Profr. José Luis Bobadilla Acosta

Taller de Historia de Tecate, A. C.

ANTECEDENTES

Por decreto en la Constitución Política de la Monarquía Española del 19 de marzo de 1812, la Alta y la Baja California se encuentran comprendidas dentro de las Provincias Internas de Occidente.

17 de noviembre de 1821. Los diputados del Congreso disponen que la península de Baja California y la Alta California formen la Provincia de las Californias.

Sin embargo, el Soberano Congreso, en el Acta Constitutiva de la Nación Mexicana del 19 de noviembre de 1822, las situó globalmente en el artículo 7o. al señalar:

“Los estados de la Federación son por ahora los siguientes: … el interno de occidente compuesto de las provincias de Sonora, Sinaloa, y ambas Californias…”.

1823, 17 de junio.- La península de Baja California se separa de la Alta California y queda integrada como Provincia de la Baja California.

El 25 de agosto de 1829, Joel Roberts Poinsett, embajador norteamericano en México, ofrece al gobierno mexicano, por encargo de su país, la cantidad de 5 millones de pesos por el Territorio de Texas, ofrecimiento que rechaza el gobierno de México.

28 de enero de 1830. Es recibido en México el sucesor de Poinsett, Anthony Butler, quien igualmente trae la misión de proponer la compra de territorios; al fracasar en su objetivo, promueve y fomenta la desestabilización en Texas.

En 1835, las miras expansionistas de Andrew Jackson, ya habían sido puestas en la costa californiana, habiendo ofrecido comprar San Francisco en aquel año, oferta que, con de costumbre, fue rechazada debido a las hostilidades con Texas, que se agudizaron a partir de aquel mismo año, en

que, el 7 de noviembre de 1835, Texas hizo su primera maniobra para independizarse de México.

Las intenciones de los Estados Unidos para adquirir territorio mexicano fueron reveladas claramente en la invasión prematura de Monterey, California por el comodoro Thomas ap Catesby Jones (52), el 19 de octubre de 1842, al recibir rumores de que se había iniciado la guerra entre Estados Unidos y México.

JAMES KNOX

         

JOHN SLIDELL

Dada la renuencia de México de reconocer la independencia de Texas y ante la imposibilidad de solucionar la controversia sostenida con los colonos americanos de California y Nuevo México, el gobierno de Estados Unidos, el 29 de diciembre de 1845, declara que la guerra con México constituye una posibilidad.

Para lograr un supuesto arreglo en este inminente conflicto, el presidente James Knox Polk determina enviar al vecino país a su representante personal, John Slidell.

En realidad, se pretendía tratar la compraventa de la Alta California, en $25’000,000.00 y Nuevo México en $5’000,000.00.

En enero de 1846, el presidente James Knox Polk, cuyo declarado propósito era expandir su nación a costa de territorios mexicanos, ordenó a su ejército cruzar el Nueces y establecer una posición militar en la orilla norte del Río Grande (como le llaman en Estados Unidos al Bravo).

La orden se ejecutó el 8 de marzo desde la aislada estación comercial texana de Corpus Christi, en la desembocadura del Nueces en el Golfo de México.

El 8 de marzo, luego de todos los sucesos que hemos narrado en este capítulo, el cónsul estadounidense informó que, para esas fechas, el grupo insurgente se componía de entre 125 y 200 hombres, que varios extranjeros decían pertenecer a la IWW y que “los líderes del grupo se consideraban así mismos independientes del resto de los líderes que operan en otras partes de México, y ellos proclaman que su intención es establecer una república independiente en Baja California”.

Los eventos a los que hace alusión tienen poco más de una semana de haber sucedido y el comentario que él hace -de que los miembros de la IWW se retiraron, y con ellos las intenciones de formar una república socialista- apareció el 8 de marzo en el “San Diego Union” y “Los Angeles Times” y el 9 de marzo en el “San Diego Evening Tribune”.

ROBERT FIELD STOCKTON

La rapidez de los acontecimientos, la participación de colaboradores y la falta momentánea de resistencia permitió al comodoro Robert Field Stockton, comandante del Escuadrón del Pacífico, proclamar la incorporación de Alta y Baja California al territorio estadounidense el 29 de julio de 1846.

El 17 de agosto de 1846, el Comodoro Robert F. Stockton declaró que las Californias habían sido conquistadas.

Aunque en México el Acta de Reformas Constitucionales del 18 de mayo de 1847 estableció dos territorios independientes de Alta y Baja California, este no tuvo efecto.

NICHOLAS PHILIP TRIST

El 15 de abril de 1847, Nicholas Philip Trist, había recibido instrucciones para no presionar la adquisición de Baja California del secretario de estado, James Buchanan, Jr. pero debido a las demandas de James Knox Polk para conseguir el control de todo el litoral del Pacífico, estas fueron canceladas el 27 de agosto.

Impulsada por el irrefrenable deseo yanqui de apropiarse de la cuenca del Río Colorado y de territorios con salida al Océano Pacífico, la invasión norteamericana a México llegó a término el 2 de febrero de 1848 con el Tratado de Guadalupe-Hidalgo, en que la nación mexicana perdió dos millones y medio de kilómetros cuadrados de su territorio, logrando milagrosamente salvar la Península bajacaliforniana.

