JUNIO

John Kenneth Turner

John Kenneth Turner (32) visitó a Carol ap Rhys Pryce (35) y E. E. Hopkins, y de manera privada, les pidió el cese de la lucha, pues los liberales no tenían la menor posibilidad de oponerse tanto a los federales como a los maderistas.

Carl Ap Rhys Pryce

El 1 de junio de 1911, el “Diario del Norte de California” tenía asimismo informes de que Carl Ap Rhys Pryce (35) había “Manifestado su intención de izar la bandera de los Estados Unidos si pudiera tener la seguridad de que Washington vería con buenos ojos ese gesto”.

Ricardo Flores Magón

Tan pronto como Tijuana quedó en manos de los filibusteros, se trasladó a este lugar desde Los Ángeles, California, donde tenía su “Junta Organizadora”, Ricardo Flores Magón (38), acompañado de su secretario Antonio de Pío Araujo (28) y haciéndose cargo de la aduana se dedicó a formular leyes, reglamentos y Constitución que debería regir al proclamar como lo hicieron la independencia de esta entidad, que bautizaron con el nombre de “República Socialista de la Baja California”; lo que tuvo lugar el 2 de junio, elevándose a la primera magistratura el millonario publicista y actor cómico norteamericano Richard “Dick” Ferris (47).

William Walker

Durante el fin de semana Carl ap Rhys Pryce (35) había sido visitado por varios seguidores, como Steve O’Donnell, el capitán Glenn Hammond Curtiss (33) y Louis James, que lo instaban a que volviera; quizá como William Walker (1824-1860) y Charles René Gaston Gustave de Raousset-Boulbon (1817-1854), una vez disparada su fantasía novelesca por los caminos del filibusterismo, le era ya imposible borrar tan grandiosa visión.

Pablo Leocadio Martínez Márquez

En segundo lugar, el destacado historiador peninsular Pablo Leocadio Martínez Márquez (1898-1970) afirma que la elección de Richard “Dick” Ferris el 2 de junio en Tijuana jamás se llevó a cabo.

En tales circunstancias, intervino Richard “Dick” Ferris (47), publicista y actor cómico norteamericano, quien por medio de la prensa de San Diego proclamó el 2 de junio la República de la Baja California, de la que se autodesignó presidente.

Ante el argumento convencional de que un programa semejante era irremediablemente utópico, Ricardo Flores Magón (48) arguía que la humanidad avanza no gradualmente sino a saltos, y que había llegado ya el momento de dar ese salto.

Francisco Ignacio Madero González

Está publicado el mencionado reportazgo en “The San Diego Union” del 3 de Junio y dice así: “Aunque se dice que han fundado una nueva República, que será conocida por la República Unida de Baja California o la República de Madero en Baja California, si es que hacen la paz con Francisco Ignacio Madero González (38), y han elegido a Richard “Dick” Ferris (47) Presidente, también se dice que los insurrectos de Tijuana se enfrentan al momento más crítico de su campaña”.

Richard “Dick” Ferris: “… efectuaron la elección y de manera unánime me eligieron presidente de la república, sin tener una constitución y sin saber qué harían”.

Utilizando su consabido discurso de impresionar mencionando nombres importantes, el promotor aseguró que un comerciante de Los Ángeles suscribiría 12,000 dólares para mantener la campaña peninsular en marcha, y agregó que otros seguirían su ejemplo.

Sin embargo, él, Richard “Dick” Ferris, intentaría contratar a Carl Ap Rhys Pryce (35) como generalísimo, ya que el galés aún contaba con la lealtad de sus tropas.

También fue eliminado el capitán Glenn Hammond Curtiss, cuya original posición contra la Junta, contra Richard “Dick” Ferris y a favor de Carl Ap Rhys Pryce (35) era difícil de clasificar: Evidentemente, él favorecía un filibusterismo genuino.

Sin embargo, el sábado 3 de junio, los amigos de Richard “Dick” Ferris le ofrecieron un banquete que duró todo el día en el Hotel “Alexandria” para celebrar su elevación a la “Presidencia provisional”.

Entre las noticias del resurgimiento liberal en Tijuana, el “Union” publicó la declaración de Richard “Dick” Ferris fechada el 3 de junio en Los Ángeles: “Mi elección para la presidencia del gobierno provisional de Baja California fue hecha sin mi solicitud o consentimiento, y el hecho no me ha sido notificado oficialmente”.

Mientras tanto, se suponía que el hombre de Estado, Richard “Dick” Ferris, se encontraba ocupado en la elaboración de su discurso de toma posesión.

El recién vencedor Francisco Ignacio Madero González (38) respondió confidencialmente a W. H. Llewellyn, un agente de la Oficina de Investigación, que estaría encantado en caso de que la demanda de violación a las leyes de neutralidad se consumara.

ANARQUISMO

Juan Sarabia

Algunos otros, como Juan Sarabia Díaz de León (29), tiempo después ratificaron que Ricardo Flores Magón persiguió el establecimiento del anarquismo “Es decir, la agrupación absolutamente libre de los seres humanos, sin propiedad privada, sin gobierno, sin distinción de nacionalidades, sin imposición de ninguna especie, trabajando todos y distribuyéndose por acuerdo mutuo los productos de trabajo en general, constituyendo una sociedad sin privilegios, ni diferencias, ni egoísmos, basados en la fraternidad y el amor”.

