Ocho meses han transcurrido del actual gobierno federal y se empiezan a sentir los barruntos de tormenta con todo tipo de acontecimientos, en donde se han abierto frentes que a su muy particular estilo ataca el presidente López Obrador, utilizando técnica muy a lo Echeverria (Presidente de México 1970-76) ejemplo es siempre repetir y repetir las cosas a fin de convertirlas en verdad, ejemplo el crecimiento casi negativo de la economía del país que llegó a pisar fondo aruñando la recesión en el segundo semestre y que más de cinco organismos especializados han dicho que el crecimiento no llegará a 1.0 punto sino que será del 0.05 por ciento; el presidente sostiene que al final del año andaremos en el 2 por ciento, aduciendo que las ayuda a los “Ninis”, ancianos y demás programas sociales moverá el mundo de la economía que entre paréntesis en junio obtuvo retroceso en el empleo y bajaron las remesas de nuestros co-nacionales, sobre todo los que viven en Estados Unidos; pero para reforzar manda más de 450 mil millones de pesos para invertir en préstamos hipotecarios, reforzar y activar a los Pymes, este sería el primer reto de credibilidad.

El segundo reto es lo que repetitivamente señala, que en su gobierno no habrá “Chivos expiatorios” y le podríamos creer cuando se revivió el expediente de ODEBRECHT persiguiendo a Emilio Lozoya, pensando que era herencia de un caso abierto, pero al extender la persecución a su señora madre, esposa y hermana, más bien parece una venganza sexenal que el seguimiento de un juicio por malos manejos públicos, obligando al acusado a renunciar a sus derechos de amparo a fin de proteger a sus familiares; al grado de decir Lozoya que es “Un ataque político cobarde y sin fundamento”. En este mismo caso, se persigue a Alonso Ancira (Quien se encuentra en España detenido) por la venta considerada fraudalenta de la empresa Agronitrogenados.

El tercer reto es la persecución de quien fuese su aliada política Rosario Robles, a quien se le atribuye “La Estafa Maestra”, una denuncia ciudadana que presuntamente se trata de desvíos millonarios para campañas políticas y se habla de casi 3,500 millones de pesos y en donde se ven también involucrados ex funcionarios y 50 empresas fantasmas; pero también reviven la demanda de Rosario Robles en contra de ahumada y recuerdan la época de el “Señor de las ligas” René Bejarano y Gustavo Ponce quienes se desempeñaban como operador político del jefe de Gobierno el primero, y el contador Secretario de Finanzas de López Obrador.

Aunque dice el presidente que “La venganza no es su fuerte”, manda mensajes de resentimiento del “Fraude electoral” dice se cometió contra él en 2006 y manda investigar en donde quedó el dinero de Zhenli Ye Gon que fue decomisado en el tiempo del Presidente Calderón.

Y para no dejar en paz a la iniciativa privada y políticos de lo que el llama la “Era neoliberal” respalda la “Ley de Extinción de Dominio”, que traducida a la realidad viene siendo como un cheque al portador que se da a las autoridades para que rematen bienes privados sin que medien resultados de juicios, violentando, dice la Coparmex, el principio de la presunción de inocencia y pone en riesgo el respeto a la propiedad privada, por ello esta institución le pidió no publicarla a lo que hizo caso omiso.

Y como si no fueran poco los frentes abiertos, acusa al economista Agustín Carstens, extitular de la Secretaría de Hacienda, ser el autor de las famosas “Partidas de moches” que vino a corromper a los políticos de todos los niveles, a fin de que le aprobaran todo lo que mandaba al congreso, en particular los presupuestos de egresos.

En otras palabras, no hay políticos honestos en el gobierno, sino hasta que se dio la llamada cuarta transformación.

Muchas tortillas puestas sobre el comal, esperemos les pueda estar dando vuelta y que se no se le queme alguna, por las consecuencias políticas que podría tener.