En cada día vemos con azoro los cambios que se suscitan a nuestro alrededor. En el trayecto de la vida, tomamos decisiones que nos afectan a veces de forma inmediata y en otras de manera sutil, me permito opinar de la realidad que nos rodea. Por una parte cifras alarmantes de ambientalistas que nos dicen que el mundo que conocemos cambia de manera estrepitosa, que si no damos marcha atrás a la forma consumista en que vivimos estamos en peligro de nuestra propia extinción, veo a una juventud preocupada por el calentamiento global, algunos otros plantando árboles para oxigenar el planeta, vemos la propia destrucción del mismo al no haber políticas públicas de protección y reforestación de la tierra, que sean contundentes, ante este panorama fatalista e incierto llego a cuestionarme ¿Qué sentido tiene la vida? Y recuerdo que en mi adolescencia mis preocupaciones eran obtener buenas notas en la escuela y seguir indicaciones de mis padres. Me sumergía en la lectura de alguna novela para conocer historias distintas al mundo en que vivía, que ese tiempo era pacífico y armonioso. Fue un momento doloroso observar cuando comenzaron a proliferar las noticias de violencia en nuestras comunidades. Ahora leo un texto escrito por una buena amiga que dice no dedicarse a escribir, aun así, se permite dilucidar cuestiones importantes del diario vivir.

Me enfrento a que “Somos una neblina que aparece por un poco de tiempo y luego desaparece”, así lo menciona un libro sacro, y es verdad, al buscar nuestra longevidad conservando los atributos de belleza y salud. La humanidad ha transitado buscando un elixir que le permita obtenerlo, ahora muchos buscamos la tan ansiada perdurabilidad, haciendo ejercicio, alimentándonos de forma adecuada, durmiendo las horas indicadas, todo ello con la finalidad de vivir más y con mejor salud. En otros tiempos a ciertos metales como el oro se le atribuían poderes especiales que permitían que el hombre viviera más tiempo con salud y conservando su belleza, pero se vieron esas intenciones frustradas, las recetas siguen siendo las mismas, dormir bien, comer en forma adecuada y a últimas fechas se agregaron otros ingredientes como el amor y el perdón.

A nuestro alrededor vemos muchos lugares que nos prometen resultados milagrosos con ciertos brebajes o tónicos, que permitan capturar el beneficio de la longevidad. Médicos y diversos especialistas en diferentes áreas médicas buscan esa llave que permita vivir más, pero aun así no lo hemos logrado, únicamente vemos espejismos de, lo que puede se…r vivir un mayor tiempo. Me pregunto ¿Para qué, vivir más tiempo? Si pasamos el tiempo corriendo y en pocas oportunidades nos permitimos pasar cada día de mejor manera con quienes amamos, con quienes nos hacen y hacemos felices. El ser humano lleva en su propia temporalidad la magia de no saber cuánto tiempo vivirá, y con ello la oportunidad de vivir cada día, como si fuera el último día de su vida. Mientras unos dilucidamos estos términos otros hacen marchas por la paz, unos por evitar el calentamiento global y con ello el exterminio de la raza humana, hay quienes se manifiestan con mensajes por el orgullo cimarrón y hasta aquellos para promover que las personas se revisen para evitar el cáncer. Y regresamos al principio “El sentido de la vida” y de nada vale todo lo que hagamos si estamos solos, si no tenemos con quien compartir nuestra propia temporalidad, nuestras experiencias.

Recordé aquella frase que se atribuye a Alejandro Magno, cuando ya había conquistado la mitad del mundo “Ya no hay mundos que conquistar” mientras el ser humano permanecemos en nuestra vida queriendo conquistar algo más mundano… vivir más tiempo, y eso ¿Para qué?  ¿Para ser mejores personas? ¿Para hacer más cosas? ¿Para conquistar corazones? o sólo por la banalidad de saber que hemos vivido más, aunque no hayamos hecho nada.

Después de buscar respuestas en uno y otro lugar, quizá la única manera de trascender sea el amor. Como lo dice Selim I, en uno de sus poemas “Me cautivaste con tu encantadora belleza, y…derramé lágrimas por tu ausencia. Dejé surcos en mis mejillas, y luego arrojé mi corazón contra las rocas. Y las rocas, se rieron y supieron que era un hombre enamorado”. El hombre poco puede ser frente al sentimiento del amor, ese sentimiento que nos hace florecer y alcanzar todo lo que queremos o nos lleva a las partes más oscuras del averno, al sufrir por no ser correspondidos, sin embargo, al continuar con la interrogante de “Qué sentido tiene la vida” la respuesta es simple, sólo vivirla, llenarla de recuerdos, amigos, familia, viajes, y en mi caso agregaré, escribir, eso es una manera de trascender, cuando pienso en las personas a las que se puede llegar mediante un texto, el cual puede hacerles ameno el momento, el pensamiento viaja a través del tiempo y del espacio, quizá suceda como en la Leyenda del Colibrí, “Dicen los ancestros, los mayas para ser precisos, que cuando los grandes señores del pasado crearon todo en la tierra, a cada ser le encargaron un trabajo muy específico. Pero se percataron de que no le habían encargado a ningún ser animado o inanimado el trabajo especial de llevar los deseos y pensamientos de una ser de un lugar a otro. Fue entonces que vieron que ya todos los materiales se les habían terminado, así que tomaron una pequeña piedra de jade y con ella tallaron una flecha muy pequeña. Cuando estuvo lista, soplaron sobre ella y la pequeña flecha salió volando. Ya no era una pequeña flecha, ahora tenía vida, los grandes señores habían creado el colibrí. Con unas plumas frágiles y ligeras, por lo que podía acercarse a las flores más delicadas sin mover ninguno de sus pétalos, sus plumas brillaban bajo el sol como gotas de lluvia, como regalo le dieron a la pequeña ave la rapidez de su vuelo, y su encargo fue simple: Tendría que llevar los pensamientos de los hombres de aquí para allá, por esos se dice que es un ave sagrada y que si la ves es que te lleva los buenos pensamientos de quien te ama”. Así que una vez más vuelvo al principio, lo único que nos hace ver el verdadero sentido de la vida es y será el amor…

“Vamos a comportarnos de manera que todos los hombres deseen ser nuestros amigos y todos teman ser nuestros enemigos”

Alejandro Magno

“Olvídese de cumplir años y empiece a cumplir sueños”

F. Javier González.

“Cuando me dicen que soy demasiado viejo para hacer una cosa, procuro hacerla enseguida”

Pablo Picasso

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