En plena pandemia por el COVID 19 el Presidente de El Salvador Nayib Bukele ha escalado al nivel de estadista por las diversas acciones que ha determinado para la protección de los salvadorenses. Anticipándose al golpe frontal del coronavirus y para evitar medidas después de ahogado el niño determinó, entre otras, cuarentena obligatoria, suspensión de pagos de rentas y servicios como agua, luz, gas, telefonía por cuatro meses, y su prorrateo posterior; esto es, al quinto mes no cobrar de golpe los pagos atrasados sino repartirlos en los meses subsecuentes hasta por dos años. En créditos (hipotecarios o departamentales) igual. Pero además advirtió su mano dura: quienes no cumplan con la cuarentena obligatoria serán arrestados, llevados a centros estatales de cuarentena y allí iniciarán, de cero, la cuarentena obligatoria. Luego, procesados judicialmente por desacato.

Por el contrario en México, nuestro ganso bufón, ha invitado a seguir en la calle como si nada pasara, a salir, a comer en fondas, etcétera, y que él será quien diga cuándo recluirse cual pastor ovejero de la campiña balando ante sus ovejas.

Hay una gran diferencia entre el señor presidente Bukele y nuestro ganso bufón; Bukele, a sus apenas 39 años (fue dos veces alcalde), ha entendido la magnitud del problema y se ha anticipado a las consecuencias para tratar de reducir los efectos de mortandad. El ganso, por el contrario, es ahora no solo un hazmerreir mundial sino un gran factor de preocupación por su grave irresponsabilidad en la conducción de la política nacional en plena crisis. Basta con ver su participación ayer jueves en la cumbre del G-20 para darnos cuenta de su estatura presidencial; habló como si estuviera predicando ante sus ovejas. Hasta a Fox extraño, en verdad…

Estamos ciertamente en plena crisis de salud que ha costado muchas vidas y que costará muchas más. El propio Bukele dijo ayer mismo: “el mundo no está haciendo lo suficiente para detener el virus. Su avance es implacable y ya tiene a los países más poderosos de rodillas. Nosotros tampoco hacemos lo suficiente. Lo peor es que hay quienes reclaman que estamos siendo muy estrictos. No han entendido nada”.

Y que aquí salga el ganso invitando a seguir saliendo mientras muerde cachetes de niñas infantes, debe obligarnos a pensar en su sanidad mental y muy seriamente en la revocación de mandato que tanto pregona. Además, nos obliga a cuidarnos por nuestros propios medios. (Ya referí en el artículo anterior la insanidad mental del presidente ecuatoriano Abdalá Bukaram por la que  fue removido del cargo por el Congreso).

Las medidas de aislamiento social han surgido de la propia población al darse cuenta de la agresividad de la pandemia y no por la coordinación presidencial. Muchos estados del país han determinado sus propias acciones dentro de los que destacan Jalisco y Sonora. Baja California reporta al día de ayer 20 casos confirmados dentro de 119 sospechosos pero, ¿sabe usted cuántos contagios hay solamente en San Diego en el mismo período? 297 positivos con dos fallecidos, de los que 112 son mujeres y 185 hombres. Pero el propio Condado dice en su informe que estos datos deben ser DIEZ VECES MÁS porque no todos se han hecho la prueba correspondiente. Esto significa según lo dicho por el Condado de San Diego, que los contagios allí deben ser aproximadamente 2 mil 970.

Considerando los miles de cruces diarios en las garitas de BC tanto en vehículo (particular o comercial) como peatonal, ¿cree usted que BC tenga sólo 20 casos? Ojalá así fuera pero la probabilidad y estadística hacen concluir otra cosa. Aquí no valen los ‘ganso detentes’ ni los ‘fuchi – cacas’ presidenciales. Vea usted: al 22 de marzo San Diego reportaba 205 contagios, y al 25 de marzo (tres días después) subieron a 297; esto es, en tres días los contagios subieron 45 por ciento.

¿Acaso no es de preocuparse? Claro! Y mucho, por cierto…

La sana distancia es fundamental. La higiene extrema, también. La reclusión domiciliaria (¿ya entienden, ahora, lo que significa el arraigo domiciliario) es incuestionable pero, ¿y quienes requieren del día a día en la calle para comer ellos mismos y sus familias?

Salen a trabajar, sí, ¿pero acaso venden?

Por eso valoro los actos del presidente Bukele: 4 meses de suspensión de pagos porque si no, ¿cómo van a pagar los servicios elementales de una casa?

El grave problema de la pandemia requiere de soluciones drásticas y AMLO sigue viviendo en gansolandia.

El congreso local acaba de decretar una mora de dos meses en el pago de rentas pero ¿y lo demás? ¿Las CESP municipales cortarán el agua? La CFE es tema federal pero ¿no pudieron emitir un punto de acuerdo exhortando a no cobrar este tiempo? ¿Y en el caso del gas y teléfono? ¿Qué no, acaso, la telefonía celular y el uso de datos es necesario para el flujo de información oportuna? Qué pronto dejaron de pensar en el pueblo bueno…

Pero ese pueblo bueno y sabio ha comenzado a darse cuenta del poco plumaje del ganso y de la gran estatura de estadistas como Macron, Merkel, Trudeau y, muy sorprendentemente, Bukele.

Por lo pronto, los picos del caos están a la vuelta de la esquina; si no nos cuidamos como se debe, las consecuencias serán irreversibles.

Y cierro con lo que dijo el estadista -insisto, Bukele-: ¿de que te servirá tener 10 o 100 o 500 millones de dólares si te vas a morir?

Cuídate, no seas irresponsable.

Y muy próximo está el 2021; ¿validarías tanta estupidez?

Yo, por supuesto que no.

Y preciso lo que he mostrado en redes: mi voto fue por Meade.

0 Comments

Leave a Comment

Síguenos

GOOGLE PLUS

PINTEREST

FLICKR

INSTAGRAM

Síguenos

Etiquetas