Pláticas-De-Vidas

Por: Claudia Rosales.

Así como nos hemos habituado a ver cubrebocas, guardar distancia social, lavarnos las manos y demás, como parte de esta “nueva normalidad”, así espero que algún día la sociedad adopte la idea de nuestra muy cercana “nueva realidad”

Víctor y Fernando, han logrado adoptar a su hijo.

Ellos, una pareja que lleva años de una relación consolidada; mismos que aquí en Mexicali, B.C. tuvieron que pasar por el calvario de “abrir brecha” para convertirse en el primer matrimonio igualitario, ahora abrazan la realidad de ser padres de un hijo; ya que el DIF aprobó esta adopción en Mexicali, de una pareja homoparental.

El camino no fue fácil, pero ahora son padres y me congratulo por ello.

Y aunque sin lugar a dudas, sigue siendo un tema polémico y hasta politizado, por sobre todas las cosas, el amor prevalece.

Siempre existe el intercambio de ideas, entre si es un tema de cuestión moral o cultural. Personalmente, considero que es una situación de cultura, misma que influye directamente en el comportamiento social.

Hay quienes dicen que a los menores los asiste el derecho de tener un padre y una madre.  Pero, seamos honestos ¿Cuántas parejas heterosexuales son las que han abandonado, maltratado o abusado de esos niños que ahora buscan un hogar? -porque esos niños vienen de una pareja heterosexual, ¿cierto? –

Ser una pareja hetero parental no garantiza la salud emocional, física y mental del menor.  Ese no es el punto. 

¡Y me vale que sea el argumento que utilizan algunos candidatos o abanderados religiosos para minimizar la capacidad de cualquier ser humano íntegro y comprometido para formar una familia!

El respeto debiera ser la base de todo. 

Hace unos días intercambiando puntos de vista con ex compañeros de la escuela, me di cuenta (una vez más) que la diversidad en puntos de opinión es maravillosa y enriquecedora.

Y que, de igual manera, lo es la diversidad en la vida y las decisiones y/o caminos que tomamos.

Entonces, no dejemos fuera de esos caminos diversos a la “aceptación”

Y nos guste o no, a algunos o a “algotros” las cosas cambian y las sociedades evolucionan.  Y aunque muchos quisieran que esto no sucediera, será una realidad social, porque así lo demandan las generaciones que vienen.

Las nuevas generaciones darán cuenta de ello, pues lejos de la formación que recibimos los “boomers” y los “equis”; ellos cuentan con un “chip” integrado de apertura y comprensión que quizás para nosotros (en algunos casos), sea una confrontación interior con muchos años de formación y cultura de la que fuimos objeto.

Es un tema al que ciertamente muchos llegamos con esas ideas preconcebidas, pero estar hablando de ello es avanzar.

En la actualidad el concepto de la estructura familiar tradicional ha evolucionado y se ha diversificado hacia nuevas formas de convivencia. El del núcleo familiar formado por padre, madre e hijos ya no es lo único que existe y ha dado paso a otras alternativas: familias de mamás solteras o padres solteros, familias de nuevas parejas que no tienen hijos o bien con hijos que son “los tuyos, los míos y los nuestros – o sin los nuestros-“

En fin, en este sentido, las familias homoparentales se han convertido ya en una realidad, en nuestra sociedad.

Sin embargo, el tema se convierte en una controversia social (como mencionaba arriba). Es una verdadera guerra cultural, entre corrientes de pensamiento liberales y conservadoras.

El argumento de controversia radica en que unos creen que debe negarse el derecho a las parejas homosexuales a tener hijos a su cargo, ya que dicen que la premisa básica es la de un padre y una madre para formar la identidad de género del niño. “Excuse me?”

Así es, estas personas dicen que la falta de un padre y una madre puede hacer que el niño tenga graves trastornos de personalidad, e incluso pueden contribuir a que los hijos adoptados se encaminen hacia la homosexualidad en su época más adulta.

Con respecto a este tema, se han realizado diversos estudios en España, Canadá, Suecia, el Reino Unido y Estados Unidos; donde las conclusiones de todos han despejado las dudas que ponen en tela de juicio la capacidad de las parejas homoparentales para formar, educar y ofrecer un desarrollo adecuado a sus hijos o hijas.

Leía que en enero del 2008, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, concedió a las parejas del mismo sexo el derecho a adoptar un niño.

Como dato, es importante destacar el hecho de que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, no concibe la formación de la familia a través del matrimonio; por lo que éste no es un requisito para poder disfrutar de la protección del núcleo familiar.

Y buscando/navegando encontré que, en torno a lo establecido en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos:

En primer lugar (según  el artículo 1° Constitucional), impone el principio de igualdad jurídica, lo que implica que todos, sean hombres o mujeres, gozarán de los derechos humanos que ésta o los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte.

