Historias de Ultratumba
Por:Jorge Vargas.
Jamás creí en religiones, culto o sectas, pero una historia cambió mi vida. Cuando los cadáveres llegan a la autopsia, llegan con la ropa con la que mueren y es trabajo del experto desnudarlo para iniciar la autopsia.
Siempre me causó curiosidad que los fallecidos
llegan con expresiones faciales muy distintas, (miedo, tranquilidad, ira,
tristeza) hasta a veces con lágrimas en los ojos. Pensaba que no debía
enfocarme en ello, pues, mi trabajo es netamente científico, pero a partir de
una experiencia personal tuve que combinar mis creencias científicas.
Llegó
a mis manos un caso que estaba bajo investigación, era un cuerpo de
un estudiante que fue encontrado, había sido secuestrado, asesinado y enterrado
hace tres semanas en un lugar lejano.
Cuando fue exhumado, él todavía estaba con su uniforme escolar, se encontraba en posición fetal y su cara reflejaba una profunda tristeza. Debía desnudarse sin cortar la ropa (la ropa se conserva para análisis) fue prácticamente imposible para mí desprenderle sus prendas de vestir dada la rigidez cadavérica.
Fue cuando un doctor llegó, de esos especialistas que creen en un culto llamado brillumba y dijo:
– Te diré cómo es el camino correcto…
Todos pensamos que nos daría una solución técnica, científica, médica o profesional, pero ¡sorpresa!
Él empezó a hablar con el cadáver y mientras lo desnudaba dijo:
′′ Estás aquí, amigo ′′
′′ Tu familia ya te encontró ′′
′′ Ya no vas a estar solo ′′
′′ Todo lo que quieren es enterrarte para que puedas estar en paz ′′
Mira, nunca dejaron de buscarte.
′′ Ayúdame a terminar rápido para que vayas con tu familia ′′
Mientras el Dr. hablaba con el cadáver, se nos pusieron los pelos de punta, el escalofrío era una situación muy desconcertante, pues el calor que hacía en ese momento era insoportable.
Comenzamos a ver que el cadáver, que había sido enterrado durante 3 semanas, comenzó a soltarse para que lo desnudaran, fue muy fácil luego de aquellas palabras.
Lo dejamos en una posición como si estuviera acostado de espalda y su cara cambió, parecía tranquilo.
Desde entonces, ese consejo lo he utilizado. A pesar de vivir con la muerte todos los días, rescaté mi sensibilidad y les hago saber que ante ellos tiene una persona que los respeta, y que sé que deben ser tratados con respeto y dignidad.”
-LAS OPINIONES DEL AUTOR, NO REFLEJAN LAS DE LA EMPRESA-