Muchos hemos atravesado por crisis existenciales en algún momento de nuestra vida. Esta crisis ocurre cuando nos cuestionamos sobre el sentido, rumbo o propósito de nuestra vida. Aparecen preguntas como: ¿Qué estoy haciendo con mi vida? ¿Hacia dónde voy? ¿Hago lo que en verdad me gusta? Lo interesante es que la respuesta a esas preguntas parece clara para todos los demás, pero no para nosotros mismos.

Aun así, no hay porque alarmarnos, el resultado de experimentar esta crisis existencial puede ser el impulso hacia un cambio, algo que puede ayudar a encontrarte a ti mismo y mejorar la manera en que te desenvuelves en tu vida en general.

¿La crisis existencial ocurre solo porque sí?

Usualmente estas crisis aparecen ante un cambio relevante en nuestra vida, como por ejemplo la pérdida de un ser querido, una ruptura amorosa, padecer alguna enfermedad, o el desempleo. Puede darse el caso en que la crisis es debido a que la persona no se presta atención así mismo, vive desconectada de sus propios intereses, centrando su atención, tiempo y energía en asuntos como, por ejemplo, el trabajo.  

Si no lo manejamos de manera adecuada esta crisis de existencia, puede causarnos mucho sufrimiento e inestabilidad, pero si lo afrontamos correctamente podemos llegar a un crecimiento y darle un empujón a nuestro desarrollo personal.

¿Cómo puedo afrontar esta crisis?

Cada persona vive las crisis existenciales de manera muy particular, pero hay ciertos consejos que te pueden ayudar si tu estas pasando por una de ellas:

Te levantas a la misma hora todos los días, para ir a los mimos lugares, realizar las mismas actividades, frecuentas a las mismas personas, vives los mismos problemas, esto indica que te has dejado atrapar por la rutina, así que para encontrar un cambio: DETENTE.  Si solamente te dejas llevar por la corriente, no lograras un cambio.

Tomar consciencia de nuestro malestar, nos puede provocar miedo o desagrado por sentirnos “Mal”, pero somos seres humanos que vivimos y experimentamos emociones. No sucederá nada malo si nos permitimos estar tristes, tener dudas o si nos sentimos rebasados por las emociones negativas. Acepta tus emociones.

Lo que si puedes cuestionar son tus ideas, muchas de las veces un malestar es debido no a una situación, sino a lo que pensamos de ella o como la interpretamos. ¿Qué tan válidas son tus creencias? Por ejemplo, si perdemos un empleo podemos sentirnos mal, pero quien por este motivo pase unos muy amargos días seguramente cree que “Jamás podrá encontrar un trabajo igual, o mejor”. Cuestiónate.

Has memoria de todo aquello que disfrutabas en los tiempos en que tenías más libertad o flexibilidad en tu horario, antes de tener la agenda llena o el tiempo muy limitado. Tenias seguramente algunos pasatiempos, hobbies que dejaste de practicar, ¿por qué no los vuelves a practicar? Realizar actividades placenteras siempre genera un mejor estado de ánimo.

Busca un propósito, pregúntate a ti mismo: ¿Qué es lo que disfrutas? ¿Qué piensas que es lo más importante? ¿Qué de esto pudieras explotar?, si tu estuvieras en un cuento, y tú mismo(a) relatas tu propia historia, ¿cómo sería tu vida?

“Existe siempre un momento en nuestra vida en el que nos sentimos más perdidos que nunca, ese momento es el principio del camino para encontrarnos a nosotros mismos”.

“Nos vemos en la próxima publicación”.

0 Comments

Leave a Comment

Síguenos

GOOGLE PLUS

PINTEREST

FLICKR

INSTAGRAM

Síguenos

Etiquetas