Me ha impactado mucho la noticia. El comunicado oficial del fiscal del distrito oeste de Nueva York en Estados Unidos es contundente. Se le acusa de conspiración para traficar cocaína y de declaraciones falsas a la autoridad. Recibió sobornos de múltiples millones de dólares del cartel de Sinaloa. El chapo, a cambio, tenía paso libre para sus mercancías, información sensible sobre las investigaciones que la autoridad hacía a su cártel, e información sobre otros cárteles rivales. Para cuando García Luna se fue a vivir a Estados Unidos, tenía ya una fortuna de millones de dólares. Dice la autoridad del país vecino que el detenido es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Todo esto según el comunicado del Departamento de Justicia de Estados Unidos del 10 de diciembre de 2019.

Para seguir con el espíritu justo del comunicado, voy a hacer mis comentarios suponiendo que García Luna ha sido encontrado culpable, simplemente para establecer algunas ideas en caso de que fuera cierto aquello de lo que lo acusan. No entendería que no lo fuera, pero bueno.

El Presidente Calderón llamó a la lucha contra el crimen organizado en el país. Una decisión controvertida pero a mi gusto acertada. Tan lo es, que sin declaratoria de guerra, el sexenio de Peña estuvo, como lo está el actual, en una confrontación permanente y necesaria para detener el avance de los cárteles y la drogadicción creciente de nuestros jóvenes. En el grupo que encabezaba esta lucha se encontraba García Luna. Ahí está la primer traición, al Presidente de la República. Por un lado se sentaba en la mesa de las decisiones contra el chapo, y por otro, extendía la mano para tomar los portafolios llenos de dinero.

La segunda es una traición a las tropas que comandaba. Cuántas vidas se habrán perdido, cuántas familias lastimadas y cuántas personas traicionadas por aquel que las mandaba a enfrentarse a grupos criminales, mientras le daba la información de sus operativos y actividades a quienes enfrentarían dándoles así una ventaja estratégica.

Y la traición a la patria. Mientras esta necesitaba de un gobierno fuerte que detuviera el deterioro social ocasionado por el narcotráfico, una de sus piezas fundamentales se encargaba de debilitarlo haciendo más difícil la tarea de fortalecer al país, sus instituciones, sus familias, sus jóvenes. En México hasta 2005 esta traición se castigaba con la muerte, ahora podrá pagar de 10 años a cadena perpetua en Estados Unidos de resultar culpable.

La detención de García Luna sucede a partir de la extradición del chapo. Sucede también fuera de México. No pudo suceder en México, la impunidad, ese mal que está en el origen de todos nuestros problemas, hizo de las suyas una vez más. Prefiero que se quede allá, que no sea extraditado, y espero que a partir de su detención surja la verdad y rueden las cabezas que, junto con él, traicionaron a la patria.

paco@pacogarciaburgos.mx

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