Por el Prof. José Luis Bobadilla Acosta, Taller de Historia de Tecate, A.C.

ANTECEDENTES

Los pobladores de la Alta California, principalmente de Los Ángeles, españoles y colonos norteamericanos, persisten en desobedecer las leyes mexicanas y, el 2 de enero de 1838, se manifiestan independientes de México. Al gobierno de la República le resultará difícil controlarlos por la gran distancia que los separa del centro.

JOHN SLIDELL

La política estadounidense también fue expuesta por la falta de emplear los protocolos diplomáticos apropiados en relación con la misión de John Slidell (52) y el intento insultante de comprar Nuevo México y California que dio lugar a la ruptura de las relaciones diplomáticas entre las dos naciones, el 13 de marzo de 1845.

TRATADO DE GUADALUPE-HIDALGO

Impulsada por el irrefrenable deseo yanqui de apropiarse de la cuenca del Río Colorado y de territorios con salida al Océano Pacífico, la invasión norteamericana a México llegó a término el 2 de febrero de 1848 con el Tratado de Guadalupe-Hidalgo, en que la nación mexicana perdió dos millones y medio de kilómetros cuadrados de su territorio, logrando milagrosamente salvar la Península bajacaliforniana.

JAMES KNOX POLK

El Tratado de Guadalupe Hidalgo es recibido por James Knox Polk (53) el 19 de febrero de 1848.

NICHOLAS PHILIP TRIST

El 15 de abril de 1848, Nicholas Philip Trist (48) había recibido instrucciones del Secretario de Estado James Buchanan (57) para no presionar la adquisición de Baja California; pero debido a las demandas del presidente de los Estados Unidos James Knox Polk (53) para conseguir el control de todo el litoral del Pacífico, estas fueron canceladas el 27 de agosto.

MARIANO ARISTA

Cuando el general José Mariano Martín Buenaventura Ignacio Nepomuceno García de Arista Nuez (50), quien era decidido partidario de las colonias militares, renunció a la presidencia del país el 5 de enero de 1853, se apresuró el final de la que se había establecido en La Frontera, sobre todo al faltar dinero para su sostenimiento, y el coronel Francisco Javier del Castillo Negrete siguió al frente del gobierno.

“LA MESILLA”

Así fue como el 13 de marzo de 1853, por medio de una proclama declaró al territorio de “La Mesilla” como parte de Nuevo México, diciendo que el trazo de la línea había sido anulado por Estados Unidos.

FILIBUSTEROS

WILLIAM WALKER

La barca “Anita” con 183 hombres, desembarcaron en Ensenada el 17 o 20 de diciembre; poco después llegaron otros 70 refuerzos procedentes de San Diego para acabar de afianzar la posición de William Walker (30), quien a principios de 1854 contaba con unos 600 hombres y 2 cañones, mientras que las fuerzas de Antonio José María Melendrez Ceceña (23) llegaban a poco más de 50. Estas eran las condiciones cuando el 18 de enero de 1854, el médico aventurero cambió en Ensenada la designación de República de Baja California por República de Sonora, e hizo en su Fort McKibbin, una bandera con dos estrellas representando las dos provincias de la nueva nación.

A pesar de las circunstancias, William Walker (30) se proclamó presidente de Sonora, el 18 de enero de 1854, y la nueva república fue dividida en los Estados de Baja California y Sonora, esta última regida por el Código Civil vigente en Luisiana.

Una muestra clara de que las acciones del poder federal iban en un sentido y las de los interesados en la anexión de otro, es que el 18 de enero de 1854, el presidente de los Estados Unidos, Franklin Pierce (50), hizo una proclama acerca de lo que sucedía en Baja California.

“Por tanto, yo Franklin Pierce (50), presidente de los Estados Unidos, he expedido esta proclama, advirtiendo a todas las personas que tengan alguna parte en dichas empresas o expediciones, que se aplicarán con todo rigor las penas establecidas por las leyes contra tales delincuentes, y exhorto a todos los buenos ciudadanos a que, por consideración a nuestro carácter nacional,  por respeto a nuestras leyes, al derecho de gentes y a los bienes de la paz y bienestar de su país, desaprueben e impidan por todos los medios legales esas criminales empresas; y prevengo a todos los empleados de este gobierno, civiles y militares hagan todos los esfuerzos posibles para arrestar a tales delincuentes a fin de que sean juzgados y condenados”.

Apoyado por Estados Unidos, el 2 de abril (1854) llegó William Walker (30) a San Vicente, donde hizo concurrir a una junta a algunos de los vecinos de los rancheros contiguos, a quienes les dijo en inglés que él habìa venido a proteger los verdaderos intereses del país; que iban a independizarse de México y formar una República, de la Baja California y del Estado de Sonora, bajo la protección del gobierno de Estados Unidos, y que él, como presidente de dicha república, les invitaba para hacer una petición al congreso norteamericano, con el objeto de que los protegiera contra la tiranía del gobierno de México.

Tal como fuere, de la expedición de William Walker (30) algunos 50 hombres aparecieron frente al Fuerte Yuma, en abril 7 de 1854.

Otra versión divulga que dichos extranjeros (William Walker (33) y sus hombres) cruzando el Colorado en 1854, eran elementos “De avanzada”, quienes venían anticipados a concentrase hasta el lugar aún conocido ahora como Filibusters Camp, -inmediato con Araby hacia el Este, cerca de Yuma- para luego, posteriormente unidos con Henry Alexander Crabb (34), atacar Caborca; lugar donde son históricas las acciones defensivas de la población, ante la beligerancia de Crabb por apoderarse del Estado de Sonora; pese a sus intentos, este filibustero fue fusilado en Caborca el 07 de abril de 1857.

Muy notable fue que ninguno de los agentes referidos se presentase a impedir semejante escándalo, cuando todo se hizo público en el puerto referido y cuando, anticipadamente (El día 8 del propio mes) según refieren los mismos diarios, se había fijado en la esquina de las calles de “Kearny” y “Sacramento” la bandera de los filibusteros, con el objeto manifiesto de reclutar gente para la segunda expedición.

Ley del 25 de enero de 1862: Castigo con la pena de muerte “Cualquier especie de complicidad para excitar o preparar la invasión, o contribuir de alguna manera a que en los puntos ocupados por el invasor se organice cualquier simulacro de gobierno…”.

En esas mismas circunstancias -y como derivación de la Ley de Baldíos-surgió la llamada Concesión Leese, que fue otorgada el 30 de marzo de 1864 por el gobierno juarista -que ahora estaba instalado en Saltillo, Coahuila- a un grupo de 15 norteamericanos, uno de los cuales era Jacob Primer Leese (55).

MAXIMILIANO DE HABSBURGO

El primer día de enero de 1867, Maximiliano de Habsburgo tomó papel y pluma y escribió sus propósitos de Año Nuevo:

1. Sacudirse la influencia de Francia.
2. Llegar a un acuerdo con Estados Unidos.
3. Evitar más derramamiento de sangre.
4. Organizar un ejército nacional y
5. Sanear las finanzas del Imperio.

COMPLOT

Con este complot (Apoderamiento de la península y anexarla a los Estados Unidos), el 12 de enero de 1888, la asociación de la “Compañía Internacional” desacreditó a la empresa “Hanbury y Garvey” y también perjudica sus planes para el desarrollo y la colonización de la región.

Tomás Valdespino Figueroa, cónsul mexicano en San Diego, informó a la Secretaría de Relaciones: “Estas manifestaciones absurdas las hacen no sólo los periódicos de San Diego, Los Ángeles y San Francisco, sino casi todos los que se publican en el Estado”.

Sin embargo, Buchannan Scott, gerente de la “Compañía Inglesa”, el 8 de enero de 1890 informó a Mr. Cutber Quilter, representante de esa compañía en Londres, que los terrenos ubicados en la zona fronteriza debían considerarse como perdidos; “Existen algunos habitantes muy tercos en esa parte del territorio, por lo que mejor usted debe considerar que todo ese territorio no pertenece a la compañía”.

“Calexico Daily Chronicle”, el 5 de abril de 1906: “En diciembre de 1904, un grupo de rancheros del Valle Imperial, California, solicitó que la región deltaica del Río Colorado pasara a formar parte de Estados Unidos, por compra o permuta por una región de Texas”.

RICARDO FLORES MAGÓN

Ricardo Flores Magón (35), que había estudiado la posibilidad de la intervención norteamericana desde hacía tiempo, redactó una de sus diatribas más feroces, el editorial “Atila a las puertas de Roma”, del 7 de junio de 1908.

Carta de Ricardo Flores Magón a Praxedis Guerrero, el 9 de junio de 1908: “Tal vez si llevamos a cabo lo que propongo se nos echen encima las potencias de Europa, pero…estoy seguro no nos dejarán perecer nuestros hermanos del otro lado del mar”.

En el lado mexicano el periódico “Calexico Daily Chronicle” era leído con frecuencia; por ejemplo, en abril de 1910, el licenciado Antonio Horcasitas, al anteponer una demanda por evicción en contra el ranchero mexicano Manuel Cabrera, asentó que los edictos deberían de publicarse en este periódico ya que los del Distrito Federal “No se reciben ni nadie lee en este Distrito y no habiendo más periódico que el (sic) crónica que se publica en Calexico, y que todos leen en esta población”.

“Industrial Worker”: “Obliguen a la Junta a contestar y a dar una explicación que vaya más allá del grito anarquista ante un grupo de políticos socialistas”.

Era cerca de la medianoche del día 16 de enero de 1911 cuando un pequeño grupo de revolucionarios cruzó la línea divisoria, a poco más de doce kilómetros distante de Mexicali.

Sólo “The San Diego Sun”, propiedad del editor liberal Edward Willis Scripps (57), impidió que John Diedrich Spreckels (58) monopolizara la prensa, pues tanto el influyente “Union” como el “Evening Tribune” le pertenecían.

El 23 de enero, Mariano A. Barrera fue arrestado por el subprefecto Gustavo Terrazas bajo el cargo de incitar a la revolución a los residentes del poblado.

