Como resultado de un suceso personal me detuve a cuestionar si en realidad creemos en la justicia, en qué tanto nos puede apoyar, pero sobre todo si tiene el poder en este momento de protegernos como personas, de solucionar, de darnos la confianza de que estaremos bien, y no me refiero a las personas que día a día realizan esfuerzos en las diferentes dependencias (Porque sí las hay) me refiero al sistema, a lo que nos han inculcado a llamar justicia y entonces pensé:

¿Realmente creemos en la justicia? ¿Estamos seguros que los delincuentes serán castigados por la ley? ¿Has pensado seriamente si en realidad crees que la justicia resolvería algún problema que se te presente?; hagamos una pausa y pensemos, si en este momento tú que estás leyendo esto fueras víctima de un asalto, de una agresión, testigo de un asesinato, de un secuestro, ¿estarías dispuesto a confiar en la autoridad y ser testigo o levantar tu denuncia a sabiendas de no saber si obtendrás represalias? ¿Estás dispuesto a ayudar? Por otra parte, ¿sabes a quién estás ayudando?

En qué momento por “Seguridad” aprendimos a dejar pasar todo tipo de violencia que está fluyendo día a día en nuestro país, en nuestro Estado, en la ciudad, en tu calle, en tu casa. ¿Cómo nos hemos ido a acostumbrando a ver crecer la impunidad, a desayunar leyendo noticias de impacto humano, a comer después de escuchar el asesinato de alguien, a dar por hecho que lo que les pasa a las personas es porque lo merecían? Una y miles preguntas surgen cuando tenemos que tomar decisiones y entonces te das cuenta que no es lo que pasa ahí afuera, que por más que en ocasiones hagamos como vulgarmente se dice “De la vista gorda” y no nos metamos en asuntos malos o nos mantengamos al margen todo nos termina alcanzando tarde o temprano, cómo podemos salir todos los días de casa con la seguridad de que el día de hoy volveremos a ella y verás a tus padres, a tus hijos, a tu familia, o de que ellos volverán.

Semana tras semana, día tras día, escuchamos infinidad de noticias en las que personas son asesinadas, en las que alguien golpeo a otra persona o simplemente fueron asaltados y entonces pensamos que feo, o cuanto a crecido la delincuencia en el país, pero después lo olvidamos y seguimos con la rutina diaria. Cuantos vecinos saben en este momento del niño que es golpeado, de la esposa que es violentada, de aquellos que envenenan a nuestras jóvenes, de la casa que se utiliza como picadero, pero hemos decidido voltear a otro lado y pensar son sus problemas. Mi pregunta es: ¿Qué está mal? ¿Somos nosotros como sociedad que lo aceptamos y seguimos viviendo nuestra vida normal? ¿Es el gobierno con su nula estrategia para llevar a cabo un plan de seguridad que pueda blindarnos de los delincuentes? ¿Es la madre de familia que a sabiendas de que su hijo es un delincuente llámese ratero, vendedor de droga, secuestrador, asesino, no dice nada porque es su hijo? ¿Qué es? Que es lo que no está funcionando y nos lleva a no tener la certeza de que nosotros o nuestra familia no será víctima de alguien o estaremos en el lugar equivocado convirtiéndonos en un número más de los daños colaterales que aumentan cada día en el país.

Es increíble la impotencia que se vive cuando solo por el hecho de portar un arma, por decisión, por “Huevos” de alguien puedes no volver a casa, ¿Quién se creen? ¿Cualquier persona puede entonces decidir ahora cuanto vives? O bueno, en todo caso si las cosas no pasan a mayores y solo recibes unos cuantos insultos ¿Debes de agradecer que fue bueno y puedes seguir tu vida normal y olvidar apreciando la oportunidad que te dio de seguir viviendo?… Suena ridículo ¿No? pero es la maldita realidad que vivimos día a día, y en la que tristemente nuestros hijos crecen.

Posdata: Apegándome a la nueva cultura espero que si te pasa, tengas tiempo de bajarte y ofrecer tu abrazo, como lo sugiere nuestro Presidente, con el fin claro que como resultado del abrazo esperar que no te den un balazo.

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