El Tratado de Guadalupe Hidalgo es recibido por James Knox Polk, el 19 de febrero de 1848.

WILLIAM BRANFORD SHUBRICK

Se terminó la guerrilla y el 5 de julio en La Paz un plan para la anexión de la península por la Asamblea de Representativos de Baja California, un grupo de colaboradores, fue rechazado por Henry Stanton Burton y William Branford Shubrick, quienes acordaron el transporte de los colaboradores, incluyendo a Francisco Palacios Miranda, a Alta California a bordo del “”Southampton” y “Lexington”, zarpando el 20 de agosto de 1848.

En La Paz, Henry Stanton Burton  devolvió el gobierno de Baja California a Mauricio Castro Cota, el 31 de agosto de 1848.

Las tropas extranjeras abandonaron la península, embarcándose en La Paz.

La declaración del capitán de la “Arrow” y el artículo impreso tomado del “Alta California” del 10 de junio de 1853, que se ha remitido en carta particular de San Francisco, confirmado lo expuesto en dicho periódico, son documentos fehacientes para creer que la expedición invasora, si no ha salido ya, está muy próxima a zarpar de San Francisco y estos abogados norteamericanos arribados a este puerto, son los precursores de la invasión.

WILLIAM WALKER
WILLIAM H.VANDERBILT
ETHAN A. HITCHCOCK

La noche del 16 o 17 de octubre de 1853, el médico y abogado norteamericano William Walker, zarpó de San Francisco rumbo a Baja California en el “Carolina”, al frente de una fuerza de 46 filibusteros, posiblemente apoyado por el millonario ferrocarrilero William Henry Vanderbilt, con el fin de fundar una república independiente.

El aventurero ya había tratado de penetrar en Sonora pero se lo habían impedido las fuerzas nacionales, y ahora se lanzaba a la conquista de la península para, desde aquí, intentar de nuevo apoderarse de la provincia vecina; cabe señalar que la movilización de Walker hacia Baja California se realizó con la complacencia de las autoridades norteamericanas de San Francisco; ya que cuando el general Ethan Allen Hitchcock se opuso al movimiento filibustero, fue removido de su puesto como comandante de las fuerzas norteamericanas en la costa del Pacífico y en su lugar, el Secretario de Guerra Jefferson Finis Davis, envió al general John Ellis Wool, cuyo franco disimulo facilitó a Walker el movimiento logístico que requería en su invasión a la península.

El 28 de octubre de 1853 llegaron los filibusteros a Cabo San Lucas.

ANTONIO LÓPEZ DE SANTA ANNA

El 3 de noviembre de 1853, el aventurero William Walker, con 46 filibusteros, pidió licencia para bajar a tierra en la bahía de La Paz, aparentando llegar en viaje de negocios. Aprehendieron al jefe político Coronel Rafael Espinosa, y poco después al Coronel Juan Clímaco Rebolledo, quien, desconociendo que los norteamericanos ocupaban el poblado, desembarcó procedente de la ciudad de México con un nombramiento de Antonio López de Santa Anna para sustituir a Espinosa en el cargo.

Trató de implantar la ficticia República de Baja California.

“Ante el aliciente de una fácil ganancia por medio del despojo y de las promesas de nuevas y ricas tierras”, 46 filibusteros se hicieron a la mar, y el 3 de noviembre de 1853, mediante un golpe por sorpresa, se apoderaron de La Paz, capital del territorio.

Los dos oficiales mexicanos (el jefe político Coronel Rafael Espinosa, y el Coronel Juan Clímaco Rebolledo) fueron llevados a bordo, pero los extranjeros que permanecieron en tierra fueron hostigados el día 5 o 6 por unos cuantos civiles mal armados, al mando del teniente Manuel Pineda Muñoz (49), quienes aun sin lograr una victoria decisiva sobre los invasores, les hicieron comprender que su empresa peligraba, sobre todo cuando supieron que se preparaba en Mazatlán una fuerza para combatirlos.

Los invasores salieron entonces hacia Cabo San Lucas, a donde llegaron el 8 de noviembre.

ENSENADA

El aventurero William Walker prefirió reembarcarse el 9 o 10 de noviembre de 1853 a Ensenada, a donde llegó a fines del mes.

James Gadsden aseguró que el presidente de Estados Unidos tomaría medidas “para reprimir unos hechos que, es bien sabido, no encuentran su apoyo o aprobación”.

Otro suceso que vivió esta región fue la invasión filibustera encabezada por William Walker, que desembarcó en Ensenada el 28 de Noviembre de 1853. 

Aquí estableció su cuartel en la única casa que había, perteneciente a Pedro Gastélum, en lo que hoy es la calle tercera y Gastélum, la fortificó lo mejor que pudo y la llamó Fort Mc. Kibbin, en honor de uno de sus oficiales, quien fue muerto a balazos cuando saqueaba los ranchos vecinos.