Prueba de ello es que uno de los documentos que Mariano A. Barrera llevaba consigo cuando fue capturado, en Mexicali el 23 de enero de 1911, revela que si bien Ricardo Flores Magón (38) hizo alusión a medidas que se pueden considerar de corte anarquista, apeló al Programa del Partido Liberal Mexicano.

Un día después, el 24, el “Calexico Daily Chronicle” publicó acerca de la llegada de un grupo armado la tarde del día anterior.

En la nota correspondiente se aseguró que las autoridades mexicanas pasaron documentación y cosas de valor al lado estadounidense.

El 29 de enero de 1911, José María Leyva y Simón Berthold Chacón tomaron de poblado fronterizo de Mexicali con un grupo de aproximadamente 30 rebeldes; a partir de este hecho el número de guerrilleros del Ejército Liberal aumentó considerablemente, dada la escasa población en el Distrito Norte de Baja California, una parte importante de los nuevos reclutas eran estadounidenses, algunos en busca de fortuna y otros convencidos de compartir las ideas revolucionarias del PLM, entre estos últimos se enrolaron wobblies como John R. Mosby.

Después de distribuir las armas, marcharon sobre Mexicali y fácilmente tomaron el pueblo en la madrugada del domingo 29 de enero. La única víctima fue el carcelero José Villanueva, asesinado en una refriega cuando se ponía en libertad a unos magonistas.

Específicamente, Simón Berthold Chacón, recordó al público que había ordenado cerrar todas las cantinas, que los niños y las mujeres serían bien tratados, y que se respetaría a los ciudadanos norteamericanos: “Estamos haciendo un mitin sin desórdenes, sin derramamiento de sangre y sin libertinaje.”

Los “Filibusteros” fueron, en última instancia, una interpretación a la que se llegó sin haber visto a los hombres que ocuparon Mexicali el 29 de enero de 1911.

El mismo 29 de enero, en una edición especial, el “Calexico Daily Chronicle”, el diario más cercano al lugar de los acontecimientos publicó que los hombres que tomaron Mexicali pertenecían al Partido Liberal Mexicano “Que es el mismo que el Partido Socialista de los Estados Unidos”.

El Marshall de Calexico era Donald Meadows, el mismo que intentó organizar un grupo armado para rescatar a Gustavo Terrazas luego de ser capturado el 29 de enero.

SIMÓN BERTHOLD CHACÓN

Simón Berthold Chacón trabajó como chofer de camión de carga para la compañía de combustibles de “Perry y Skid”, militó en el sindicato de choferes, y se hizo de cierto prestigio como organizador de los trabajadores y entusiasta de la IWW. Hablando como vocero magonista, Simón Berthold Chacón, declaró en un mensaje enviado a través de la frontera que la gente del valle “No debe olvidar que no somos una pandilla. Luchamos por principios”.

El editor del “Calexico Daily Chronicle”, Otis B. Tout, quien desde un principio mostró simpatía por el movimiento y prácticamente se convirtió en su vocero, pero que como vimos en el capítulo anterior, en el fondo buscaba promover la anexión del Valle de Mexicali para que los residentes de Imperial tuvieran el control directos de los canales de irrigación, publicó que los hombres que tenían Mexicali bajo su control estaban respetando la propiedad y que pagaban por todo lo que tomaban para subsistir

Luego de enterarse de la ocupación de Mexicali, el cónsul de México en Calexico, Enrique de la Sierra, señaló a los periodistas: “Todo los que ellos quieren es un poco de dinero y whiskey, después se irán”.

Tal es el caso de Bill Taylor, un veterano de la guerra de los boers en Sudáfrica y residente de Calexico que tenía una peluquería en Mexicali, quien afirmó el 30 de enero que él sería el comandante de Mexicali cuando los revolucionarios se fueran.

Otis B. Tout, editor del “Calexico Daily Chronicle”, afirmó que retomarían Mexicali el martes por la tarde, cosa que no sucedió.

Por ejemplo, el 30 de enero, el titular de “Los Angeles Times” fue “Ladrones Ocupan Mexicali”.

El 30 de enero, un día después de la toma de Mexicali, en el “Los Angeles Examiner” -de la cadena de William Randolph Hearst uno de los mayores promotores de la anexión de Baja California a Estados Unidos- se publicó por primera vez que la toma de Mexicali se trataba de un movimiento de carácter filibustero.

Así, el “Mexican Herald”, desde el 30 de enero, señaló que la toma de Mexicali “Fue un simple acto de filibusterismo realizado por un grupo de hombres sin ley característicos que se pueden encontrar en las regiones fronterizas, ayudados por inescrupulosos agitadores internacionales, y el punto de ataque fue un pequeño lugar desprotegido que no representaba ninguna dificultad”.

Ese mismo día, Harry Chandler, Moses Sherman, Lycurgo Linsdey y P. James, todos ellos accionistas de la “Colorado River Land”, estuvieron en Calexico para observar a los hombres en armas.

Unas cuantas tropas bajo el mando del capitán Conrad Stanton Babcock (34) fueron colocadas a lo largo de la línea divisoria en ambos lados de Calexico, mientras las leyes se interpretaban de tal manera que era difícil para los federales mexicanos comprar armas del lado norteamericano e imposible para los rebeldes hacer lo propio.

Enrique de la Sierra, cónsul de México en Calexico, quien realizó una importante labor de información para Celso Vega y el gobierno federal, envió uno de los primeros informes el 31 de enero en el que señaló: “Después de dada la sorpresa, se les unieron diversos individuos, unos procedentes de los ranchos de México y otros de este condado”.

Por ejemplo, el 31 de enero, el titular de “Los Angeles Times” mencionó que eran anarquistas y que su símbolo estaba en un establecimiento de Mexicali.

Del 12 de febrero en adelante, el destacamento del ejército de los Estados Unidos en la frontera detuvo la compra de mercancías por parte de los rebeldes en el lado norteamericano.

A fin de hacer que la amenaza pareciera auténtica, y aún en ese caso no enredarse con las leyes de neutralidad, el promotor Richard “Dick” Ferris (47), arregló astutamente que uno de sus cómplices en Nueva York, un sujeto llamado Leslie, publicara un anuncio anónimo el 14 de febrero en el “New York World”, el “American”, y el “Herald”, convocando a mil hombres con experiencia militar a unirse al “General “Dick” Ferris”, que pagaría los gastos de viajes de quienes fueran aceptados.

El gobierno mexicano, tomando en cuenta el anuncio de Richard “Dick” Ferris en Nueva York del 14 de febrero y la publicidad en periódicos de San Francisco, un poco excusándose llamó la atención al gobierno de los Estados Unidos sobre él.

En Japá quedó el subteniente Miguel Guerrero con 10 soldados de la Compañía Fija y 4 voluntarios montados, custodiando el parque que no pudo llevarse la columna expedicionaria; la cual llegó a Mexicali a las dos de la tarde del 15 del citado febrero, iniciando desde luego el ataque que duró más de cuatro horas y durante el cual el coronel Celso Vega recibió varias “suplicas” del general Tasker Howard Bliss (58), Comandante de la Fuerzas Americanas de California, para que al atacar Mexicali procurara que las balas no pasaran al lado americano.

En la ciudad de México, donde las noticias sobre los remotos problemas peninsulares llegaban por los periódicos de California y por la agencia Associated Press, la hipótesis filibustera pronto se volvió una fijación periodística.

Las noticias contenidas en los anuncios de reclutamiento despertaron tanta atención que el hotel donde Richard “Dick” Ferris (47) se hospedaba, el elegante “St. Francis”, tuvo que poner “A una telefonista más y aumentar la planta de mensajeros para dar entrada al gran número de preguntas” que hacían exsoldados interesados.

Aunque no había el menor indicio de preparativos a gran escala de la pretendida y formidable fuerza militar de Richard “Dick” Ferris (47), un número considerable de mercenarios había hecho contacto con él.

Además, ese mismo día, los comandantes liberales le habían asegurado a Tasker Howard Bliss (58) que “Continuarían (la) política de no intervención”.

RICHARD ACHILLES BALLINGER

En un mensaje del 16 de febrero, el editor del “Times” aconsejaba que era necesario una acción militar conjunta contra los rebeldes, y pedía en especial al secretario del Interior, Richard Achilles Ballinger (53) “Le diga todo esto al presidente”.

Generalmente estas garantías eran dadas por los dirigentes del ejército o por los reclutadores que se encontraban en las oficinas de la calle Cuarta Este 519½, de “Regeneración” en Los Ángeles, o en las tabernas y otros lugares públicos de las grandes ciudades de la costa occidental, y por los propios dirigentes de la Junta.

Así mismo, la Legislatura del Estado de California pasó una resolución el 17 de febrero solicitando al presidente que se tomaran providencias especiales a fin de proteger el Valle Imperial de los desórdenes peninsulares.

“The New York Times”, 18 de febrero de 1911: “Un puñado de ingleses, australianos, boers, rusos, alemanes y franceses también estaba a la orden”.

Sin embargo, “El Imparcial” percibió el alarde de Richard “Dick” Ferris (47) en el sentido de que pronto empezaría sus operaciones militares si no recibía en un tiempo razonable una respuesta favorable a su ofrecimiento, e hizo acusaciones, sin ningún fundamento, pero muy perjudiciales, en el sentido de que esas operaciones ya habían empezado con la “Acción filibustera de Simón Berthold Chacón” y sus acompañantes.

“Los Angeles Examiner”, 20 de febrero de 1911: “De febrero a junio, el trabajo de A. I. McCormick, procurador general de justicia de los Estados Unidos consistió principalmente en ordenar el arresto temporal de sospechosos en la frontera con la intención de descubrir documentos que los incriminaran, y vigilar las actividades de quienes merodeaban por las lúgubres oficinas de “Regeneración” en el 519½ de la calle Cuarta Este”.

Ante las insistentes preguntas de los reporteros, Simón Berthold Chacón y José María Leyva ofrecieron, el 21 de febrero un resumen de los fines de los liberales: Los magonistas eran independientes de Madero y se inclinaban a establecer una utopía en forma de una mancomunidad socialista o cooperativa.

