Manuel Bartlett quien hoy está al frente de Comisión Federal de Electricidad, es juzgado por la historia como el estratega de la caída del sistema, que dicen los que saben, fue para arrebatar el triunfo al Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano quien es el padre del inicio del movimiento de izquierda más organizado en la historia de México.

Pues parece que en esta semana sucedió lo mismo a las autoridades de salud en la persona del “Roquero” Hugo López-Gatell, pues fue de error en error por no decir de pifia en pifia.

Primero fueron los gobernadores Panistas quienes le echaron en cara que les había enviado material para hospitales, médicos y enfermeras que no reunían la calidad mínima necesaria e indispensable para afrontar la pandemia y en “Bola” le regresaron toda la mercancía.

Es de extrañarse en este capítulo que los gobernadores del PRI se quedasen callados, posiblemente por que “Sienten gatos en el tejado” con eso de la investigación que el actual gobierno ha iniciado contra un miembro del “Grupo Atlacomulco” y los puedan salpicar.

La siguiente pifia del “Roquero” fue decir que la información respecto a los infectados por el Covid-19 no eran los que reportaba, sino que estos deberían multiplicarse por 8 (Poquito menos por 8.5) para determinar el número total.

Aquí podría preguntársele si ya consideró a quienes no están en la estadística de defunción por la pandemia y que se considera “Fallecieron por neumonía atípica”.

Luego vino la denuncia pública de Eugenio Derbez que en los hospitales de Tijuana el personal carecía de equipo de protección, rematada la observación por el Gobernador Bonilla de que “Médicos y enfermos, caían como moscas”.

No salía de esta, cuando inició la crítica generalizada por aplicar la política nazi de la segunda guerra mundial del “Exterminio” con la presentación de la famosa “Guía Bioética”, de la cual se deslindó la Universidad Autónoma de México.

En el inter, el presidente López Obrador urgía a su congreso, sobre todo a su bancada, a que se aprobara la Ley de la Amnistía, pero el senador Ricardo Monreal de plano le dijo no contar con la mayoría y que “No estaba obligado a lo imposible”.

Siguió la semana y vino otro reclamo del gobernador rebelde como ya se le conoce a Jaime Bonilla y señalaba que los datos dados a conocer por “El roquero” eran falsos y uno de sus ayudantes el epidemiólogo José Luis Alomia aceptó que traían 15 días de atraso; echando al traste la información diaria que de por si se veía opacada con la famosa multiplicación de cada caso por 8.5; así mismo señalaba el gobernador bajacaliforniano que los datos de movilidad eran irrelevantes y además falsos en razón de tomar en consideración una aplicación no muy usual en Baja California.

Para cerrar la semana y como postre o cereza en el pastel, el conductor del principal noticiero de la televisora del amigo del presidente, el sonorense Javier Alatorre invitó a la desobediencia civil al decir “No hacerle caso a Hugo Lopez-Gatell”, que se entiende es el vocero del gobierno federal, pues los del Ajusco sostienen la teoría de que debemos salir a trabajar como si nada, sin tomar en cuenta los resultados de Italia y España en Europa; países tan o más jodidos que México en el aspecto hospitalario.

Y no falta “Un roto para un descosido” sale a la defensa un personaje que, si usted es aficionado a las “Mañaneras” lo puede observar, lo sientan a mero adelante vestido muy payasamente a quien le apodan “El molécula” y como buen jilguero le hace preguntas al presidente pre fabricadas para que este se luzca.

En fin, fue una semana que nos llevó de mentira en mentira.

Deseamos que el presidente reaccione, pare la inversión en los proyectos del tren del sur, el aeropuerto de Santa Lucía y la refinería de dos Bocas para que redimensione esos fondos a atender los problemas de salud antes de que se le haga engrudo la masa.

Cuídese viene la semana más complicada, en la capital del país puede suceder de seguir igual, lo que está pasando en Nueva York. En Baja California ya apilan los muertos en los hospitales del Seguro Social según fotografías.