Sin embargo, el mismo Juan Sarabia destacó en carta pública dirigida a Ricardo Flores Magón que la población mexicana no estaba preparada para dicho sistema por falta de educación, debido a que, de una tiranía como la de Porfirio Díaz, no se podía esperar que saliera gente preparada para desarrollar la sociedad que él deseaba; además, la mayoría de los mexicanos escribió Sarabia, veía con odio al anarquismo por desconocerlo.

La prueba que tenemos de ello es que el 3 de junio, cuando Otis B. Tout dejó de apoyar a los insurrectos, se publicó que Ricardo Flores Magón le había mandado una carta donde se disculpaba por algunas acciones de Francisco Quijada, quien comandaba al grupo que permanecía en Mexicali; le prometía que ya no se realizarían depredaciones y que se darían seguridades a los propietarios de los ranchos del Valle de Mexicali, varios de ellos con propiedades también en el lado estadounidense.

Jack Mosby

El general Jack Mosby y su adjunto Bert Laflin, manifestaron: “…Baja California no se separará del resto de México, sino que la revolución continuará en todos los estados del país hasta que los mexicanos sean liberados del despotismo militar y de la esclavitud presentes, hasta que sea abolido el peonaje y las tierras sean restituidas al pueblo, que les fueron robadas por los capitalistas mexicanos y extranjeros”.

Con la excepción de un traductor, el cuerpo de la comisión administrativa estaba constituido por mexicanos: Antonio de Pío Araujo (28), presidente; Guyton, tesorero; Lirma (sic), comisionado de aduanas; Flores, administrador de correos; y Peterson, miembro de la IWW, traductor.

Richard “Dick” Ferris: “No tiene sentido […] es una empresa sin esperanza […] esta idea de establecer una república en Baja California, y […] yo les diré a los muchachos el lunes que ni de broma”.

LERDO GONZÁLEZ ROMO

Como en los primeros días de junio se tuviera conocimiento de una partida de filibusteros, aumentada con algunos indígenas, andaba cometiendo depredaciones por la sección municipal de El Álamo, extendiéndose hasta las caídas del desierto, ordenó el Jefe de Armas que saliera el día 5 del propio junio, el Jefe de Voluntarios, Lerdo González Romo (39) con su guerrilla de 25 hombres, a darles alcance y batirlos.

Fernando Palomarez, a quien la Junta había enviado recientemente a servir con la comisión civil, explicó los sucesos del lunes 5: “Estamos tratando de impedir que cualquier prejuicio racial se convierta en un factor importante de la revolución en Baja California”.

En una entrevista el 5 de junio, Carl ap Rhys Pryce (35), anunció su regreso a Tijuana y reiteró su intención de establecer una república en la península.

Bajo el titular “¡Viva Ferris!”, el “San Diego Sun” destacaba una serie de “Noticias especiales”, que aparentaban provenir de distintas capitales del mundo, felicitando al empresario por su papel como padre de un nuevo país.

Luego de su derrota, el capitán Paul Schmidt renunció, y fue inmediatamente arrestado en el lado norteamericano, acusado de intentar contrabandear su caballo a través de la frontera. También fue eliminado el capitán Glenn Hammond Curtiss (33), cuya original posición contra la Junta, contra Richard “Dick” Ferris y a favor de Carl Ap Rhys Pryce (35) era difícil de clasificar: Evidentemente, él favorecía un filibusterismo genuino.

Con referencia a la supuesta carta de renuncia de Richard “Dick” Ferris, un vocero de la Junta señaló que, dado que el actor “Nunca había sido legalmente electo para nada”, no podía existir una renuncia.

En una entrevista el 5 de junio, Carl ap Rhys Pryce (35), anunció su regreso a Tijuana y reiteró su intención de establecer una república en la península.

Philander C. Knox

En una respuesta del 6 de junio, el irritable Philander Chase Knox (589, secretario de Estado, declaraba que los Estados Unidos no habían permitido “Escandalosos intentos filibusteros” sino, al contrario, habían vigilado cuidadosamente la frontera, mientras había una “Notoria ausencia de medidas similares por parte del gobierno de México sobre su propio territorio”.

El 7 de junio de 1911, el irritable Secretario de Estado, Philander Chase Knox señaló que, ya que solo había alrededor de quinientos rebeldes en armas, una enérgica acción por parte de México resolvería el problema.

Otro grupo de indígenas Cucapá, alrededor de 30, se sumó a los hombres que permanecieron en Mexicali. Éstos, en su mayoría, se unieron a Rodolfo L. Gallego cuando se declaró maderista el 8 de junio.

“Industrial Worker”: “No habrá paz en México hasta que la bandera roja ondee sobre el país de los trabajadores y el capitalismo haya sido derrocado”.

Lerdo González Romo (39) concurrió a los combates de “El Álamo”, en 1911, los días 10 y 11 de junio, dejando tendidos en el campo a 14 filibusteros; destrozó la partida de Jack B. Mosby.