Una semana más tarde, el 23 de febrero de 1911, el general Harrison Gray Otis (74) escribió al Departamento de Estado exhortándolo a que se enviaran tropas para salvaguardar los campos de construcción de diques del ingeniero militar coronel J. A. Ockerson.

Aún más temerario, el 24 de febrero de 1911, el jefe político proclamaba tener pruebas inequívocas de que la acción de los rebeldes estaba financiada por estadounidenses que residían en México.

Hacia el 24 de febrero de 1911, Richard “Dick” Ferris (47), aparte de sus otras actividades, dirigía la carrera “Panamá-Pacífico” desde sus oficinas en San Francisco, y había sido nombrado gerente de un inminente carnaval que abriría nuevos horizontes y de una ostentosa celebración que se llevaría a cabo en el “Parque Balboa” de San Diego para despertar interés en la gran exposición “Panamá-California” que habría de coincidir con la terminación del Canal de Panamá.

Los dueños de las grandes empresas estadounidenses desean ardientemente la intervención de los Estados Unidos para frenar el movimiento insurreccional en la California mexicana antes de que agarre mayor ímpetu.

Por lo común “Mancomunidad” denota una entidad separada, y de ahí que el modo en que se interpretaban estos términos fuera un grano más para la molienda de quienes deseaban creer que los magonistas eran filibusteros, y explica la referencia a la “Actual separación de la California mexicana” y “El gobierno independiente” en el informe del general Tasker Howard Bliss (58) del 24 de febrero.

ETHEL DUFFY TURNER

La señora Ethel Duffy Turner (26), después de la renuncia de Alfred G. Sanftleben (40), socialista norteamericano de origen alemán, pasó a ser la editora de la página en inglés de “Regeneración”.

La última observación apareció el 25 de febrero: “Richard “Dick” Ferris (47) el feroz filibustero todavía anda haciendo un poquito de ruido con lo de la república de juegos de azar para Baja California.

“Regeneración” tomó nota de su aparición conjunta, sacando la inevitable conclusión de que el capitalista Harrison Gray Otis (74) había fraguado una intriga antimagonista que había encomendado realizar a su lacayo militar, Tasker Howard Bliss (58).

Un manifiesto de Antonio Villarreal contra Ricardo Flores Magón (37), publicado en “El Paso del Norte”, en El Paso, Texas, fue especialmente descalificado como un montón de mentiras.

El “Press” fue el único en destacar, a propósito de la confusión sobre la “Mancomunidad cooperativa”, que los liberales “No habían hecho ninguna declaración de independencia y que enarbolan la bandera de México, insistiendo incluso en que la bandera mexicana ondee por encima de la bandera norteamericana en los canales”.

El 26 de febrero se celebró en San Diego la junta a la que se refiere el Subprefecto de Tijuana, José María Larroque Zúñiga (55) en la carta inserta y uno de los principales oradores en esta junta fue John Kenneth Turner (32), autor de la obra tan denigrante para nuestra Patria, que intituló “México Bárbaro”.

Así, sólo en febrero, las reuniones en Los Ángeles, San Francisco y San Diego produjeron entre 300 y 500 dólares.

Capitán C. A. Babcock, E.U.A., Calexico, al general adjunto para el Departamento de California y Texas, 26 de febrero de 1911: “Un puñado de ingleses, australianos, boers, rusos, alemanes y franceses también estaba a la orden”.

GEORGE WOODWARD WICKERSHAM

El 1 de marzo de 1911, el procurador general de los Estados Unidos, George Woodward Wickersham (53) le escribió al procurador de los Estados Unidos por el Distrito Sur de California para que procediera con cautela, porque temía los “Efectos desastrosos de un posible revés”.

Pescadores locales que llegaron a San Diego el miércoles 1 de marzo de 1911, dijeron que el viernes anterior había estallado una bomba en Ensenada sin provocar muertos ni heridos. Un estadounidense fue encarcelado bajo el cargo de ser el responsable de los hechos.

El 2 de marzo de 1911, el “San Diego Union” publicó que se compraron 400 rifles en el expendio de la calle cuarta y que se rumoraba que serían utilizados para invadir el poblado fronterizo.

Richard “Dick” Ferris contaba con el himno de la nueva república y el visto bueno de importantes personalidades de California, “Mi proposición es absolutamente seria”, dijo, y especuló acerca de que en Baja California se podría formar una república en la que se permitieran los juegos de azar, los cuales estaban prohibidos en el Estado de California.

En esta parte del trabajo analizamos las razones por las que Enrique de la Sierra, cónsul mexicano en Calexico, el 22 de febrero y el 3 de marzo dio el nombre de filibusteros, en el sentido anexionista, a los hombres que ocuparon Mexicali.

FRANCISCO LEÓN DE LA BARRA Y QUIJANO

Sólo hemos encontrado informes dirigidos a Francisco León de la Barra y Quijano (48), donde señala que se estaban vendiendo rifles Springfield en San Diego y que muchos de ellos eran para abastecer a las fuerzas insurrectas.

De igual forma, algunos padres de familia llegaron a Baja California para buscar a sus hijos que se habían unido a los insurgentes, tal es el caso de H. G. Killest y algunos otros.

JOSÉ MARÍA LEYVA

Esta circunstancia relativa o la circunstancia de que los americanos que eran ya el doble de los mexicanos se considerasen demasiado fuertes, ocasionó que tuvieran disensiones en sus filas y que Stanley Williams tomara el mando, desarmando a José María Leyva el día 3.

Arguyendo que el liderazgo de José María Leyva era pusilánime y que había dispuesto indebidamente de los fondos, el 4 de marzo, Stanley Williams propuso elegir a su admirado José Cardoza como nuevo jefe nominal.

El 4 de marzo, la embajada de Estados Unidos comunicó la partida del coronel Miguel Mayol y el Octavo Batallón, previendo que estarían en el río diez días más tarde.

Por otra parte, no sabemos en qué momento inició la relación entre el editor del “Calexico Dialy Chronicle”, Otis B. Tout y Ricardo Flores Magón (38), lo cierto es que dicho periódico llegó a las manos de este último y en “Regeneración” del 4 de marzo, dijo que era una lectura complementaria para los liberales.

Muy lejos de la frontera, en Nueva York, el “New York Times”, con una influencia importante en Estados Unidos y los consulados mexicanos, publicó el 5 de marzo que existía un “Plan para darnos la Baja California”.

Stanley Williams, luego de ser liberado, cruzó la frontera el 5 de marzo, con destino a Los Ángeles, California, para hablar con Ricardo Flores Magón.

WILLIAM HOWARD TAFT

Antes, el 6 de marzo, el presidente William Howard Taft (54) había de repente enviado 20,000 soldados a la frontera, aumentando al máximo las dificultades para obtener municiones, y haciendo casi imposible el contrabando de comida y otros artículos. Fue el paso más agresivo de Washington.

El tono particular de la proclama de la señorita Flora S. Rusell, junto con la bandera y el cruce de la frontera a caballo, apuntaban a la “Suave mano italiana de Richard “Dick” Ferris”, quien había prometido dar a San Diego “La más amplia publicidad que ha conocido la ciudad” para las celebraciones de junio.

A principios de marzo, Richard “Dick” Ferris empezó a trabajar como gerente de las festividades de la exposición Pan-Pacific de San Diego, programadas para empezar el 19 de julio.

El 7 de marzo de 1911, se tendió sobre la frontera sur de Estados Unidos una fuerza de treinta mil hombres del ejército norteamericano bien artillada.

Tratando aparentemente de reforzar la última impresión, “Los Angeles Times”, ejemplar del 7 de marzo de 1911, publicó un artículo fantásticamente manipulado para hacer creer que los liberales recibían apoyo financiero de poderosas empresas de Chicago e intentaban fundar una república en los Estados del norte de México, donde había grandes inversiones de capital norteamericano.

El 7 de marzo de 1911, un día después del anuncio de la movilización de los veinte mil hombres armados, apareció una nota -toda una página con fotografías de los dirigentes del PLM y del edificio en que tenían la sede del partido- que aseguró que desde Los Ángeles se enviaban armas y dinero a los revolucionarios en Mexicali.

HENRY LANE WILSON

Muy importante también en lo precipitado de esta desafortunada decisión fue Henry Lane Wilson (54), el arrogante, antimexicano embajador de Estados Unidos en México, que por entonces andaba franco en su país.

El 8 de marzo se aseguró que el Departamento de Estado manifestó su desagrado por lo que sucedía en Mexicali y las dificultades que tenían en las obras de irrigación.

Ese mismo día, se especuló en el sentido de que podría tratarse de una invasión real a México, ya que el gobierno de Porfirio Díaz (80) era incapaz de controlar el país.

El propio 8 de marzo, dos miembros del Octavo Batallón, Regimiento H, del ejército estadounidense, por error cruzaron la línea divisoria entre ambos países. John A. Gray, enviado especial de “Los Angeles Examiner”, publicó que el 8 de marzo, un rural de Tijuana, al observar a los dos soldados estadounidenses y al grito de “¡Viva México!” informó al teniente Francisco Muñoz: “Los americanos están sobre nosotros”, y éste, de inmediato llamó a las armas.

El 8 de marzo, luego de todos los sucesos que hemos narrado en este capítulo, el cónsul estadounidense informó que, para esas fechas, el grupo insurgente se componía de entre 125 y 200 hombres, que varios extranjeros decían pertenecer a la IWW y que “Los líderes del grupo se consideraban así mismos independientes del resto de los líderes que operan en otras partes de México, y ellos proclaman que su intención es establecer una república independiente en Baja California”.

Los eventos a los que hace alusión tienen poco más de una semana de haber sucedido y el comentario que él hace -de que los miembros de la IWW se retiraron, y con ellos las intenciones de formar una república socialista- apareció el 8 de marzo en el “San Diego Union” y “Los Angeles Times” y el 9 de marzo en el “San Diego Evening Tribune”.

