Mis nenes, muchos conocemos a esas personas que de niños fueron bien portados, aplicados, responsables, educados y respetuosos con sus padres pero ya de adultos se transformaron en todo lo contrario, cínicos, irresponsables, desvergonzados, flojos y no, no me refiero al padre de sus hijos. Esta vez me refiero a la tristemente célebre XXII Legislatura. ¿Qué les pasó si iban tan bien?

En el 2016 entró la Legislatura número 22 dominada por mayoría panista, recordemos que en la 21 la balanza estaba equilibrada al menos para PAN y PRI con 7 y 7 diputados.

Peinaditos y bien formados entraron los 25 legisladores dispuestos a trabajar por Baja California y a cobrar sus jugosos sueldos, todos con sus útiles nuevos y el uniforme bien planchadito, muchos traían propuestas frescas y promesas de campaña muy atractivas.

Sin embargo, quién iba a pensar que durante su trayecto por el H. Congreso del Estado, estos angelitos se convertirían en todos unos cholos rebeles sin causa o más bien, rebeldes sin partido.

Y es que la 22 Legislatura terminó siendo una de las más cuestionadas por la ciudadanía (Por no decir malquerida), debido a lo que muchos consideran “Malos actos”, tal fue el desprestigio que logró esta legislatura que los escándalos llegaron a nivel nacional, catalogándolos en muchos medios de la República como diputados flojos, incongruentes y nada profesionales.

Recordemos cuando a finales del 2016 estos “Querubines del erario” aprobaron en los oscurito la famosa Ley del Agua que buscaba, entre otras cosas, privatizar este servicio vital, las protestas ciudadanas fueron tales que para enero del 2017 tuvieron que meter reversa y la ley fue derogada.

A inicios de diciembre del 2017, el Congreso volvió a sesionar literalmente a la media noche, y le autorizaron al Gobierno del Estado establecer contratos leoninos para la construcción de dos plantas desaladoras, se autorizó un endeudamiento a 37 años nada más y nada menos que por la ridícula cantidad de 83 mil millones de pesos.

Posteriormente, en marzo del 2019, el Congreso autorizó un refinanciamiento de esta deuda y además le aprobó al Gobierno del Estado el contrato para la construcción de un doble piso vial en Tijuana por 25 millones de pesos mensuales por ¡17 años!

La última travesura de estos 25 chiquitines fue en julio de este año con la llamada “Ley Bonilla” donde, también en los oscurito, sesionaron para aprobar por mayoría la ampliación de la gubernatura de Don Bonilla de 2 a 5 años.

El Diputado del extinto Distrito 7 por Tecate, Benjamín Gómez Macías, declaró meses antes de esta aprobación, que a él y a sus compañeros legisladores los habían intentado sobornar hasta con un millón de dólares para votar esta ampliación pero se negaron. Ahora, debido a esta declaración que hizo, Macías fue denunciado ante la PGJE por presuntos sobornos pues él fue uno de los que votó a favor de la ampliación. O sea que se disparó en el pie.

Debido a esta triquiñuela, PAN, PRI y MC expulsaron de sus filas a los diputados que votaron a favor la Ley Bonilla, de esta manera la XXII Legislatura terminó con 15 diputados SIN partido. Ya ven, rebeldes sin partido. Y no lo digo yo, lo dice Wikipedia.

Así mis niños, es como la legislatura número 22 salió por la puerta de atrás del Congreso este 31 de agosto, ganándose a pulso ser una de las más controvertidas y polémicas de la historia de Baja California, al final los niños educados y bien portados, resultaron todo lo contrario.

Este primero de agosto entró en funciones la legislatura 23 donde ahora predomina MORENA y sus coaligados, llegaron bien peinaditos y con el uniforme bien planchadito a sentarse en el lugar que ocuparán hasta el 2021, a ver si estos salen por la puerta de enfrente.

DE PASADITA: El ex alcalde César Moreno anda medio pálido, pues la 22 legislatura no alcanzó a aprobarle la cuenta pública de su último año, que dicho sea de paso, está más manchada que mantel de restaurante.

estradavarela@hotmail.com

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