Con el capitán Paul Schmidt y Glenn Hammond Curtiss (33) fuera del juego, muchos de los soldados de fortuna desertaron, con lo cual se aseguró un mayor control liberal.

De igual manera, Ricardo Flores Magón (38) se refirió a la intervención del actor como un acto de calumnia del “Millonario Ferris”.

El 10 de junio, el grupo de Lerdo González Romo (39) se encontró con varios indios a quienes se consideraba aliados de los revolucionarios. Pelearon y once de ellos fueron asesinados, sin haberse hecho el menor esfuerzo por determinar si era o no rebeldes.

Al tiempo que Ricardo Flores Magón (38) denunciaba al “Estafador” Richard “Dick” Ferris por “Calumniar” al movimiento liberal, reprochaba amargamente a la prensa burguesa el dar al empresario tan profusa cobertura y, en cambio, no informar sobre el sonoro rechazo propinado a Ferris y su grupo por los magonistas.

El día siguiente, al mediodía, un esplendoroso domingo, 11 de junio, Lerdo González Romo (39) y cuarenta o cincuenta de sus hombres entraron a “El Álamo”.

Los reveses militares en Baja California y el transporte de tropas mexicanas en trenes estadounidenses fueron fruto de la traición de Rodolfo Gallegos y las intrigas de los “Piratas de tierra” el general Harrison Gray Otis (74) y el general Tasker Howard Bliss (58).

Celso Vega

El coronel Celso Vega asignó a una unidad vigilante para peinar el campo en busca de “Filibusteros”.

Lerdo González Romo (39) entregó un informe falso al jefe político explicando que a los “Filibusteros” los había matado mientras se defendían en una casa fortificada. Vega no cuestionó esta versión.

Simón Berthold Chacón

Al médico norteamericano, Allen L. Foster lo mataron porque ayudó a Simón Berthold Chacón cuando estaba herido; a Patrick Glennon, irlandés norteamericano que atendía una tienda, por lo de la bandera y porque había tenido demasiado contacto con los rebeldes; al norteamericano que vivía bajo el alias de John D. Carroll y que tenía una tienda de abarrotes, porque también se decía que estaba asociado con los invasores, y por una antipatía generalizada hacia él, y a Constantin Dubois, un vagabundo canadiense francés medio retrasado mental, sólo por ser una molestia menor.

En una reunión sostenida el 13 de junio, la esperanza de Juan Sarabia, acabado de salir de la prisión y recientemente convertido al maderismo, de convencer a Ricardo Flores Magón (38) se redujo a nada; éste rechazó enfáticamente todos los argumentos en el sentido de renunciar a su lucha.

La Junta fue arrestada.

En esos días, Ricardo Flores Magón (38) señaló en una entrevista que la Junta siempre había recibido dinero en pequeñas cantidades, “Tan pequeñas que es poco lo que se puede hacer con él”.

Una vez más, hubo inexplicables disparos dentro del campamento, y tensión entre mexicanos y extranjeros.

John D. Spreckels

John D. Spreckels (52) a Perkins: “También es importante retener flota aquí, proteger de estos malhechores a personas en la frontera”.

Sin embargo, debido al miedo a los liberales, las autoridades militares locales se ocuparon de que estuvieran listos cinco cruceros grandes, una flota de naves auxiliares, un destacamento “Fuerte” de infantes de marina y dos regimientos de infantería para proteger a la población y los aproximadamente cuarenta kilómetros de ferrocarriles en construcción “Del terrible bandido Jack B. Mosby y su banda de 150 (o 200) malhechores”.

Tasker Howard Bliss

El general Tasker Howard Bliss (58) respondió que John D. Spreckels (52) exageraba, que había pocas señales de que los rebeldes se estuvieran preparando para volar el ferrocarril, salvo en caso de absoluta desesperación, y que su amenaza era en gran parte una fanfarronada.

El 16 de junio de 1911, Ricardo Flores Magón (37) publicó en “Regeneración”: “¿Pertenece a México la Baja California? Si, me diréis”.

El propio Ricardo Flores Magón (37) publicó una proclama al engañado pueblo de Baja California, cuyas autoridades civiles y militares le hacían creer que los revolucionarios eran filibusteros y no liberales.

Josefina Rendón Parra: “Vencidas las dificultades de que antes hablo, el coronel Celso Vega, arregló para el 17 del mencionado mes de junio, una columna con que ir a combatir a los filibusteros posesionados de Tijuana”.

Para el México de principios de siglo, el argumento de Francisco Ignacio Madero González (38), que seguía una política democrática, reemplazaría la economía feudal de México con un capitalismo moderno y estable, que, a su vez, sería el prerrequisito para el socialismo, parecía una remota posibilidad.

Según Caryl ap Rhys Pryce (35), su relación con Ricardo Flores Magón (38) y la Junta terminó cuando el general preguntó nuevamente qué se proponían hacer con el ejército: “No podemos hacer nada -dijeron-, no tenemos dinero. Entonces adiós”, dije yo.

Poco tiempo después regresaron algunos de los anarquistas italianos, cuando triunfó la política de la Junta que exigía “Prudencia hasta que la minoría se convierta en mayoría”.