JOHN KENNETH TURNER

Sólo quienes reconocidamente estuvieron identificados con los insurrectos fueron detenidos en la frontera, tal es el caso de John Kenneth Turner (32), quien el 8 de marzo llegó de Los Angeles con instrucciones de la Junta del PLM.

Simón Berthold Chacón por su parte, manifestó que “Cualquier hombre que diga que es amigo de Stanley Williams recibirá un tiro”.

“Los Angeles Times”, 8 de marzo de 1911, “En el mismo sentido, afirmó que los americanos que desertaron eran quienes propugnaban por el establecimiento de una república socialista”.

Respecto del Octavo Batallón, el cónsul norteamericano George P. Schmucker informó a Washington que “El arribo de estos refuerzos ha tranquilizado a la gente y las fuerzas del gobierno son ahora superiores a las de los insurgentes”.

Dada la baja población en Baja California, el reclutamiento de extranjeros residentes en Estados Unidos fue amplio; algunos historiadores recogen la versión de que a los reclutas se le ofrecía de 100 a 600 dólares en oro y granjas de 160 acres para cada uno, aunque lo más probable es que quien hiciera estas ofertas fueran los encargados reclutamiento y no la Junta del PLM, además durante el juicio en Los Ángeles a los integrantes de la Junta Organizadora por violar las leyes de neutralidad durante la rebelión en Baja California, un contrabandista declaró que el gobierno estadounidense le había ofrecido a él y a sus compañeros exonerar sus delitos, a cambio ayudar a procesar penalmente a los Flores Magón, Librado Rivera y Anselmo L. Figueroa, y menciona que entonces fabularon que habían sido enlistados por la Junta en Los Ángeles, recibido 5 dólares y la promesa de 160 acres de tierra.

La intermediación de John Kenneth Turner empezó con una entrevista con la diarquía, “Caracterizada por gritos y gestos violentos”.

Francisco León de la Barra y Quijano (47), embajador de México en Estados Unidos, se movilizó para conseguir una aclaración de la orden del presidente William Howard Taft (54), quien le aseguró que no se trataba de ninguna invasión y que era solamente un entrenamiento sin mayor relevancia, posteriormente, dijo que era para cumplir lo mejor posible con las leyes de neutralidad.

John Kenneth Turner: “Estamos luchando contra el capitalismo en todas partes, y costará algunas vidas de los servidores de los déspotas”.

Así, el 9 de marzo, Antonio Lozano, cónsul mexicano en Los Ángeles, informaba a la Secretaría de Relaciones Exteriores: “A pesar de mi constante entrevista y reiterados esfuerzos con Procurador McCormick, para convencerle eficacia de la prueba tiénese, rehusa orden arresto hermanos Flores Magón, Villarreal y demás, dando margen nueva y constante ayuda revolucionarios”.

En un informe del 9 de marzo, Enrique de la Sierra, cónsul mexicano en Calexico, aseguró que el agente especial Forrest D. Simmons le indicó: Él cree que solamente cuando haya una prueba fidedigna, precisa, exacta sobre la culpabilidad de cualesquiera de los sediciosos, es cuando podrá uno de éstos ser convicto y castigado, y que el simple hecho de estar en Mexicali con las armas en la mano habiendo ido de aquí, y aún su declaración de haberlo así verificado, no son suficientes”.

El “San Diego Evening Tribune” informó el 9 de marzo que, como resultado de las disputas, en un día se había transformado el contingente armado, de ser casi puros miembros de la IWW y socialistas, a una gran mayoría de mexicanos.

John Kenneth Turner ha declarado que José María Leyva y Simón Berthold Chacón son “outlaws”, es decir, bandidos que por sus crímenes están fuera de la ley, y ha dicho que, si no le cede el mando, la Junta les retirará el apoyo.

Simón Berthold Chacón afirmó el 9 de marzo que alrededor de 107 mexicanos acababan de ser enviados desde Los Ángeles y contaba con alrededor de 200 hombres, muy pocos extranjeros entre ellos, hecho que otras fuentes confirman.

Entre los periódicos, el “San Diego Union” y “Los Angeles Times” se mostraban particularmente ansiosos de que las tropas norteamericanas entraran en la zona de las obras o de que se adquirieran derechos especiales sobre la red de canales.

Después de varias dilaciones, el veterano del ejército Earl Carter consiguió una entrevista con Richard “Dick” Ferris el 10 de marzo de 1911.

Dos días después el capitán Evans aclaró el asunto a la prensa, aseguró que era un par de soldados curiosos por conocer el otro lado de la frontera y cruzaron incidentalmente.

El 10 de marzo, tanto el “San Diego Evening Tribune” como el “San Diego Sun” mencionaron que las tropas se habían movilizado para detener una invasión japonesa en Bahía Magdalena.

En marzo, afirma el corresponsal de “Los Angeles Examiner”, varios mexicanos -uno de ellos hermano de José María Larroque Zúñiga- acudían a los hoteles para enterarse acerca de lo que se decía de la Baja California y la opinión generalizada de los estadounidenses que frecuentaban esos lugares era que, en menos de una semana -la tercera de marzo-, Estados Unidos contaría con un nuevo territorio.

Para los estadounidenses la movilización de los cañoneros del 10 de marzo era una señal inequívoca de invasión.

En párrafos anteriores mencionamos que el torpedero “Yorktown”, el 10 de marzo, salió de San Diego con la intención de patrullar las aguas de Baja California.

Un día después se supo que el torpedero “Yorktown”, estacionado en la Bahía de San Diego, partió de dicho lugar hacia el sur, asegurándose que patrullaba las costas de Baja California.

El 11 de marzo, el “Yorktown” llegó al puerto de Ensenada y su capitán bajó para hablar con el coronel Celso Vega, en medio de la expectación de los ensenadenses, quienes interpretaron la acción como “entremezclamiento o espionaje”.

El pueblo de Tecate, que estaba defendido únicamente por el Comisario José D. Morales y los gendarmes Manuel Downey, Capracio Valencia e Isidoro Flores, fue capturado en la madrugada del 12 de marzo de 1911 por el cabecilla Luis Rodríguez, al mando de 35 filibusteros quienes perfectamente armados, se encontraban en el pueblo de El Cajón, California, esperando el momento oportuno para dar el albazo.

Aunque Stanley Williams nunca llegó a alcanzar el supremo mando militar, volvió el 12 de marzo para encabezar su comando autónomo.

Por ejemplo, el domingo 12 de marzo, hubo una reunión de alrededor de 800 miembros del Partido Socialista en el “Germania Hall” de San Diego.

El domingo 12 de marzo, Stanley Williams amenazó con dinamitar la línea del ferrocarril.

José María Leyva y Simón Berthold Chacón habían manifestado su comprensible deseo de eliminar el problema, por no decir, inherente a la presencia de tantos extranjeros en sus filas.

El ambicioso Stanley Williams hizo saber más adelante que pronto sería generalísimo, pero la Junta no estuvo de acuerdo con esta previsión.

John Kenneth Turner, quien creía que una mayor participación extranjera aumentaba la simpatía de los estadounidenses por el movimiento, pudo haber influido para conseguir que la Junta aprobara esta solución.

Incluso, en Calexico se llevó a cabo una reunión de rancheros que discutieron la posibilidad de constituirse en una fuerza armada y penetrar a territorio mexicano para “Sacar a los revolucionarios fuera de Baja California”.

Por su parte, Ricardo Flores Magón (38), publicó en “Regeneración” del 13 de marzo: “El Partido Liberal Mexicano luchará hasta lo último en contra la invasión extranjera porque es en contra de sus ideales admitir cualquier tiranía”.

El 13 de marzo, los soldados que se encontraban en San Diego recibieron la orden de ser inoculados contra diversos tipos de mosquitos.

El 13 de marzo de 1911, se aseguró que 500 marines irían a Bahía Magdalena para vigilar el sitio, a pesar de que la concesión sobre dicho lugar se canceló un año atrás.

Ese mismo día, en los niveles diplomáticos se afirmó que existía un pacto secreto entre Japón y México mediante el cual nuestro país cedió el Istmo de Tehuantepec y Bahía Magdalena.

En el siguiente capítulo veremos las dificultades que se presentaron en esos días entre los líderes José María Leyva y Stanley Williams en Mexicali; por lo pronto, cabe señalar que en el escrito siguiente de George P. Schmucker, del 13 de marzo, el cónsul informó de los problemas que hubo entre los jefes de los insurrectos, pero que ya estaban trabajando con más armonía, “El proyecto de fundar una república independiente en Baja California parece haber dejado lugar al movimiento revolucionario en general”.

Los agricultores de Imperial, alarmados por la situación y en un cambio de actitud hacia el movimiento armado, declararon que estaban dispuestos a conformarse como una fuerza armada para sacar a los revolucionarios de Baja California.

Otra versión afirma que Luis Rodríguez estuvo en la cárcel de Ensenada acusado de asesinato y que logró escaparse del lugar meses antes de que se iniciara el movimiento armado.

Entre los periódicos, el “San Diego Union” y “Los Angeles Times” se mostraban particularmente ansiosos de que las tropas norteamericanas entraran en la zona de las obras o de que se adquirieran derechos especiales sobre la red de canales.

El 14 de marzo, el “San Diego Union” publicó un editorial justificando la entrada de las tropas estadounidenses a México.

Incluso, en Calexico se llevó a cabo una reunión de rancheros que discutieron la posibilidad de constituirse en una fuerza armada y penetrar a territorio mexicano para “Sacar a los revolucionarios fuera de Baja California”.

John A. Gray, corresponsal de “Los Angeles Examiner”, indica que sólo un significado se le dio la orden de la inoculación: “Las tropas americanas serán enviadas a México”.

En este contexto, en que el liderazgo militar de los insurrectos se encontraba pública y abiertamente dividido, el “San Diego Union”, el 14 de marzo justificó la intervención del ejército estadounidense para proteger las obras de irrigación.

