Haciendo un poco de historia, Don Raúl Sánchez Diaz Martell (1965-1971) fue el cuarto gobernador del Estado de Baja California en razón a que hubo un interinato en el último año del segundo gobernador Ing. Eligio Esquivel Méndez (1959-1964) en la figura del doctor Gustavo Aubanel Vallejo (1964-1965).

El primer gobernador Lic. Braulio Maldonado Sández (1953-1959) era un inquieto político de la vieja izquierda mexicana, acuñado en la Universidad Autónoma de México traía la enseñanza de los socialistas de principio de siglo que se habían formado en España y se distinguió por ir directo a resolver problemas primarios de la incipiente sociedad que formaba al nuevo Estado.

Luego vinieron dos técnicos que por su capacidad y por ser gente de confianza del gobierno del centro, fueron ungidos por el presidente de la República en turno, uno de ellos encargado del sistema hidráulico del valle de Mexicali y el otro del floreciente ferrocarril, única conexión con el interior de la república; y en el medio de estos dos, un doctor en medicina, que se había distinguido en la lucha por la formación del Estado.

Para esta narrativa, voy a partir del gobierno del Ing. Sánchez Díaz, subrayando que el Estado tenía apenas doce años de ser fundado y los congresos iniciando con el constitucionalista se habían dedicado, en las cuatro primeras legislaturas, a establecer leyes y reglamentos de los cuales se carecían totalmente.

Por ello, a las finanzas no se le ponía atención y apenas alcanzaba para pagar los sueldos, llegó inclusive el caso, que el tesorero (Don Encarnación Cabande) del Ing. Sánchez Díaz, todas las quincenas mandaban a la gente a cambiar los cheques a una casa de cambio de un chino de apellido Wong, y este por retenerlos hasta que hubiese fondos, cobraba una suculenta comisión.

Así pues, el gobernador Milton Castellanos Everardo (1971-1977) al tomar las riendas del Estado, pretendía cumplir una promesa de campaña y era el de “Nunca jamás” recurrir a una casa de cambio para pagar intereses usureros y poner un orden en las finanzas del Estado, contratando a una persona que le daría independencia a fin de establecer ese orden.

Dio la sorpresa, al nombrar a un integrante de uno de los despachos contables de mayor prestigio en el Estado, el despacho llevaba el nombre de Trenti, Arvizu y asociados y escogió al C.P. Carlos Arvizu Barragán para encomendarle esa tarea. A su vez Carlos Arvizu, se rodio de un grupo de jóvenes contadores egresados de las primeras generaciones de la escuela de contabilidad de la Universidad de Baja California y con ellos formó un grupo como el de “Eliots Nest” para realizar auditorías y meter al orden a los causantes; fue tal el éxito que recaudó impuestos evadidos de grandes personajes en la ciudad de Tijuana y al meterlos en cintura, si alguien andaba fuera de control inmediatamente se alinearon a pagar lo correcto.

Viene a cuento toda esta historia porque el gobernador Bonilla (2019-2021) está haciendo lo mismo, a fin de meter orden en lo referente al consumo del agua (Se espera que pronto también inicie auditorías para detectar evasiones fiscales) y se ha desatado un escándalo entre la ciudadanía, porque si bien es cierto, que es aplaudible su gestión, reprueban la forma de hacerlo con aspavientos y calificativos que enojan al causante, cuando esto se puede hacer con firmeza pero sin poner en la picota del escarnio público al evasor.

Definitivamente al cobrar, el gobernador Bonilla está haciendo lo correcto, pero estimamos que si han cambiado los tiempos, las formas se deben de respetar.

0 Comments

Leave a Comment

Síguenos

GOOGLE PLUS

PINTEREST

FLICKR

INSTAGRAM

Síguenos

Etiquetas