Básicamente, a través de los esfuerzos del rico comerciante peninsular, Aurelio Sandoval, quien contribuyó con 600 dólares, el joven maderista recién llegado de Sonora, Carlos Bernstein, el ex general José María Leyva, que acababa de llegar de Ciudad Juárez revestido con un manto de pacificador y su compañero de viaje, Jesús González Monroy, los rebeldes se rindieron el 17 de junio.

Por primera vez en el curso de la insurrección, la acción directa de Ricardo Flores Magón (38) está poniendo en peligro la independencia de México.

En conclusión, el secretario de las compañías Spreckels, Harry L. Titus sugería que el general Tasker Howard Bliss (58) mandara doscientos de sus hombres para que fueran desplegados a lo largo del camino, y que se quedaran allí hasta la llegada de las tropas mexicanas para que “Estos bandidos no destruyan las propiedades”.

Mientras Rodolfo Gallegos, uno los allegados de Simón Berthold Chacón que se había unido a los liberales, sirvió de rehén, se le permitió al descontento y moroso funcionario federal, Gustavo Terrazas ir a Calexico para conseguir 500 dólares de sus conocidos mexicanos.

A los norteamericanos se les dio su primera comida completa en varios días en un restaurante chino de Calexico, y después fueron llevados a la vía del tren y se les dijo que se separaran antes de llegar al Centro.

Jack. B. Mosby, quien sentía que sería sensato rendirse en los mejores términos posibles, mandó un emisario para tratar de inducir la aprobación de Ricardo Flores Magón (38), pero no recibió respuesta.

La solicitud hecha por las empresas Spreckels en el sentido de que doscientos hombres fueran enviados para cuidar el ferrocarril hasta la llegada de tropas mexicanas era “Totalmente contraria” a las “Órdenes precisas” de Washington.

A los no mexicanos no sólo se les invitaba a luchar por la libertad, sino también se les hacían promesas verbales de una recompensa más tangible: Si ganaban los magonistas, cada soldado recibiría 60 o más hectáreas de tierra, y un bono de 100 a 600 dólares.

Caryl ap Rhys Pryce (35) agregó que, ya que el 9 de mayo prevalecía el estado de guerra en Tijuana, él confiaba en que no sería extraditado por los cargos de asesinato e incendio premeditado.

Afortunadamente para Ricardo Flores Magón (38), gente próspera de buena voluntad en Los Ángeles acudió a su rescate.

Sin autorización de nadie, tres edificios fueron incendiados cuando las descargas resultaron inocuas por la obstinada resistencia de los defensores.

TOMA DE TIJUANA

Entre los más destacados defensores se nombraba a José María Larroque Zúñiga (1856-1911), en cuyo honor se le dio nombre a una escuela y una calle en las ciudades de Tijuana y Mexicali.

El 22 de junio de 1911, hubo el último encuentro, pero ahora contra tropas maderistas y terminó aquella calumniosa acción.

Auxiliado por el pueblo, el 8o. Batallón derrota, en Tijuana, a los filibusteros encabezados por Jack B. Mosby, obligándolos a regresar a los Estados Unidos.

Jack B. Mosby permaneció como jefe hasta la derrota y rendición de la rebelión en Tijuana el 22 de junio de 1911.

En la prensa mexicana la derrota del Ejército Liberal a manos de las fuerzas federales, posiblemente apoyados por civiles locales que creían combatir una invasión extranjera el 22 de junio de 1911, fue presentada por el periódico El Imparcial de Tijuana como “La gloriosa defensa de Baja California” y afirmaba que en efecto existió una “República socialista” del 10 de mayo al 22 de junio de 1911.

El 22 de junio, 155 woobblies y aventureros extranjeros, en su mayoría estadounidenses, y 75 mexicanos e indios, estaban listos para la segunda batalla de Tijuana.

Fue el coronel Celso Vega quien, después del 22 de junio del mismo año, vengara en Tijuana los actos vandálicos cometidos en este Distrito por estas hordas de filibusteros, infligiéndoles una severa y verdadera derrota que terminó la completa extirpación de esa canallada de nuestro suelo bajacaliforniano.

Dejando al coronel Miguel Mayol, quien parecía especializarse en cuidar lugares que no corrían peligro, encargado de custodiar Ensenada, el coronel Celso Vega cayó sobre Tijuana, seguro, decidido y vengativo.

Jack B. Mosby, abrumado por la emoción y “Llorando como un niño”, y 106 de los no mexicanos, tiraron sus armas y cruzaron la frontera como refugiados políticos.

Por su parte, el coronel Celso Vega se negó a permitir que la Cruz Roja revisara el campo de batalla, y la prensa lo acusó de haberse deshecho de los heridos que quedaron abandonados.

Incluso el “Sun” manifestó que “El ejército liberal, con sus generales Simón Berthold Chacón, José María Leyva (34), Caryl Ap Rhys Pryce (35), Stanley Williams, Paul Schmidt y Jack B. Mosby, pasará a la historia con la banda de William Walker, quien aterrorizó a la península hace 50 años”.