“Los Angeles Times”, en la primera página de la edición del 14 de marzo, publicó: “Mataremos a todos los prisioneros”, además de asegurar que Stanley Williams amenazó con volar las obras de irrigación que se realizaban en el lado mexicano; Afirmó además que, como el resto de sus hombres, “Queremos acción, y la queremos pronto”.

La acción (Movimiento de tropas norteamericanas) fue cubierta con grandes titulares y denunciada con estridencia por casi todos los periódicos de la izquierda como insultante para los revolucionarios y como un disimulado preludio de la intervención.

Después de partir con el general José María Leyva hacia la Laguna Salada el 15 de marzo, la heterogénea colección de mexicanos, indisciplinados exploradores indígenas y aguerridos miembros de la IWW, avanzó hacia el sur con un ánimo amenazante.

Fred A. Rico, el agente contratado por Antonio Lozano, informó el 15 de marzo que los enganchadores prometían “A los americanos 160 acres de terreno y 600 como remuneración al terminar la campaña; pero […] cada uno debe comprar sus armas”.

Mientras tanto, Ricardo Flores Magón, con fecha del 15 de marzo, envió una carta a José María Leyva, con la intención de limar asperezas. Lo único que hay es que, para evitar ulteriores choques, dejamos a Stanley Williams dependiendo directamente de la Junta.

El mismo día, 15 de marzo, Ricardo Flores Magón también envió un documento muy breve a Ricardo V. Valdez, en el que anotó: “De ninguna manera se admita a Stanley Williams. Éste es un enemigo”.

La mayor parte del apoyo radical provino de los miembros de la IWW.

El 16 de marzo, Tasker Howard Bliss (58) aseguró que sólo pretendían vigilar la frontera para que las leyes de neutralidad fueron cumplidas.

Al enterarse del triunfo, un reportero que se encontraba de visita en Ensenada, W. D. Van Blarcom Jr., del “San Diego Evening Tribune” -diario que desde el 15 de marzo aseguró que la revuelta en Baja California estaba a punto de concluir y que siempre trató como bandoleros y vagabundos a los insurrectos, en ese sentido es el que peor trata a los insurgentes-, dio la noticia de la derrota de Luis Rodríguez.

A partir de las observaciones que allí se hacen, todo indica que la impericia del general José María Leyva y el no conocer los puntos vulnerables que le ofrecía la topografía conllevaron a la victoria militar del Capitán 1ro. Justino Mendieta. De igual forma, destacaron un acto al que llamaron heroico del tecatense Capracio Valencia -ya mencionado- por salvar la vida de varios compañeros.

En otro informe del 17 de marzo, Antonio Lozano, cónsul mexicano en Los Ángeles, señaló: “Como procurador McCormick, obstinadamente rehúsa iniciar procedimientos alegando insuficiencia de evidencia, sometí al estudio de competentes abogados J. M. McKinley y W. S. Vanpelt un memorándum de la evidencia que hay para proceder contra Magones; y dichos abogados firmaron al calce del memorándum la siguiente resolución: Somos de opinión de que las pruebas disponibles son suficientes para justificar la iniciación de un proceso por violación a las leyes de neutralidad y que el mismo puede llevarse adelante con éxito”.

Por su parte, las autoridades militares norteamericanas asentadas en la frontera señalaron a los diarios que no capturaron a los que cruzaron la línea divisoria, ya que estos abandonaron las armas en el lado mexicano.

El “San Diego Evening Tribune”, abiertamente en contra de los insurrectos, predijo que el destino del movimiento quedaba marcado por esta derrota y que pronto acabarían las depredaciones de los bandidos que asolaban la Baja California.

Estos antecedentes (La colaboración de John Kenneth Turner y Ethel Duffy Turner) lo hicieron muy útil para barbechar el más fértil terreno para la propagación de las ideas liberales, solicitar fondos y buscar voluntarios en los círculos laborales de California.

El comodoro Richardson -no sabemos de qué embarcación- confirmó el 21 de marzo la noticia de que un buque de guerra estaba en Bahía Magdalena.

Werner Johnson, uno de los miembros del grupo de Simón Berthold Chacón, apuntó en su diario: “De allí nos dirigimos a las casas de comercio y los almacenes, tomando todo aquello que estuvo al alcance de nuestras manos”.

Simón Berthold Chacón, mientras tanto, había llegado con sesenta hombres a El Álamo y el 22 de marzo fue herido en una pierna en un tiroteo con rancheros locales.

En la tarde del 22 de marzo, regresaron de nuevo a El Álamo, conduciendo al herido para que recibiera las atenciones médicas del caso; dedicándose ellos, al pillaje durante su permanencia en el mineral.

Luis Fernández al coronel porfirista Juan A. Muñoz: “El asunto es más grave de lo que se pensaba, pues hay mucha protección del pueblo americano, pues como usted sabe, a éstos no los perjudican en nada y se les conoce a todos los extranjeros el gusto que reciben cuando hay una noticia favorable a los bandidos, o viceversa para nuestras tropas”.

El 22 de marzo de 1911, el “San Diego Sun” aseguró que un barco filibustero fue visto en las cercanías de Bahía Magdalena. Destacó que el lugar tenía un gran valor estratégico, “Ningún dato nos han dado los oficiales de marina acerca de las operaciones filibusteras en Magdalena, pero es muy cierto que allí hay un barco norteamericano, por lo que el departamento de marina vigila de cerca”.

El 22 de marzo de 1911, de manera independiente a las disposiciones de la Junta y de José María Leyva, Stanley Williams confiscó cerca del poblado de Los Algodones, cien cabezas de ganado a Santiago Loroña, un ranchero, con el argumento de que era simpatizante de Porfirio Díaz (80), argumento que no demostró ante nadie.

El teniente Benjamín H. Pope cruzó vistiendo su uniforme del ejército, lo que fue considerado por el capitán Evans como un acto de violación de las leyes de neutralidad, por lo que se le arrestó en el Fuerte Rosecrans.

El 22 de marzo, el capitán primero Justino Mendieta se entrevistó con el capitán de la tropa norteamericana en una de las montañas que se encuentran sobre la línea divisoria.

El 23 de marzo, varios soldados llegaron a decir: “No hay paga, no hay combate”.

Dos días después, el 23 de marzo, Werner Johnson, uno de los miembros del grupo de Simón Berthold Chacón, apuntó es su diario: “Fuimos a la oficina de correos, quemamos allí los documentos y recogimos setenta pesos mexicanos. En el correo colocamos una guardia y convertimos el juzgado en cuartel general”.

Thomas P. Daly, gerente de la “Cudahy”, que pertenecía a un consorcio de empaquetado de carnes de Chicago, el 25 de marzo se quejó ante cónsul mexicano en Calexico y el cónsul estadounidense en Ensenada, George P. Schmucker.

El corresponsal de “El Imparcial” aseguró haber visto cómo “Los filibusteros americanos y malos mexicanos trataron de huir rápidamente |…|catorce revoltosos que disponían de caballos huían velozmente cuando vieron caer a Luis Rodríguez”-

Tasker Howard Bliss (58), el 25 de marzo, ordenó que se enviaran mercancías a Campo, lo mismo que asistencia médica.

La indagación que sobre Richard “Dick” Ferris había realizado el agente especial Clayton Harrington, informó que era alguien que sólo quería hacerse publicidad.

Una semana antes de la batalla del rancho de Lou Little, los más pendencieros voluntarios empezaron a dispararse entre ellos.

El lunes 27 de marzo, varios agricultores estadounidenses que tenían sus propiedades en el Valle de Mexicali se quejaron de que eran obligados a alimentar a los insurrectos; debemos recordar que los hombres en armas tenían prohibido comprar alimentos en Estados Unidos por lo que no podían adquirir provisiones de boca.

El resultado fue que los más de mil asistentes al evento condenaron las acciones de William Howard Taft (54) y firmaron una declaración en contra del carnicero Porfirio “The Butcher” Díaz (80).

Según sus hombres, el general José María Leyva (34) “Se había retirado a toda velocidad a caballo, abandonando a su suerte a sus soldados de infantería”.

Otro caso es el de Francisco Vázquez Salinas (47), quien antes de 1911 sirvió en el ejército mexicano, y según carta que le remitió Ricardo Flores Magón (38), él debió ser el encargado de dirigir las acciones militares desde un principio.

Al general José María Leyva (34) se le acusó de cobarde y el 29 la Junta del PLM lo destituyó el cargo de general en jefe.

Otros diarios, los que en apariencia apoyaron el movimiento pero que en realidad tenían interés de incorporar Baja California a Estados Unidos, como el “San Diego Sun” y el “Calexico Daily Chronicle” mencionaron que, de ganar los federales, la dictadura se volvería a establecer.

El 31 de marzo, en vista de esta circunstancia, enviaron a 3 individuos a Mexicali con objeto de solicitar que el cabecilla Stanley Williams viniera con un buen número de hombres a reforzarlos, a fin de activar la campaña para tomar Ensenada.

Samuel Gompers

En consecuencia, el 1 de abril de 1911, Samuel Gompers (61), abandonó la discusión, y su reacción en efecto resultó ser una negativa a la solicitud que se había hecho a la Federación Americana del Trabajo (American Federation of Labor o AFL).

El 1 de abril de 1911, Kaspar Bauver, socialista y E. E. Kirk, joven abogado liberal eran muy activos en la Liga Anti-intervención, agrupamiento de progresistas y radicales fundado un tiempo antes para oponerse a cualquier posible invasión militar de los Estados Unidos en México.

Porfirio Díaz

Informe de Porfirio Díaz (80), 1 de abril de 1911: “En relación con tan importantes acontecimientos, el Ejecutivo observó que los rebeldes reclutaban filibusteros y se organizaba en terruño de los Estados Unidos de América, por lo cual llamó la atención del gobierno de aquel país a consecuencia de tales actos”.

De allí que Porfirio Díaz (80), desde la segunda semana de febrero -y no en su informe del 1 de abril- tuviera información de que “Los filibusteros americanos están planeando invadir la Baja California con el propósito de establecer un gobierno independiente”.

