Transcurren los días y vivimos cambios en nuestra localidad, motivados por la necesidad de evitar contagios. Lo implementado, nos parece ajeno a nuestra vida cotidiana, pero si lo meditamos un poco las medidas de higiene son sólo eso, además es como un recordatorio de lo que es vivir con cuidado y prevención en beneficio de nuestra salud.

Hemos visto como estampas extraídas de una novela de ficción la forma en que otros países se han preparado para evitar la propagación del virus, el que hoy se ha convertido en enemigo común de la humanidad. Para quienes hemos leído textos futuristas, con temas de enfermedades es como estar frente a un escenario descrito por un autor de algún libro, disfrutado en otro tiempo, pero que hoy es una realidad que enfrentamos. Lo que hoy vivimos puede servirnos como tema de reflexión, con relación a lo sienten todas aquellas personas encargadas de los cuidados de la salud pública, me percato de que quizá están igual o más preocupados que nosotros. Sentimos nuestra propia vulnerabilidad humana ante los hechos que se presentan.

Cada libro que he leído me ha dejado recuerdos por alguna de sus líneas y sus letras. De las novelas de ciencia ficción una de mis favoritas es de Robin Cook, de nombre Contagio (1992) toma como punto de partida una enfermedad, que curiosamente es sobre una gripe, se llevó mi atención: El prólogo, en el que se narra, sin máscara ni pudor el horror que siente el investigador a los procedimientos médicos, miedo que no reconocería públicamente, “Someterse a un análisis de sangre o ponerse una vacuna constituían un auténtico calvario para su persona”. No es la primera vez que me entero de que hay profesionistas de la salud a los que no les agradan las agujas y mucho menos los procedimientos médicos. Lo que prevalece en la actualidad, me llevó pensar en los médicos, socorristas, bomberos, enfermeras y todas aquellas personas encargadas de la salud en nuestro país y en cada país, quienes no están exentos de sentir ansiedad y miedo ante lo que vivimos. Una cosa es que sean especialistas en salud y la otra es que enfrentemos una realidad que nos rebasa, dónde debemos reconocer que los encargados de la salud deben sobreponerse, y son tan humanos como todos los demás. Se cansan, sienten incertidumbre, miedo y quizá en momentos preferirían decir “Estoy cansado” pero siguen en su sitio, haciendo su trabajo.

Una cosa es leer en manuales y libros sobre una enfermedad, medidas de prevención o cuidado y otra cosa es tener que implementarlos en una ciudad, prepararte para lo que pueda suceder y confiar en lo que saben, la vida de muchos, dependen de ellos.

A nosotros nos toca seguir las indicaciones y sugerencias hechas por el sistema de salud, con el interés de seguir evitando los contagios, las sugerencias son muchas, pero muy prácticas.

Por otra parte, estamos ante un momento crítico, el que enfrentan muchos estudiantes y maestros, el ciclo escolar continúa, aunque las clases estén suspendidas, llegamos al momento de ser autodidactas, serán tiempos difíciles y complicados, pero no insalvables aprenderemos a usar de manera diferente las redes sociales y plataformas. Es cuestión de readaptarnos, aprender a aprender de manera distinta, y pensar que lo mejor está por llegar.

“Nos deleitamos con la belleza de la mariposa, pero raramente admitimos los cambios por los que ha pasado para conseguir esa belleza”

Maya Angelou.

“Las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más rápidas, ni las más inteligentes; sino aquellas que se adaptan mejor al cambio”

Charles Darwin.

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