Por añadidura, el fundador de la “International Workers of the World” (IWW), Eugene Víctor “Gene” Debs (56) -cuyo apoyo Ricardo Flores Magón (38) había hecho hasta lo indecible por retener- empezaba a ver con escepticismo el programa del Partido Liberal, debido a que era anarquista, a que no lo manifestaba abiertamente, y a que estaba destinado a fracasar, en vista de la decadente situación económica del proletariado mexicano.

Parece muy probable que Jack B. Mosby se haya inscrito en la IWW de Oakland, California y es una certeza que fue desertor de los infantes de Marina de los Estados Unido

En resumen, los socialistas norteamericanos no podían permitirse tener conexiones con los magonistas, quienes parecían ser demasiado revolucionarios para ellos.

Juan Sarabia Díaz de León (29), quien a causa del servicio liberal casi perdió la vista en la más terrible prisión de Porfirio Díaz (81), se convirtió en un “Judas” en el instante que se unió a Francisco I. Madero (38).

Tres días después, a los líderes de la Junta se les dio la máxima sentencia conforme a la ley, es decir, un año y once meses en la prisión federal de McNeil Island en el Estado de Washington.

En el caso de Caryl Ap Rhys Pryce (35), Ricardo Flores Magón, se conformó con insinuar, en una comunicación privada con un tercero, que el galés había huido con fondos del partido.

Otros woobblies más buscaron trabajo en el propuesto espectáculo del Lejano Oeste, en las festividades de inauguración del Pan-Pacific, ya desprovistas de Richard “Dick” Ferris.

A pesar del terror con que se les había asociado a los liberales, a nadie le habían causado daño físico, y habían arruinado muy pocas propiedades, excepto las de los dos tenderos: John D. Carroll y Patrick Glennon.

Había una orden de arresto en contra de Lerdo González Romo (39) en California.

Voceros de la causa magonista han argüido que, en relación con la fuerza del partido en todo México, la proporción de extranjeros que combatía en esa región no era excesiva.

JULIO

Voceros de la causa magonista han argüido que, en relación con la fuerza del partido en todo México, la proporción de extranjeros que combatía en esa región no era excesiva.

El “Industrial Worker”, haciendo ver el resentimiento de la IWW, tronó: “Williams Stanley habría podido capturar las ametralladoras y a muchos hombres del coronel Miguel Mayol si hubiera tenido algunos refuerzos, pero durante todo este tiempo el traidor José María Leyva (Sic: obvia confusión con Francisco Vázquez Salinas) estaba descansando en las trincheras de Mexicali, esperando que masacraran a Stanley y a sus hombres”.

Posiblemente también Richard “Dick” Ferris, quien tenía el don de mantenerse apenas dentro del margen de la ley, captó la situación y verbalmente exhortó a descarriados aventureros a incorporarse al ejército.

Según una nota del “San Diego Union”, Louis James, la señora Ferris y una amiga fueron en automóvil a Tijuana y consiguieron contrabandear una buena cantidad de municiones, empacadas en cajas de agua mineral.

Agregó Ricardo Flores Magón (38) que Juan Sarabia Díaz de León (29) le había dicho que le haría tanto daño como le fuera posible, si no desistía.

La respuesta de “Regeneración” a sus críticos socialistas fue amarga: Juan Sarabia Díaz de León (29) era un Judas, los socialistas se habían tragado la propaganda capitalista, y el dinero de Francisco Ignacio Madero González (38) había comprado a la prensa socialista, así como a Eugene Víctor “Gene” Debs (56), al congresista de Wisconsin Víctor Berger y a otros.

Dos mexicanos: José María Leyva y Simón Berthold Chacón, veterano magonista que había participado en las luchas de los trabajadores contra el general Harrison Gray Otis (74) en Los Angeles, permanecieron unos días en las oficinas de la IWW en Holtville conferenciando con Antonio Fuertes, que estaba en contacto con Camilo Jiménez y con Stanley Williams, estadounidense miembro de la IWW, que se había entusiasmado pero que no participó directamente en la toma de Mexicali.

Stanley Williams había servido en el ejército estadounidense durante la guerra de Estados Unidos contra España, había deambulado y trabajado en casi todos los pueblos rudos del Oeste, y participado en los disturbios de la Libertad de Expresión en 1910.

AGOSTO

El 1 de agosto, Miguel Bravo, joven mexicano, miembro del PLM, publicó una carta en “El Diario del Hogar” de la Ciudad de México en la que asentó: “En el campamento de las fuerzas libertarias de Mexicali, ví en vez del amor y la fraternidad; el odio, el egoísmo, la envidia, las rencillas personales […] todo se convirtió en recelos y propósitos de venganza que tarde o temprano se cumplían”.

Juan Sarabia Díaz de León (29) a Ricardo Flores Magón (38): “Cambia tus métodos de pelea, baja tus armas […] y acepta lo que las circunstancias actuales permitan”.

Informe de Carlos Bernstein a la Secretaría de Gobernación, el 2 de agosto de 1911: “La mayoría de estos que están en El Cajón y Campo, son mexicanos, pero ya estoy tratando de localizar un grupo de americanos y otros extranjeros (…) estos, según los informes que tengo, que no puedo hasta ahora darlos como ciertos, son en su mayoría, los que estuvieron en Tijuana, y a ellos se han agregado algunos miembros de la IWW”.