La afirmación de Porfirio Díaz (80) hecha el 1 de abril, acerca de que se trataba de una revolución socialista, de filibusteros que formarían una república independiente, se debió a las propuestas de Richard “Dick” Ferris, las declaraciones de Simón Berthold Chacón del 21 de febrero y a la forma en que la prensa de Estados Unidos, el embajador mexicano y los cónsules interpretaron los hechos.

“Los Angeles Times” del 5 de abril de 1911: “Aunque los colonos se oponían a la agresividad de Harrison Gray Otis (74), ellos mismos tenían tendencias expansionistas, como lo reflejaba su ansiedad por comprar a México el bajo delta del Río Colorado”.

Los magonistas han sostenido que los rancheros buscaban desacreditarlos, y citan en abono de su hipótesis los comentarios sobre los filibusteros en la prensa; la revelación de que un espía, un antiguo vaquero en el rancho de Harrison Gray Otis, se infiltró en sus filas; la aparición de informes, en 1911, de que a los Estados Unidos les gustaría comprar la península toda o en parte; y la presión antimagonista, supuestamente promovida por Otis, que el ejército estadounidense se encargó de ejercer a lo largo de la línea divisoria.

Entre los periódicos, el “San Diego Union” y “Los Angeles Times” se mostraban particularmente ansiosos de que las tropas norteamericanas entraran, el 5 de abril de 1911, en la zona de las obras o de que se adquirieran derechos especiales sobre la red de canales.

El 6 de abril, el “San Diego Sun” afirmó que la movilización militar norteamericana se debió precisamente a que se pensaba invadir México para impedir que el tratado (México-Japón) se llevara a efecto.

Las relaciones del cónsul George B. Schmuker con el jefe político coronel Celso Vega eran alternativamente amistosas y hostiles, y eso lo inquietaba.

Informe de Enrique de la Sierra al Secretario de Relaciones Exteriores, 7 de abril de 1911: Sin embargo, existe el hecho de que en Hotville existió un centro de reclutamiento que fue identificado por el espía Fred A. Rico, quién informó: “Ofrecen a los americanos 160 acres de terreno y $600.00 como remuneración al terminar la campaña; pero según dijeron a Rico, cada individuo debe comprar sus armas”.

El 7 de abril, Stanley Williams amagó de nuevo el Rancho Cudahy, uno de los más prósperos en ese año y en el cual se habían invertido una suma considerable para equiparlo.

El “Calexico Daily Chronicle” de ese mismo día, tras informar de las acciones de Stanley Williams y sus hombres, en su editorial aseguró que los verdaderos revolucionarios no eran los que estaban haciendo las confiscaciones; éstos eran los soldados de fortuna y que, por tanto, se justificaba que el ejército estadounidense ingresara a territorio mexicano, sólo para detener a los que realizaban las confiscaciones, no a los revolucionarios, ya que éstos sí luchaban por una causa justa.

Enrique de la Sierra al secretario de Relaciones Exteriores, 7 de abril de 1911: “El capitán J. H. Griffith me manifestó que sus órdenes eran no permitir el paso de nada, más me autorizó extraoficialmente para que por conducto de los rancheros de la vecindad le enviara yo al coronel Miguel Mayol todo lo que necesitara y que él procuraría que no sufrieran dificultades ni trastorno alguno”. “Sin embargo, los agricultores norteamericanos Leroy Little, L. H. Sherman y Robert H. Burhams Jr., todos ellos con propiedades en el suroeste del Valle de Mexicali, “ofrecieron sus servicios para llevar todo en su nombre y así lo pidieron a la casa de Varney”. Así, con la colaboración del capitán J. H. Griffith y de los rancheros mencionados, el 7 de abril, el coronel Miguel Mayol recibió las provisiones de boca que necesitaba, además de la promesa de que no le faltaría nada en los días subsecuentes”.

Informe de George P. Schmucker al Departamento de Estado: “La oposición ha existido por largo tiempo, pero la insatisfacción se ha desparramado desde que los ciudadanos consideran que Ensenada no ha sido adecuadamente protegida de las amenazas de ataque”.

El cónsul norteamericano, quien, según su decir, mantenía una relación muy tensa e incómoda con el coronel Celso Vega, escribió el 7 de abril: “La mayor parte de los hombres de negocios de Ensenada ahora expresan abiertamente su simpatía con los objetivos señalados por el movimiento revolucionario”.

El 7 de abril el “San Diego Evening Tribune”, en su primera página, a ocho columnas señaló: “Robo y Terrorismo Iniciado por los Rebeldes Americanos”.

John Kenneth Turner fue después a San Francisco, donde en compañía del candidato a alcalde por el Partido Socialista realizó un mitin para recabar fondos.

Periodistas de San Diego, fueron descubiertos al querer proyectar una invasión filibustera a Baja California, formulando declaración de independencia.

El coronel Miguel Mayol, jefe del octavo batallón de infantería, mandó muy temprano una escolta de 100 hombres, con suficientes mulas a traer del lado americano provisiones para su cuerpo, en virtud de estársele agotando las que llevaba consigo.

Aun reconociendo la escasez de personal, el que la Junta hubiera elegido a José María Leyva como comandante parecía un riesgo, pues era de ocupación yesero (Miembro del sindicato Hodcarries de la American Federation of Labor) y no soldado.

Entre los periódicos, el “San Diego Union” y “Los Angeles Times” se mostraban particularmente ansiosos de que las tropas norteamericanas entraran en la zona de las obras o de que se adquirieran derechos especiales sobre la red de canales.

El sucesor de la señora Ethel Duffy Turner (26) fue el anarquista inglés William Owen.

En la edición del “Imperial Valley Press” del 8 de abril, Allen Kelly, su editor resaltó que estaban a merced del gobierno mexicano en lo referente a los canales de irrigación y propuso que a muy corto plazo (rigth of way) se realizara un tratado entre los dos países para solucionar “Completa y satisfactoriamente” el problema del “Reajuste de la línea internacional”, al trazar una división desde la intersección de los estados de California y Arizona hacia el sur hasta la sierra de los cucapá, para luego trazarla hacia el noroeste, hasta el monumento 224; es decir, el Valle de Mexicali.

Por otro lado, las confiscaciones en los ranchos efectuadas en Mexicali por Stanley William, antes de su combate con el coronel Miguel Mayol el 8 de abril, provocaron comentarios intervencionistas de militares y observadores norteamericanos.

El “San Diego Union” del 8 de abril publicó un editorial titulado “Es Tiempo de Actuar”.

Un día después, el 8 de abril, mientras se realizaba el enfrentamiento entre los hombres de Stanley Williams y los del coronel Miguel Mayol, el “San Diego Evening Tribune”, publicó un editorial titulado “El Reino del Terror Empeora”.

El corresponsal de “El Imparcial”, quien observó el combate del 8 de abril, escribió: “La mayoría de los hombres que trae Stanley Williams son jóvenes, pero todos bien armados”.

Este hecho fue resaltado por un diario como el “Calexico Daily Chronicle” con la idea de buscar apoyo al grupo de Stanley Williams entre los residentes de la región, incluso se llegó a publicar, con la intención de crear una mala imagen de los federales que las tropas del coronel Miguel Mayol colocaron al frente de las líneas a las mujeres y los niños que los acompañaban en el viaje.

Entre las anécdotas sobre este batallón destaca su fortaleza, así como el hecho de que, durante la batalla del 8 de abril a las afueras de Mexicali en contra de la Legión Extranjera que comandaba Stanley Williams, uno de sus gritos de combate fuera, además de “¡Viva México!” el de “¡Viva Oaxaca”!

Por su parte, el “San Diego Sun”, un diario que siempre manifestó su interés por la anexión publicó el 8 de abril declaraciones de oficiales del ejército.

Sufrieron los filibusteros alrededor de 50 muertos incluyendo al jefe de ellos, Stanley Williams quien falleció el 9 de abril de 1811 en el Hospital de Calexico, donde fue atendido.

Stanley Williams había servido en el ejército estadounidense durante la guerra de Estados Unidos contra España, había deambulado y trabajado en casi todos los pueblos rudos del Oeste, y participado en los disturbios de la Libertad de Expresión en 1910.

De Stanley Williams, Francisco Vázquez Salinas (47) dijo: “Le ordené que saliera a combatir, pero sólo cuando me lo pidió”, frase digna de involuntaria inmortalidad, como la observación de Alexandre Auguste Ledru-Rollin (1807–1874) de que su pueblo estaba en camino y, puesto que él era su jefe, debía seguirlos.

Por otro lado, consideramos que lo publicado en California, y que llegaba con dos o tres días de atraso cuando mucho, fue el elemento que influyó para la concepción de filibusterismo con carácter anexionista y, sobre todo, conocer que un alto número de extranjeros se sumaba al movimiento; por ejemplo, el corresponsal de “El Imparcial” con fecha 9 de abril escribe: “Hay una gran indignación porque se acaba de comprobar que 40 negros 36 americanos componen el mayor número […] todos son filibusteros, todos se han fugado de cárceles o han cumplido condenas […] al saberse en Ensenada la noticia se presentaron muchos hombres que no habían tomado parte en las compañías de voluntarios solicitando ir a combatir a los negros y los filibusteros”.

Al responder acerca de su actitud, Francisco Vázquez Salinas, señaló que le había ordenado a Stanley Williams atacar al coronel Miguel Mayol; pero sólo cuando éste se lo había demandado (I orderer him to go out, but only when he demanded it); hecho que da cuenta de la imposibilidad de Salinas por controlar a los miembros de la Legión Extranjera.

Stanley Williams recibió un balazo en la cabeza y fue trasladado por elementos de la Cruz Roja de Estados Unidos -que sólo recogieron a los insurrectos heridos- a Calexico, donde murió el 9 de abril.

En los periódicos de San Diego se criticó duramente la labor de Geoge B. Schmucker, al que se consideró incapaz de proteger las vidas de los estadounidenses.

Tres días después, el 9 de abril de 1911, el embajador de Estados Unidos en México, Henry Lane Wilson, afirmó haber visto y fotografiado el mencionado pacto (México-Japón).

