nivelan el ritmo cardíaco, entre otros, lo que genera un bienestar cuando compartimos momentos con ellos.
A nivel psicológico, todos estos cambios en el organismo se traducen en sentimientos de alegría, reducción del estrés, entre otros. Pero además la historia continúa cambiando, hoy se está dando importancia en el área de salud mental, al trabajo con animales a la hora de abordar ciertas patologías. La relación que desarrollamos con las mascotas es muy valiosa, es diferente de la que tenemos con amigos o familiares y nos enriquece de otra manera, por otros canales. Los animales no juzgan a sus dueños, sino que los aceptan y quieren tal cual son. Por eso, es tan especial el vínculo que desarrollamos con ellos. Por eso y porque nos permite tener “alguien” con quien desahogar nuestras emociones, “alguien” de quien preocuparnos y “alguien” que nos acompaña y nos aprecia sin condiciones.
A nivel social, los estudios han encontrado que los dueños de mascotas tienen menos probabilidades de estar solos. Además de la compañía de su mascota, también le facilitan la conexión con humanos agradables.
La empatía con animales:
Jack Levin reveló porqué es tan común generar empatía con los animales.
Él junto con otros colaboradores diseñaron un experimento, donde se les informo a los participantes acerca de una noticia falsa, consistente en que una víctima X (Que en algunos casos era un bebe, en otros un humano adulto, un perro adulto o un cachorro). Había sido agredida físicamente. Entrevistaron a los participantes en el experimento, acerca de sus sentimientos con motivo de la noticia y estos demostraron la misma empatía por el bebe, el cachorro y el perro, pero no tanta empatía por el humano adulto.
La conclusión a la que arribaron los investigadores es que las personas demuestran empatía por la impotencia y la vulnerabilidad. «Ellos no se pueden ayudar solos» » no pueden pedir ayuda» Tanto los niños como los animales demuestran una inocencia que nos sentimos obligados a proteger. Pero, ¿puede esta empatía, este amor llegar a niveles patológicos?
Psicopatología del amor a los animales:
¿Cuándo el amor hacia los animales se vuelve patológico? ¿Qué conducta ingresa en el grupo de demostración de amor y cual en una problemática a nivel mental? Estas y otras son preguntas difíciles de responder, pero los psicólogos se han encargado de estudiarlas. ¿Que hace que el límite entre lo sano y lo patológico en esta relación pueda cambiar de persona a persona?. Se podría decir que cuando el amor hacia los animales afecta la vida cotidiana o la salud física, psíquica o social de alguien se podría hablar de una patología.
Vamos a dar un ejemplo para que se entienda. Agustina tiene 32 años y por amor comenzó a rescatar perros de la calle o en situación de abandono, ingresó a un grupo de proteccionistas y dedica un porcentaje de sus ingresos y su tiempo a salvar animales en peligro. Hasta ahora todo bien, el problema es que con el tiempo comenzó a llevar perros a su casa, su militancia la llevo a conocer muchas personas que la tienen como referente y los pedidos de aprovisionamientos o casosde mascotas abandonadas llegan cada vez más y le cuesta decir que no. El porcentaje de ingreso y de tiempo de demanda de dedicación comienzan a crecer y comienza a generarle un estrés, no poder ayudar a todos.
Algo que empezó como un placer y una conducta de satisfacción comienza a ser una responsabilidad y una mochila difícil de sobrellevar.
Lo que sucede con Agustina, sucede con muchas personas y muchas veces no toman conciencia que el estrés y la ansiedad aumentan día a día.
La Asociación Americana de Medicina Veterinaria (AVMA) documenta que uno de cada seis médicos veterinarios ha considerado intentar suicidarse.
Una estadística trágica para una profesión cuya responsabilidad principal es salvar vidas. Es necesario que los médicos veterinarios y otros cuidadores de animales sean empáticos para ser buenos en sus trabajos, pero al mismo tiempo es importante hablar sobre los peligros de la fatiga.
Poner límites a nuestro trabajo (ya sea voluntario o profesional) y saber cuáles son nuestras limitaciones, es de suma importancia para no llegar a esos extremos -en algo tan noble como ayudar a otros seres vivos- al grado de convertirse en una preocupación tal, que afecte nuestra salud.
-LAS OPINIONES DEL AUTOR, NO REFLEJAN LAS DE LA EMPRESA-