Juan Sarabia Díaz de León (29), quien a causa del servicio liberal casi perdió la vista en la más terrible prisión de Porfirio Díaz (81), se convirtió en un “Judas” en el instante que se unió a Francisco I. Madero (38) el 5 de agosto de 1911.

José Antonio Villarreal González

En notable contraste, Ricardo Flores Magón (37) castigó amargamente a José Antonio Villarreal González (32) durante varias semanas en las páginas de “Regeneración”.

El cónsul estadounidense en repetidas instancias habló con el jefe político Celso Vega, pero èste no hizo mucho caso de las peticiones del Sr. Frederick Simpich.

Hubo discursos en que señalaron al jefe político Celso Vega como un mal administrador de los recursos públicos; además, solicitaron “Un gobierno civil para su territorio, que fuera dirigido independiente de la autoridad militar”.

Cuando el gobierno arrestó a Jack B. Mosby y a otros woobblies, uno de los organizadores de los miembros de la IWW se quejó de que la Junta no contribuía en lo absoluto para su defensa, y que durante el tiempo en que estuvieron peleando “Jamás vieron nada del dinero que le habían mandado a esa chusma”.

En un informe del 14 de agosto, el cónsul estadounidense en Ensenada, Frederick Simpich, coincidió con el comentario del cónsul mexicano en San Diego, Joaquín Díaz-Prieto.

Según el cónsul mexicano en Los Angeles, Arturo M. Elías, Emilio Guerrero envió algunas cartas a Ricardo Flores Magón, quien trataba de reiniciar el movimiento en contra de Francisco I. Madero.

El 15 de agosto de 1911, Carlos Bernstein escribió una carta al jefe político Celso Vega en la que le informaba de la detención de Juan Fortunato Montero.

Carlos Bernstein a Celso Vega, 15 de agosto de 1911: “Está probado que Tirso de la Toba, sigue intentando armar gente, y aunque creo que la que actualmente tiene es muy poca, el solo hecho de que intente nuevamente, es suficiente para procurar su aprehensión”.

De acuerdo con un informe del 15 de agosto de 1911, el sentimiento en contra de los estadounidenses en general se mantuvo por varias semanas, ya que muchos de esa nacionalidad intervinieron en forma directa en el movimiento armado.

El 18 de agosto de 1911, el “San Diego Union” publicó una nota en la que se confirmaba que, en Campo, California, se encontraba lista una partida de hombres armados.

El cónsul mexicano en San Diego, Joaquín Díaz-Prieto aseguró que Baja California estaba protegida debido al número de soldados que llegaron, lo que dificultaba cualquier intento de ingreso por la frontera.

Dos días después, (19 de agosto de 1911), el secretario de Guerra respondió a la petición de enviar hombres armados a la frontera con México con el propósito de hacer cumplir las leyes de neutralidad.

El 21 de agosto de 1911, el coronel Celso Vega es retirado de la jefatura política del Distrito Norte y sustituido temporalmente por el coronel Miguel Mayol. Éste entregará el puesto al general Manuel Gordillo Escudero, al día siguiente.

Enrique de la Sierra a la Secretaría de Relaciones Exteriores, el 21 de agosto de 1911: “Los hombres de Rodolfo L. Gallego resguardasen la población hasta la llegada de las tropas federales, quedando dicho señor bajo mi vigilancia y dirección, supuesto que el establecimiento inmediato de las autoridades locales habría sido muy peligroso dados los excitados y justificada odiosidad que se les tenía”.

El jefe político Celso Vega fue removido de su cargo y el 22 de agosto de 1911, salió del Distrito con la intención de ir a defenderse ante Madero de las acusaciones que realizaron en su contra los comerciantes de Ensenada.

SEPTIEMBRE

Habiendo de estos últimos, fallecido a consecuencia de las heridas en esta acción, el 25 de septiembre siguiente, el auxiliar Pedro Pellejero.

En respuesta, Caryl Ap Rhys Pryce (35) siguió acusando a Francisco Vázquez Salinas, tal vez de manera falsa, de querer envenenar el agua de riego utilizada por los federales.

Caryl Ap Rhys Pryce (35) sólo llevaba consigo unos 20 dólares para gastos.

OCTUBRE

En respuesta, el anarquista inglés William Owen, editor de la página en inglés de “Regeneración”, señaló que el exiliado era un intelectual, un teórico y un propagandista, interesado en un movimiento económico y social de largo alcance, y, por lo tanto, no se podía esperar que participara en una fase breve y pasajera de la siempre cambiante revolución.

“Los Angeles Examiner”: “Se cree que la misión de Emilio Guerrero resultará en la restauración de miles de acres de tierra a lo largo de la península de Baja California, de la cual los indios fueron despojados desde hace más de medio siglo”.

Emilio Guerrero y sus compañeros Cucapá se fueron con los revolucionarios nativos; pelearon, no para saquear, sino por su libertad.

Manuel Gordillo Escudero, jefe político y militar que sustituyó a Celso Vega informó a Frederick Simpich, cónsul sucesor del desquiciado Geoge B. Schmucker en el puesto de Ensenada para enterarlo de la situación.

