Comentario Político de Paco García Burgos                                               

Fueron los militares de ambos países. O una teoría más. El ejército mexicano y el de Estados Unidos, han tenido una estrecha relación desde hace muchos años. Recelosos unos de otros, pero al final del día cooperativos entre ellos. No podría ser de otra manera.

Son ejércitos vecinos con intereses en común y con una geografía cuya vecindad es estratégica. Dejar que uno de los suyos, de los más importantes, caiga preso sería un peligroso precedente para los militares de ambos lados de la frontera.

Ante la falta de transparencia en la información sobre la liberación del General Cienfuegos, solo nos queda el sentido común, el análisis a distancia y el muy mexicano “sospechosismo” Me aventuro entonces a plantearle al lector esta hipótesis:

La detención del General Cienfuegos, establecía el precedente de que los militares del más alto rango pueden ser detenidos. No importa si con justificación o no. Y eso abrió, durante unos días, la puerta al imaginario político y colectivo, de que otros militares también podrían serlo. Para las fuerzas armadas estadounidenses, este precedente estaba demasiado cerca de ellos. Podría contemplarse la posibilidad de que alguno de los suyos pudiera ser detenido.

Ante esa perspectiva, los contactos entre ambos ejércitos pudieron haber acordado presionar a sus dos gobiernos para encontrar una solución que terminara con el incipiente proceso contra el General. Es reveladora la causa que se esgrimió, que es la cooperación entre ambos países. ¿De qué cooperación se trata? De la que tiene que ver con seguridad.

Muy posiblemente estuvo en la mesa la cooperación con la DEA. Su peor escenario es ser expulsados de México o limitar sus actividades hasta hacerlas inútiles. La falta de cooperación, el franco bloqueo a sus movimientos y actividades pueden lograr ese objetivo.

Y por otro lado la relación entre los militares en términos de capacitación, equipamiento y, sobre todo, información de inteligencia. Ese sería el peor escenario para la milicia norteamericana: que México cerrara sus puertas a esta relación.

Si este fuera el caso, estamos ante una muestra de poder militar por encima del poder civil. Y esto puede ser muy peligroso.

Los militares mexicanos están sirviendo de ancla del régimen Lópezobradorista, de la 4T.

Tener la posibilidad de ejercer una fuerza tal, que obliga al poder civil a intervenir de manera decidida en un caso como éste, ensancha sus alcances, y si bien es cierto que el ejército mexicano ha sido uno leal en los últimos cien años, y que se ha mantenido firme bajo las órdenes del Ejecutivo, aún en circunstancias muy adversas y de protesta social, también lo es que debe mantenérsele en el ámbito de sus competencias constitucionales y tradicionales.

Me parece que el Presidente López Obrador y la sociedad lo tenemos claro. Pero hay que estar atentos.

Paco García Burgos

Consultor y analista político

Contacto: paco@pacogarciaburgos.mx

-LAS OPINIONES DEL AUTOR, NO REFLEJAN LAS DE LA EMPRESA-

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