Días atrás me llamó la atención leer en medios tijuanenses que la Presidenta Municipal electa Zulema Adamas argumentaba, que “Tecate tiene un grave problema de inseguridad”, por lo que considerando que tal vez no la están asesorando bien o que quienes le están manejando esta área no investigan de manera correcta, debo precisar que tal afirmación es equivocada, Tecate es la ciudad que tiene la menor incidencia delictiva del Estado y durante tres años de manera consecutiva, ha bajado la incidencia delictiva en todos los delitos que le afectan al ciudadano como son los robos en sus diversas modalidades.

Pero pasemos a los detalles.

En 2018, el total de delitos denunciados ante la PGJE en Tecate fueron 3 mil 275, la cifra más baja de la que se tiene registro desde el año 2006. Es el 17 por ciento menos de como la dejó César Moreno.

En 2018, el total de robos fue de 1 mil 432, también la cifra más baja de 2006 a la fecha, un 37 por ciento menos de como la dejó la administración anterior.

En 2018, el total de robos a casa habitación fueron 300, que también es la cifra más baja de desde el año 2006, un 53 por ciento menos de como la dejó la anterior administración.

En 2018, el total de robos en la vía pública fueron 163; las cifras más bajas fueron en 2009 con 146 y 2015 con 153, respectivamente. No obstante, es un 40 por ciento menos de como quedó este delito en la administración anterior.

En 2018, el total de robos vehículo fueron 488, la tercera cifra más baja desde 2006 pues las más bajas fueron 456 en 2013 y 463 en 2015 respectivamente. Los 488 de 2018 significan una disminución del 30 por ciento de como la dejó César Moreno.

El mismo comportamiento tuvieron el robo a comercio y el robo con violencia precisando que la fuente de información es la SSPE, consultable en el portal del gobierno de Baja California www.bajacalifornia.gob.mx

Veamos ahora 2019. Comparando el período enero – agosto de este año contra el mismo período de 2018 (8 meses en ambos), la tendencia es la misma bajando la incidencia delictiva más aún: El total de delitos ha disminuido 19 por ciento pues de 2,285 de entonces bajó a 1,850; el total de robos también bajó 19 por ciento al pasar de 1,003 a 810; el total de robos a casa habitación refiere 47 por ciento menos al bajar de 208 a 111 delitos; el total de robo a comercio ha bajado 56 por ciento al pasar de 167 delitos en 2018 a 73 este año y sólo en robo de vehículos ha subido un poco la incidencia al pasar de 327 a 363 en el mismo período.

Hablar de seguridad es un tema muy delicado pues no se puede improvisar ni, mucho menos, dar opiniones a la ligera basados en lo que dicen las redes sociales.

Analizar el tema de inseguridad que se padecía a fines de 2016 no fue una tarea menor y mucho menos superficial; requirió de diversas y múltiples reuniones para analizar el problema y para realizar el correcto diagnóstico, que concluyó con una política de Seguridad Ciudadana que contempló no solo un  programa muy bien delineado de reingeniería reconstructiva en la operatividad policial sino en el establecimiento y fortalecimiento de diversas áreas más, destacando sobre todo la prevención del delito, la profesionalización y capacitación y el incremento salarial -Entre varias más-, para contener primero y disminuir después la -entonces sí- creciente incidencia delictiva. Y una vez iniciada esa disminución, mantenerla, como así ha sido en estos 34 meses tal y como lo demuestra la estadística oficial del Gobierno del Estado. Todos los delitos antes mencionados tenían a fines de noviembre de 2016 un alza no sólo preocupante sino dramática, pues en el gobierno de César Moreno el robo en vía pública subió 83 por ciento, el robo de vehículo 50 por ciento, el robo con violencia 106 por ciento y el robo a comercio 75 por ciento.

Esos sí eran grandes problemas de inseguridad. Grandes.

Pero de 2016 a agosto de 2019 la diferencia es notable. La efectividad, que se compone de eficiencia y eficacia, también. E insisto, fue a consecuencia de una política de seguridad ciudadana generada a partir de un diagnóstico muy preciso, profundo y certero.

Los resultados están a la vista, y no los verá quien se empeñe en quererlos ignorar. El reto, ahora y para el futuro, es mantenerlos así, a la baja de manera constante y sostenida.

Ojalá y así sea pues la ciudad no merece menos.

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