Sus amigos del ejército reunieron a duras penas el dinero para la fianza, y Caryl Ap Rhys Pryce fue puesto en libertad.

NOVIEMBRE

Declaraciones bajo juramento de varios residentes de “El Álamo”, presentadas por escrito al Departamento de Estado: “Entre ellos se encontraban Constantin Dubois, un vagabundo canadiense francés medio retrasado mental; un norteamericano que vivía bajo el alias de John D. Carroll y que tenía una tienda de abarrotes; Patrick Glennon, irlandés norteamericano que atendía una tienda y, curiosamente, un médico norteamericano, Allen L. Foster”.

La especial debilidad de los rebeldes por la dinamita se vio con preocupación, pues habiéndose hecho de cincuenta y siete cajas del explosivo, se decía que tenían “Todos los caminos minados con tres cajas debajo de la casa del señor Johnston, tres debajo de la casa de Pat, tres debajo de la casa del señor Raffi; que toda la cosa estaba conectada con una batería lista para dejar a los federales entrar al pueblo sin resistencia, luego hacer explotar la cosa y masacrar a las tropas restantes”.

El coronel Celso Vega arrestó a varios habitantes extranjeros de Ensenada, a causa de las fantasías del joven cónsul.

Cuando el tendero Patrick Glennon, irlandés norteamericano, visitó la capital a fines de abril, con el fin de conseguir provisiones para los habitantes del pueblo, el coronel Celso Vega sospechó que en realidad planeaba dárselas a los revolucionarios.

Peor aún, el desquiciado Geoge B. Schmucker “Denunció a varios norteamericanos” y, en especial “Denunció al doctor norteamericano, Allen L. Foster como rebelde, y posiblemente lo eran también el irlandés norteamericano, el tendero Patrick Glennon, el norteamericano que vivía bajo el alias de John D. Carroll y que tenía una tienda de abarrotes y otros”.

Francisco León de la Barra y Quijano

Tras la renuncia del dictador (81), Francisco León de la Barra y Quijano (48) ocupó la presidencia por cinco meses hasta que Francisco Ignacio Madero González (38) resultó vencedor en una de las elecciones más limpias de toda la historia del País y asumió el cargo el 6 de noviembre de 1911.

De hecho, varios líderes de la oposición al coronel Celso Vega, como David Zárate, el licenciado Joaquín Piña y Saviñón y, sobre todo, Juan B. Uribe, en los meses siguientes se declararon maderistas, incluso este último, durante el mes de agosto de 1911, acudió a la convención que se realizó en el salón “Tìvoli” de la Ciudad de México, donde Francisco I. Madero fue declarado candidato a la Presidencia de la República.

La principal intención de la presencia de Juan B. Uribe en México era plantear la necesidad de “Que desaparezca el gobierno militar, que, desde épocas seculares ha estado asolando a la Baja California, manteniendo cada administración militar las exacciones y abusos de la administración predecesora y siendo imposible cambiar el rumbo fatal de las cosas”.

El 18 de noviembre de 1911, en una carta dirigida a Francisco Ignacio Madero González [38], Rodolfo L. Gallego (36) asentó haberse sumado a la Revolución por haber creído en las ideas de democracia y libertad que Ricardo Flores Magón (38) pregonó.

Luego de que el Jefe Político y Militar, Manuel Gordillo Escudero explicó los avances de los años anteriores, afirmó: “Ahora sólo se ven las ruinas de la prosperidad efímera, no quedando otro establecimiento industrial que un molino de harina en Ensenada”.

El molino de harina de Ensenada, para 1910, dependía en gran parte de la producción de los agricultores Molokanes, este grupo, dado su origen étnico, durante 1911 sólo se dedicó a los trabajos agrícolas sin participar en los cambios de gobiernos ni en las diferentes incursiones armadas de 1911, 1912 y 1914.

DICIEMBRE

Josefina Rendón Parra: “Por último, no quiero omitir, antes de finalizar, hacer alusión al significativo y noble acto que tuvo lugar el domingo 3 de diciembre de 1911, en el Templo Católico de la cabecera, con motivo de la fiesta que organizó el señor presbítero José Cotta, al bendecir una hermosa imagen de “La Piedad”, adquirida con fondos de subscripción pública, con objeto de inscribir al pie de su pedestal, los nombres de todas aquellas personas que murieron defendiendo la integridad de este territorio, y con cuyo motivo pronunció dicho señor presbítero, una brillante alocución exaltando la patriótica y meritoria obra de todos aquellos que se sacrificaron por la Patria: habiendo resultado dicha fiesta, solemne y hermosa”.

Voceros de la causa magonista han argüido que, en relación con la fuerza del partido en todo México, la proporción de extranjeros que combatía en esa región no era excesiva.

En una ocasión, el anarquista inglés William Owen, editor de la página en inglés de “Regeneración”, abundando en el tema, mencionó casualmente que “Nada […] pudo haber demostrado más ignorancia que centrar la atención en el movimiento por demás subsidiario de Baja California”.

COLOFÓN

El 3 de junio de 1912, Caryl Ap Rhys Pryce (36) hacía el papel de un héroe vaquero.