Entendiéndose que no importa quién seas, tenemos garantizada la igualdad de gozar los derechos constitucionales (¿o no?), sin discriminación en el trato a los individuos.

Por lo tanto, al contemplarse en las legislaciones este tipo de matrimonios (entre personas del mismo sexo), se legalizan uniones previamente existentes y se da pauta a la formación de nuevas parejas, otorgándoles derechos y obligaciones que van a influir directamente en la posible adopción de un menor.

Está en la ley. Punto final. ¡Háganle como quieran!

Por desgracia, la sociedad es cruel… y mucho.  Suele ser la sociedad el peor de los verdugos y aunque se carezca de argumentos que sean fundamentados y objetivos, el prejuicio sale a relucir para confrontar y rechazar.

Y en esta postura de confrontación y rechazo, el resultado puede derivar en una clara fomentación de la intolerancia y hasta cierto punto la homofobia.

Afortunadamente, las generaciones venideras son más incluyentes, tolerantes y abiertas.  Ellos son los maestros en esta nueva realidad. 

¿Acertado o no?

¡El tiempo nos lo dirá! Lo cierto es que todo lo que se base en amor y respeto, por naturaleza conlleva a una meta satisfactoria.

Y seguramente, al igual que los desaciertos en las parejas heterosexuales, las parejas homosexuales cometerán errores en la formación de los hijos. Nadie nace con manual ni con formula de éxito en este menester. Desafortunadamente, y sin lugar a dudas, la sociedad condenará con más crueldad a la pareja de padres del mismo sexo ante el mas mínimo error.

Aún estamos en pañales en este país, pero al menos vamos gateando.

Las verdaderas revoluciones (cambios), son aquellas motivadas por el amor.

¡Me da gusto que un niño encuentre un hogar donde lo amen, eduquen, vistan, atiendan, etc.!

Lo relevante es si las personas que adoptan son idóneas. 

Espero que algún día, logremos ver al otro, sin sentirnos superiores o perfectos por ser de un color, estatura, raza o preferencia sexual, determinados.

No hay mayor privilegio que vivir con y en el amor.

¡Enhorabuena para todos aquellos niños que encuentran un hogar donde los amen!

Y, un aplauso de pie para todos aquellos seres humanos que deciden convertirse en padres no biológicos, sino padres verdaderos.

Ps.1. He atestiguado el amor de una de mis amigas más amadas, al decidir adoptar a dos hermosos hijos.

Ps.2. Que arda Troya, con este articulo y con mi opinión.  No importa.  Al final del día, hay un niño más con mesa, alimento, cama, techo, escuela, presencia y amor.

Ps.3. México es machista… ¡Lo sé! Pero no todos nos cocemos en la misma olla.

Ps.4. Este tema da pa’mucho pero me limito en las cuartillas.

Ps.5. Si nos movemos en diferentes puntos para ver el amanecer, la perspectiva y el horizonte serán diferentes.

-LAS OPINIONES DEL AUTOR, NO REFLEJAN LAS DE LA EMPRESA-

4 Comments

Adriana Gomez abril 23, 2021 at 2:47 pm

Te aplaudo por tus palabras.
Ojalá que un dia ésto de las etiquetas deje de ser un tema porque la discriminación en cualquiera de sus máscaras es aberrante.
Ya no hay tiempo para escondernos y defender a medias la igualdad en todos sentidos. Como dices háganle como quieran, escudense en sus religiones llenas de odio, vociferen, desgarren sus ropitas pero ya se les acabo el 20…todos somos iguales.

    Grecia Arellano abril 24, 2021 at 7:20 pm

    Y yo aplaudo tu valor porque alzas la voz en esta comunidad en la que vivimos. Dices bien, la discriminación no solamente tiene facetas sino que se esconde bajo máscaras hechas “a modo”.
    No es tiempo de silenciar cuando la indignación nos rebasa. NO es tiempo de permitir cuando se atropellan los derechos de los otros.
    Como te comentaba: Soy intolerante a la intolerancia.
    Te quiero, Adriana. Gracias por estar.

Claudia abril 24, 2021 at 12:05 am

Excelente artículo tocaya! Sigamos avanzando y poniendo las cosas es su lugar. Todos tenemos derecho a formar una familia y/o a ser queridos y protegidos por nuestros padres no importando la configuración.

    Grecia Arellano abril 24, 2021 at 7:14 pm

    Gracias por comentar y por conectar. Mientras más humanos abramos los corazones y la mente, este mundo tendrá armonía. Y sí, las cosas por su nombre. ! Un abrazote!

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