El domingo 9 de abril, se realizó otro mitin en el “Germania Hall” de San Diego, para recolectar dinero que apoyara al movimiento.

Tanto el número de hombres, 52, como el decir que el grupo que entraría a Baja California estaba dirigido por Stanley Williams -muerto el 9 de abril- revela que el cónsul no estaba muy bien informado, pero en cuanto a los planes de mantenerse en la lucha y que Emilio Guerrero continuaba en la sierra, el cónsul acertó.

“Los Angeles Times”, 10 de abril de 1911; “De haber salido vencedor, Stanley Williams habría intentado avanzar para reunirse con el grupo de El Álamo, y luego amenazar Ensenada, pues hay una referencia a este plan en la carta de Ricardo Flores Magón del 28 de marzo a Francisco Vázquez Salinas (47)”.

Este joven sensible Geoge B. Schmucker se vio muy perturbado al leer en la prensa de California desdeñosas referencias sobre su persona en conexión con falsos rumores de agravios a norteamericanos en la península.

Al conocerse la estancia de Rosario Sáinz, “El Zarco” en Ensenada, las autoridades de Estados Unidos solicitaron su extradición y la lograron pocos días después con el apoyo de los residentes del puerto, quienes señalaron que era un individuo indeseable.

“Calexico Daily Chronicle”, 10 de abril de 1911: “El valor de Stanley Williams fue reconocido por residentes de Calexico y un jefe militar de Estados Unidos, probablemente el general Tasker Howard Bliss (58), dijo que era un valiente, además de alabar su estrategia militar durante el combate”.

Si bien el general Tasker Howard Bliss (58) no se mostró inflexible y ofreció que se atendiera a los heridos aún sin haber recibido la autorización de Washington, se pusieron demasiados obstáculos, desde la perspectiva del coronel Miguel Mayol, quien el 10 de abril decidió no mandar sus heridos a Calexico.

El 11 de abril, José Higuera (a) “Pisigue”, indígena vecino del mineral El Álamo no obstante encontrarse enfermo era pasado por las armas, por haber sido denunciado como espía nuestro.

También George B. Schmucker entrevistó a Harry Dell, el sospechoso norteamericano arrestado en Tijuana en febrero que, según él, probablemente usaba un alias.

Dos días después de la muerte de Stanley Williams, lo sustituyó en el cargo Carl Ap Rhys Pryce (35), un galés con antecedentes aristocráticos.

El mismo día 11, Carl Ap Rhys Pryce (35) declaró que no había envenenado los canales, ya que seguían las normas internacionales de la guerra.

El 11 de abril, el grupo de Emilio Guerrero se encontraba a las afueras de San Quintín, sitio donde residían alrededor de un centenar de familias de origen inglés, varios rancheros mexicanos, así como un comerciante norteamericano y un chino.

“Los Angeles Examiner”, 12 de abril de 1911: “Públicamente, Francisco Vázquez Salinas (47) desautorizó los actos de Stanley Williams, volviendo a crear motivos de disputas”.

“The New York Call”, 12 de abril de 1911: “Finalmente, se les advirtió a los liberales que “si fueran una organización política”, “difícilmente podrían esperar el apoyo unánime del Partido Socialista Norteamericano, que es abiertamente político, mientras Ricardo Flores Magón (38) siga siendo su principal vocero”.

El agente de Ricardo Flores Magón (38) en el “The New York Call”, Julius Menke, de inmediato negó los cargos contenidos en el artículo del 12 de abril.

El 13 de abril, Simón Berthold Chacón, conductor de carruajes y camiones, militante de la IWW, y general ad hoc, murió y fue sepultado en la desolada aldea de “El Álamo”.

El sentimiento público de los estadounidenses de Imperial fue que el coronel Miguel Mayol fue un cobarde por no acabar con los insurrectos, incluso el general Tasker Howard Bliss (58) llegó a comparar a Mayol con una mujer, en sentido despectivo.

El 14 de abril el cónsul norteamericano en Ensenada informó que el sitio era amenazado por los insurgentes y que los norteamericanos residentes en El Álamo estaban hambrientos, desarmados y eran mantenidos como prisioneros; rumores que circularon profusamente entre los habitantes del distrito y en la prensa de San Diego.

PHILANDER CHASE KNOX

El 6 de junio de 1911, el irritable Philander C. Knox (58), secretario de estado, declaraba que los Estados Unidos no habían permitido “Escandalosos intentos filibusteros” sino, al contrario, habían vigilado cuidadosamente la frontera, mientras había una “Notoria ausencia de medidas similares por parte del gobierno de México sobre su propio territorio”

El 6 de junio México hizo la solicitud, y al día siguiente, Philander C. Knox (58), secretario de estado, otorgó el permiso, especificando tan sólo que las tropas debían viajar desarmadas.

El 7 de junio de 1911, el irritable Secretario de Estado, Philander Chase Knox (58) señaló que, ya que solo había alrededor de quinientos rebeldes en armas, una enérgica acción por parte de México resolvería el problema.

“Industrial Worker”, 8 de junio de 1911: “No habrá paz en México hasta que la bandera roja ondee sobre el país de los trabajadores y el capitalismo haya sido derrocado”.

HARRISON GRAY OTIS

El 8 de junio de 1911, el general Harrison Gray Otis (73) se había mudado al Hotel “Willard” en Washington, en parte con el fin de conseguir más fondos federales para el control de las inundaciones, y en parte para hacer valer su influencia personal sobre el presidente William Howard Taft (54), con el objeto de que se resolvieran los peligros que amenazaban las propiedades de su compañía “California-México Land and Cattle”.

Ominosamente, el 8 de junio de 1911, los periódicos informaron que el latoso Louis James se apresuraba a adiestrar reclutas, preparando un intento de golpe para retomar el control del ejército de Tijuana.

“San Diego Evening Tribune”, 10 de junio de 1911: “Su única profesión, decía Carl ap Rhys Pryce (35), era la de soldado y, en ausencia de oportunidades militares, buscaba cualquier trabajo que le “proporcionara emociones fuertes””.

El 10 de junio de 1911, un conocido del cónsul George B. Schmuker describió sus síntomas: “Estaba en un estado anormal de desconfianza, […] temía que alguien atentara contra su vida”, y hablaba de “ciertos supuestos incidentes como si estuviera convencido de que hubieran realmente ocurrido”.

Al tiempo que Ricardo Flores Magón (38) denunciaba al “Estafador” Richard “Dick” Ferris por “calumniar” al movimiento liberal, reprochaba amargamente a la prensa burguesa el dar al empresario tan profusa cobertura y, en cambio, no informar sobre el sonoro rechazo propinado a Ferris y su grupo por los magonistas.

TASKER HOWARD BLISS

“The New York Call”, 11 de junio de 1911: “Los reveses militares en Baja California y el transporte de tropas mexicanas en trenes estadounidenses fueron fruto de la traición de Rodolfo Gallegos y las intrigas de los “piratas de tierra” el general Harrison Gray Otis (74) y el general Tasker Howard Bliss (58)”.

GLENN HAMMOND CURTISS

Con el capitán Paul Schmidt y Glenn Hammond Curtiss (33) fuera del juego, muchos de los soldados de fortuna desertaron, con lo cual se aseguró un mayor control liberal.

El 14 de junio, la Junta fue arrestada.

“Los Angeles Times”, 15 de junio de 1911: “El resultado fue el reino del terror dirigido a los propietarios del valle”.

“Los Angeles Examiner”, 15 de junio de 1911: “Caryl Ap Rhys Pryce no tenía posibilidades de salir de la cárcel, con o sin fianza, hasta que se definiera la cuestión de la extradición”.

JOHN DIEDRICH SPRECKELS

John Diedrich Spreckels (52) a Perkins: “También es importante retener flota aquí, proteger de estos malhechores a personas en la frontera”.

El general Tasker Howard Bliss (58) respondió que John D. Spreckels (52) exageraba, que había pocas señales de que los rebeldes se estuvieran preparando para volar el ferrocarril, salvo en caso de absoluta desesperación, y que su amenaza era en gran parte una fanfarronada.

Sin embargo, debido al miedo a los liberales, las autoridades militares locales se ocuparon de que estuvieran listos cinco cruceros grandes, una flota de naves auxiliares, un destacamento “fuerte” de infantes de marina y dos regimientos de infantería para proteger a la población y los aproximadamente cuarenta kilómetros de ferrocarriles en construcción “Del terrible bandido Jack B. Mosby y su banda de 150 (o 200) malhechores”.

Richard “Dick” Ferris (44) continuó explicando que tenía una reserva tan amplia de experiencia en publicidad que, en el momento en que se le presentaba una oportunidad, se apoderaba de ella, “Llegando al extremo de convertirme en un auténtico bufón con tal de anunciar la celebración”, y que “Sólo la ignorancia en la apreciación y el juicio burdo emiten críticas en vez de elogios”.

El propio Ricardo Flores Magón (37) publicó una proclama al engañado pueblo de Baja California, cuyas autoridades civiles y militares le hacían creer que los revolucionarios eran filibusteros y no liberales.

Según Caryl ap Rhys Pryce (35), su relación con Ricardo Flores Magón (38) y la Junta terminó cuando el general preguntó nuevamente qué se proponían hacer con el ejército: “No podemos hacer nada -dijeron-, no tenemos dinero. Entonces adiós”, dije yo.

Caryl ap Rhys Pryce (35): “Richard “Dick” Ferris, me compró el cambio de ropa que traigo puesto”.

Poco tiempo después regresaron algunos de los anarquistas italianos, cuando triunfó la política de la Junta que exigía “Prudencia hasta que la minoría se convierta en mayoría”.

Caryl ap Rhys Pryce (35) agregó que, ya que el 9 de mayo prevalecía el estado de guerra en Tijuana, él confiaba en que no sería extraditado por los cargos de asesinato e incendio premeditado.

En conclusión, el secretario de las compañías Spreckels, Harry L. Titus sugería que el general Tasker Howard Bliss (58) mandara doscientos de sus hombres para que fueran desplegados a lo largo del camino, y que se quedaran allí hasta la llegada de las tropas mexicanas para que “Estos bandidos no destruyan las propiedades”.