De aquí empezaron sus hombres a incursionar las rancherías cercanas, cometiendo toda clase de atrocidades y robándose el ganado, aprovechando que no se veía ninguna fuerza armada que se les enfrentara.

ANTONIO MARÍA MELÉNDREZ CESEÑA

Llegaron (otro grupo de filibusteros) a La Grulla al amanecer el día 2 de diciembre de 1853, rodearon las habitaciones y se hicieron conducir a la de Antonio María Meléndrez Ceseña, que era a quien buscaban.

Sin embargo, el teniente coronel Francisco Javier del Castillo Negrete, subjefe político y comandante militar en Santo Tomás, supo el 2 de diciembre por Antonio María Meléndrez lo relativo al desembarco filibustero.

FRANCISCO XAVIER DEL CASTILLO NEGRETE

El 4 de diciembre de 1853, arribó a Ensenada el teniente coronel Francisco Xavier del Castillo Negrete, llevando como segundo a Antonio María Meléndrez, hombre de campo y de actuación decidida en la defensa, con 58 hombres y presentó combate a los filibusteros, que perdieron 13 hombres; y aun se llegó a tener sitiados a los invasores durante varios días; sin embargo, el coronel del Castillo, extrañamente, delegó el mando en Meléndrez, cruzó la frontera y se fue con su familia a San Diego, supuestamente a esperar que llegaran recursos del centro del país para defenderse de la agresión filibustera.

La actitud de Antonio María Meléndrez Ceseña, su genio militar que no tuvo más escuela que su vida libre de ranchero, lo llevan a no dar respiro a los filibusteros; además, su enorme conocimiento del terreno fueron factores decisivos para que incluso el apocado subjefe político del Partido Norte, Francisco Xavier del Castillo Negrete se aprestara, el 4 de diciembre (1853), a unirse con Meléndrez y a darle órdenes como si él fuera el comandante victorioso y no el propio Meléndrez.

William Walker  no desistió de su empeño, pidió ayuda a sus bases en San Francisco, y el 12 o 13 de diciembre de 1853 salió de este puerto norteamericano la barca “Anita” con 183 hombres.

Está documentado que el 13 de diciembre de 1853, se embarcaban 230 hombres en el buque “Anita” desde San Francisco viniendo con William Walker para fundar una república proesclavista en las extensiones de Baja California.

La barca “Anita” con 183 hombres, desembarcaron en Ensenada el 17 o 20 de diciembre; poco después llegaron otros 70 refuerzos procedentes de San Diego para acabar de afianzar la posición de William Walker, quien a principios de 1854 contaba con unos 600 hombres y 2 cañones, mientras que las fuerzas de Antonio José María Melendrez Ceceña, llegaban a poco más de 50.

JUAN LORENZO BRUNO BANDINI BLANCAS

De acuerdo con Ángela Moyano Pahissa (1935-), existe un manuscrito en la Biblioteca Bancroft, donde Juan Lorenzo Bruno Bandini Blancas, hizo un relato de nombramiento de comandante militar del Partido Norte otorgado a Antonio José María Meléndrez Ceseña  y menciona que el segundo a cargo, el Teniente don José Antonio Chávez, ambicionaba ese puesto y por tanto conspiró en su contra; mientras tanto, en el centro del país, Antonio López de Santa Anna había regresado al poder y designado, el 23 de diciembre de 1853, a José María Blancarte como Jefe Político del Territorio de Baja California.

Estas eran las condiciones cuando el 18 de enero de 1854, el médico aventurero cambió en Ensenada la designación de República de Baja California por República de Sonora, e hizo en su Fort McKibbin, una bandera con dos estrellas representando las dos provincias de la nueva nación.

PRESIDENTE DE SONORA

A pesar de las circunstancias, William Walker se proclamó Presidente de Sonora, el 18 de enero de 1854, y la nueva república fue dividida en los estados de Baja California y Sonora, esta última regida por el Código Civil vigente en Luisiana.

FRANKLIN PIERCE

Una muestra clara de que las acciones del poder federal iban en un sentido y las de los interesados en la anexión de otro, es que el 18 de enero de 1854, el presidente de los Estados Unidos, Franklin Pierce, hizo una proclama acerca de lo que sucedía en Baja California.

Proclama del presidente de los Estados Unidos, Franklin Pierce, 20 de enero de 1854.

Por tanto, yo Franklin Pierce, presidente de los Estados Unidos, he expedido esta proclama, advirtiendo a todas las personas que tengan alguna parte en dichas empresas o expediciones, que se aplicarán con todo rigor las penas establecidas por las leyes contra tales delincuentes, y exhorto a todos los buenos ciudadanos a que, por consideración a nuestro carácter nacional,  por respeto a nuestras leyes, al derecho de gentes y a los bienes de la paz y bienestar de su país, desaprueben e impidan por todos los medios legales esas criminales empresas; y prevengo a todos los empleados de este gobierno, civiles y militares hagan todos los esfuerzos posibles para arrestar a tales delincuentes a fin de que sean juzgados y condenados.

Continuará…

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