En su urgencia por hacerse de efectivos militares, los dirigentes de Los Ángeles tomaron el arriesgado paso de permitir que cualquiera se incorporara al ejército.

En el cuartel general, a menudo había un exceso de voceros predispuestos a hacer declaraciones no autorizadas.

Por ejemplo, en el juicio que en 1912 se le hizo a la Junta por violar las leyes de neutralidad, uno de los soldados declaró que había actuado como mensajero llevando tributos del campo de batalla al cuartel general en Los Ángeles.

El 22 de junio, exactamente un año después de la batalla final en Baja California, los líderes de la Junta fueron declarados culpables de violación de las leyes de neutralidad.

Margarita Ortega: “Después de agradecer mi actitud en nombre de la Patria, el Jefe Político y Comandante Militar del entonces Distrito Norte, que lo era el General de Brigada don Francisco Vásquez, dispuso que causara alta como Cadete con fecha 27 de junio de 1913, en el 25o. Regimiento de Infantería”.

En 1911, llegó Carlos E. Bernstein Riveroll, un distinguido militar enviado a velar por la seguridad de los colonos, debido a los atropellos que en meses anteriores habían sufrido; don Carlos, con visión de inversionista; compra y vende terrenos en varias partes del pueblo, entre ellos adquiere el lote 15 de los herederos de don Antonio Solís, el 22 de septiembre de 1913.

Ricardo Flores Magón a Helen White: “Pero no habrá nadie que se atreva a estampar esta inscripción: “Aquí yace un cobarde y un traidor a sus ideas”.

La parte acusadora encontró que la índole vagabunda de sus testigos potenciales era un grave impedimento para intentar probar su argumento clave; es decir, que la Junta había reclutado a su ejército en territorio norteamericano para servir a México.

A una edad muy temprana, Ricardo Flores Magón (8), en una especie de reacción rousseauniana, quedó muy impresionado por el deslumbrante contraste entre la intocada belleza natural de Oaxaca y la artificialidad de la compleja sociedad de la capital. Estas primeras experiencias contribuyeron a formar en él un espíritu combativo y sensible.

Oficio de Ricardo R. Rangel a la Secretaría de Gobernación: “(…)autorizándolas, con su presencia, el mayor Esteban Cantú Jiménez (39), y fue designado como Subprefecto el señor Rodolfo L. Gallego, por su gente armada y la que militó a sus órdenes(…) asegurándose que del Valle de Mexicali solo votaron 15 personas, entre las que figuran indígenas Cucapá (sic) que antes de ir a los comicios dejaron sus armas por el rancho Pascualitos, en poder de sus compañeros alzados, a las órdenes de Manuel Cabrera, Ramón Sáez y el capitán Vicente, a quienes los puso en estado de rebelión Francisco Piña, por sugestiones del citado Gallego”.

Carta de Emilio Guerrero a Francisco I. Madero: “… como en este distrito hubo filibusteros, quieren hacerme cumplís (sic) de bandido siendo que yo jamás estuve de acuerdo con ellos (…), en una ocasión yo vi izar la bandera americana en Tijuana y fui y la quité (…) salí huyendo al ser perseguido tenazmente”.

Otro diario italiano, el “Lavoratore Italiano” de Pittsburg, Kansas, publicó el artículo, que afirmaba que la revolución mexicana tenía, aparte de su aspecto socioeconómico, “Un aspecto suntuosamente remunerativo para sus revolucionarios en los juegos de azar”.

En un informe con fecha del 19 de julio, el señor Frederick Simpich, Cónsul de los Estados Unidos, señaló el malestar del coronel Celso Vega contra los comerciantes que deseaban su salida y su desinterés por proteger los intereses de los estadounidenses.

El cónsul de México en San Diego, luego de un viaje a Los Ángeles, informó el 27 de julio que una partida de hombres se organizaba en ese lugar a las órdenes de Richard “Dick” Ferris y de Ricardo Flores Magón, “El primero porque sigue soñando con adueñarse de la presidencia de la República de la Baja California y el segundo y socios, en su idea de fomentar la revolución en México, antes que tengan lugar las próximas elecciones”.

Posteriormente, el cónsul señaló que para las tropas mexicanas en la frontera era imposible mantener la vigilancia adecuada y que los bandidos organizados en Los Ángeles merodeaban la Baja California “De acuerdo con la pandilla del indio Emilio Guerrero”.

El 27 de julio, Emilio Guerrero se presentó en Mexicali, donde Rodolfo L. Gallego, entonces subprefecto político, lo recibió con los brazos abiertos.

Al conocer que Emilio Guerrero llegó a Mexicali, el 27 de julio para abandonar el movimiento armado, el coronel Celso Vega informó a la Secretaría de Gobernación: “(…) me permito manifestarle que el individuo Emilio Guerrero a que se hace referencia era el cabecilla de una de las partidas de socialistas mexicanos, que, engañados por Ricardo Flores Magón, merodeaban en este distrito, separadamente de los filibusteros americanos que lo invadieron”.

El cadáver de Ricardo Flores Magón (49) fue encontrado el 21 de noviembre de 1922 en el umbral de su celda en Leavenworth.

Por el Profr. José Luis Bobadilla Acosta
Taller de Historia de Tecate, A. C.

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