El 17 de junio, a pesar de que el movimiento armado estaba en pleno declive, Allen Kelly, editor del “Imperial Valley Press” insistió en que se necesitaba modificar la línea

Para Richard “Dick” Ferris, la lucha de México por la libertad era tan sólo una circunstancia explotable, a nivel de farsa, en una obra cuyas frases fuertes eran: “México no es más que una celda”, y “Estoy rodeado de bares, pero no puedo conseguir un trago”.

“[…] el hecho de que el periódico local con marcadas tendencias anarquistas, titulado “Calexico Daily Chronicle” lo hubiese elogiado (al cónsul Enrique de la Sierra) con motivo de su promoción a Cliffton, cuando ese diario atacaba duramente a los mexicanos que no admitían dicha revuelta”.

Esas mismas personas: Aurelio Sandoval y el Cónsul de México, Sr. Antonio Lozano, reforzados con el Sr. Dr. Joaquín Díaz Prieto, Cónsul de México en San Diego, iniciaron el día 20 del mismo junio, negociaciones encaminadas a obtener la capitulación de Tijuana, paso éste doblemente indecoroso porque ya venían las fuerzas del coronel Celso Vega en camino para batir y desolar a los filibusteros de Tijuana; pero afortunadamente, fracasaron esas negociaciones por la exagerada pretensión del cabecilla Jack B. Mosby, (quien de nuevo estaba al frente de los filibusteros en Tijuana) y el cual les exigió $30,000.00 dólares por evacuar la plaza, con lo que evitaron a México una nueva vergüenza.

El 20 de junio, el señor Frederik Simpich, Cónsul de los Estados Unidos recién llegado a la Cabecera, se presentó ante el coronel Miguel Mayol, encargado accidentalmente de la Jefatura de Armas, por ausencia del coronel Celso Vega, y ante el señor Ignacio Vizcarra, Presidente Municipal que había quedado encargado por la misma razón del despacho de la Jefatura Política, solicitando de ambos una escolta competente para los ciudadanos norteamericanos, Alfred Johnson, y su hermano Andrew Johnson y dos cuñados del mismo, señores W. Jolliff y Waldrip, quienes según dicho del Cónsul tenían urgente de salir a sus ranchos “San Antonio del Mar”, “San José” y otros que se encontraban al sur de San Telmo con el objeto de proteger las vidas de sus familias compuestas de 3 o 4 señoras norteamericanas y algunos niños, los que estaban a merced, por decirlo así, de las gavillas que merodeaban en aquellos rumbos.

A los no mexicanos no sólo se les invitaba a luchar por la libertad, sino también se les hacían promesas verbales de una recompensa más tangible: Si ganaban los magonistas, cada soldado recibiría 60 o más hectáreas de tierra, y un bono de 100 a 600 dólares.

Caryl ap Rhys Pryce (35) agregó que, ya que el 9 de mayo prevalecía el Estado de guerra en Tijuana, él confiaba en que no sería extraditado por los cargos de asesinato e incendio premeditado.

Jack. B. Mosby, quien sentía que sería sensato rendirse en los mejores términos posibles, mandó un emisario para tratar de inducir la aprobación de Ricardo Flores Magón (38), pero no recibió respuesta.

En Los Angeles el “Times” rebasaba con mucho en influencia y circulación a los cuatro periódicos de distribución masiva, y uno de sus competidores de otro tiempo, el “Herald”, a veces era controlado por el general Harrison Gray Otis (74).

Auxiliado por el pueblo, el 8o. batallón derrota, en Tijuana, a los filibusteros encabezados por Jack B. Mosby, obligándolos a regresar a los Estados Unidos.

Jack B. Mosby permaneció como jefe hasta la derrota y rendición de la rebelión en Tijuana el 22 de junio de 1911.

En la prensa mexicana la derrota del Ejército Liberal a manos de las fuerzas federales, posiblemente apoyados por civiles locales que creían combatir una invasión extranjera el 22 de junio de 1911, fue presentada por el periódico “El Imparcial” de Tijuana como “La gloriosa defensa de Baja California” y afirmaba que en efecto existió una “República socialista” del 10 de mayo al 22 de junio de 1911.

El 22 de junio, 155 wobblies y aventureros extranjeros, en su mayoría estadounidenses, y 75 mexicanos e indios, estaban listos para la segunda batalla de Tijuana.

Otro contingente, que probablemente incluía a quienes estaban fuera de la ley, se negó a cruzar, diciendo que caerían “Con las botas puestas”.

A principios de mayo, Richard “Dick” Ferris empezó a trabajar como gerente de las festividades de la Exposición Pan-Pacific de San Diego, programadas para empezar el 19 de julio.

Otros wobblies más buscaron trabajo en el propuesto espectáculo del Lejano Oeste, en las festividades de inauguración del Pan-Pacific, ya desprovistas de Richard “Dick” Ferris.

El 4 de abril de 1912, dado que el gobierno no consiguió acumular pruebas incriminatorias en su contra, a Richard “Dick” Ferris se le retiró el cargo por violación a las leyes de neutralidad que tenía pendiente.

El 6 de junio de 1912, los magonistas habían sostenido que los rancheros buscaban desacreditarlos, y citan en abono de su hipótesis los comentarios sobre los filibusteros en la prensa; la revelación de que un espía, un antiguo vaquero en el rancho de Harrison Gray Otis (74), se infiltró en sus filas; la aparición de informes, en 1911, de que a los Estados Unidos les gustaría comprar la península toda o en parte; y la presión antimagonista, supuestamente promovida por Otis, que el ejército estadounidense se encargó de ejercer a lo largo de la línea divisoria.

El 6 de junio de 1912, los militantes de la IWW hicieron manifestaciones contra los testigos desde sus asientos en la sala; a otros se les amenazó estando en la cárcel y, después del testimonio de Peter Martin, Lucile Norman Guidera, hijastra de Ricardo Flores Magón (39), llamó al testigo traidor y lo golpeó en la cara.

En dos ocasiones, Caryl Ap Rhys Pryce (35) envió mensajeros al norte llevando sumas de 313 y 150 dólares. El 7 de junio de 1912, los emisarios debían informar a la Junta que el dinero debían usarlo para comprar parque y enviarlo tan pronto como fuera posible, uno de ellos supervisaría la terminación y la compra de una pieza de artillería pesada que se estaba construyendo en el traspatio de un impresor socialista de Los Ángeles.

Tres días después, a los líderes de la Junta se le dio la máxima sentencia conforme a la ley, es decir, un año y once meses en la prisión federal de McNeil Island en el estado de Washington.

En julio de 1913, el cargo por violación a las leyes de neutralidad en contra de Caryl Ap Rhys Pryce (37) fue retirado, ya que el Departamento de Justicia llegó a la conclusión de que su argumento era válido: había ido a México sin ser requerido, y no había reclutado soldados mientras estuvo en territorio norteamericano.

El 12 de marzo de 1914, en Los Ángeles, Emilio Guerrero fue liberado de toda responsabilidad, aunque en Baja California, a donde regresó escoltado por hombres del Jefe Político del Distrito, Manuel Gordillo Escudero, pasó más de un año encarcelado mientras se realizaba el juicio, hasta que en septiembre de 1913 fue sentenciado a muerte.

A Ricardo Flores Magón (38) se lo condenó, no por una inequívoca violación de la Ley del 15 de junio de 1917 sino por todo lo que había hecho antes de su expedición.

El 22 de junio, exactamente un año después de la batalla final en Baja California, los líderes de la Junta fueron declarados culpables de violación de las leyes de neutralidad.

Después de varias batallas, cayó Tijuana, y según el periódico, desde el 10 de mayo hasta el 22 de junio, fecha de la batalla final, “La República de Baja California”, de Richard “Dick” Ferris, existió.

Jack B. Mosby, abrumado por la emoción y “llorando como un niño”, y 106 de los no mexicanos, tiraron sus armas y cruzaron la frontera como refugiados políticos.

Ricardo Flores Magón a Gustav Theodor Fritsch (73) y a T. Brothers, 4 de abril de 1922: “Pero no habrá nadie que se atreva a estampar esta inscripción: “Aquí yace un cobarde y un traidor a sus ideas”.

Caryl Ap Rhys Pryce (38) mantuvo comunicación con la oficina de archivos del ejército inglés hasta 1925, después de esa fecha, no se sabe nada de él.

“Los Angeles Times”, 13 de marzo de 1933: “En 1933, Richard “Dick” Ferris (66) murió”.

EUGENE VÍCTOR DEBS

Por añadidura, el fundador de la “International Workers of the World” (IWW), Eugene Víctor “Gene” Debs (56) -cuyo apoyo Ricardo Flores Magón (38) había hecho hasta lo indecible por retener- empezaba a ver con escepticismo el programa del Partido Liberal, debido a que era anarquista, a que no lo manifestaba abiertamente, y a que estaba destinado a fracasar, en vista de la decadente situación económica del proletariado mexicano.

Incluso el “Sun” manifestó que “El ejército liberal, con sus generales Simón Berthold Chacón, José María Leyva (34), Caryl Ap Rhys Pryce (35), Stanley Williams, Paul Schmidt y Jack B. Mosby, pasará a la historia con la banda de William Walker, quien aterrorizó a la península hace 50 años”.

Parece muy probable que Jack B. Mosby se haya inscrito en la IWW de Oakland, California y es una certeza que fue desertor de los infantes de Marina de los Estados Unidos.

Stanley Williams había servido en el ejército estadounidense durante la guerra de Estados Unidos contra España, había deambulado y trabajado en casi todos los pueblos rudos del Oeste, y participado en los disturbios de la Libertad de Expresión en 1910.

 *LAS OPINIONES DEL AUTOR NO REFLEJAN LAS DE LA EMPRESA*

0 Comments

Leave a Comment

Síguenos

GOOGLE PLUS

PINTEREST

FLICKR

INSTAGRAM

Síguenos

Etiquetas